
Aun cuando no es una frase común, es expresada por muchos en México cuando se termina el ciclo de un funcionario de elección popular, ya sea gobernador, alcalde o presidente de la República y al tiempo que empieza su relevo. Para el que termina es el olvido y rápidamente los que antes lo saludaban con cierta pleitesía, lo eliminan tan pronto como les convenga y lo desplazan de su memoria para que el sujeto vaya a parar al rincón de los desperdicios y o al olvido total.
Cabe indicar que la expresión con la que comienza este artículo originalmente se refirió a la sucesión monárquica francesa, allá por 1422, cuando se provocó la sucesión de Carlos VI de Francia por el de Carlos VII de Francia y que, en forma completa, se escribía como le rol est mort, vive le rol.
Hoy la recuerdo precisamente por la terminación de un simulacro de sexenio incompleto, de inestabilidad gubernamental, de errores y horrores y cuyo ciclo completo le correspondía por derecho constitucional al licenciado Fausto Vallejo Figueroa, pero debido a diversas causas tuvo que compartir su corto periodo de gobierno con quien fuera su secretario de Gobierno, el licenciado Jesús Reyna, y luego por Salvador Jara Guerrero, mismo que abandonara la Rectoría de la Casa de Hidalgo (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo) para asumir los últimos meses del cargo de gobernador del estado, que le entregó Enrique Peña Nieto. Periodo muy corto por cierto y muy complicado tanto por el desconocimiento de la administración pública del afortunado como por la situación de inestabilidad política y social, que aun cuando se niegue oficialmente, prevalece aún en el estado junto con la criminalidad.
¡Viva el rey!, pudiéramos los michoacanos terminar gritando la frase con la que iniciamos este escrito para celebrar o indicar la ascensión y rendición de protesta que como gobernador del estado hizo Silvano Aureoles Cornejo, el día 1º de octubre ante el Congreso del Estado, y al mismo tiempo expresar nuestro optimismo y deseo de que esta sucesión le sea muy, pero muy favorable a Michoacán.
De todos es conocido la caótica situación que vive el país, las descomunales desvergüenzas de la clase empresarial coludida con la clase política y que, como consecuencia de este actuar, se refleja el infortunio principalmente en la vida rutinaria de los carentes de todo, de millones de aquellos infortunados que ven cada día como su magro salario diario se desvanece paulatinamente sin poder hacer algo para resolver ni tan siquiera su doméstica crisis.
Pero un nuevo gobierno siempre trae y tiene la confianza de sus electores en que las abundantes promesas esparcidas por los cuatro rumbos cardinales del estado puedan concretarse en realidades; deseamos pues que esa cercanía que hubo en la campaña con su miles de seguidores se mantenga, y que cuando haya necesidad de que aquellos carentes de todo necesiten acudir al gobernante en búsqueda de ayuda, las puertas del despacho no se cierren, pues es común que sólo se abran para los empoderados de siempre.
Sabemos que las deudas ahorcan la Hacienda Pública, que la problemática a resolver es un enorme obstáculo para el desarrollo de Michoacán, que son miles las necesidades cotidianas, que los recursos económicos del estado son magros, que seis años son cortos para resolver tantos problemas. Y si seis años es poco más de dos mil, no alcanzarán para resolver o mitigar en parte los múltiples dolores de los michoacanos, por lo que obliga al gobernante y a sus más cercanos colaboradores a trabajar, válgaseme lo expresión, más de 48 horas diarias.
Vayan pues con este artículo, no mis felicitaciones por haber alcanzado el sueño realizado, sino mis preocupaciones por la problemática que agobia al estado y sí, desde luego, mi deseo de que Silvano pueda desenredar la madeja heredada.
Críticos falsarios y el beneficio de la duda
¡ México y el misterio del oro perdido !
¡Guachicoleros y guachiculeros!
¡Despacio Andrés Manuel... que vas de prisa¡
“Reconstrucción o refundición” ¡El perdere¡
De huracanes 'el más peligroso en el Hemisferio Norte'
Dos tipos de cuidado (Felipón y Chente)
¡Ponen alas en sus pies¡ Los miserables peregrinos
¡En 1988, nace¡ ¿en 2018, lo enterraran?
Para desandar el camino ¡hay tiempo Silvano¡
Los soldados al cuartel y los marinos a la mar
¡Lo que nos cuesta él que se va!
¡RIP AL PRD! ¿Lo querrán como socio?
Senadores y diputados... ¡Hay que martillar y burilar o cincelar!
La doctrina Estrada y la mano que mece la cuna
La guerra de las drogas, tan tan o batin tín
Lo que sigue no será peor de lo que ha pasado...
De globos de Cantoya y pronósticos boxísticos
Los suspirantes y Porfirio Díaz
¡Poderoso caballero...! Rico Mac Pato
La consigna, todos contra AMLO
En la guerra electoral, Peña nieto se sube al ring
¡Los mexicanos somos “mucha cosa”!
¡Huy que miedo... ahí vienen los rusos!
De sentimientos y sufrimientos, ¡ser o no ser!
¡Buscando una sombra que los cobije!
¡Sufragio efectivo, no reelección!
Andrés Manuel López Obrador, ¡el gallo a vencer!
Collares de flores para los elegidos
Torpeza política, ¿qué necesidad?
¡Aspiran, suspiran y tiemblan!
¡En jamelgos van, lanza en ristre!
Los jóvenes: esperanza de la humanidad
Uno grande y el otro enano (mosqueteros y jamelgos)
¿Se hunde el PRD, se fortalece el PAN?
Escuchar el ruido del silencio
Desvergonzados y desnacionalizados
Dilma, de la cárcel a la Presidencia
¿Por qué y para qué?, sin respuestas
Las orejas muy, pero muy grandes. ¿Cuánto muertos más?
Solalinde y el padre Concha Malo
¿Juicio político al presidente?
De torpezas, de muros y de miedos
En el último tercio de la corrida
Ni bueno ni malo, sino todo lo contrario
Cambiar para no cambiar, ¿gatopardismo en Michoacán?
Gastan la pólvora en infiernitos
Míster Rico McPato o el tiro por la culata
¡Los muertos no se olvidan!, 1968
Otro peñasco acertado… en la economía de los mexicanos
¡Con el mar de fondo, de fracaso en fracaso!
Sorpresa, el reconocimiento de Cambio: Cemeí
Por kilo y por montón, no por libras
Los poderosos y los miserables
¡Habrase visto tal desvergüenza!
Otro paso más y Pemex, al Infierno
La desviación conduce al error, ¡hay que escuchar!
¡A media asta la Bandera Nacional!
¿Del dreamliner al militarismo?
Centenario de la Constitución, ¡nada qué celebrar!
De la dictablanda a la dictadura