
Enmarco estas reflexiones con el pensamiento de Manuel Pérez Rocha: El pensamiento crítico también implica que el conocimiento se valora, se busca, se ama, no por lo que podemos obtener a cambio de él (dinero, honores, poder, buenas calificaciones ), sino por lo que aporta para dar sentido a la vida propia y comunitaria, y para mejorarlas y enriquecerlas. Ningún conocimiento, saber o creencia, son neutrales o inocentes. Por eso decimos, que la Ley de Educación armonizada para Michoacán, no es neutral, porque afecta en lo laboral y administrativo a los trabajadores de la educación. Al tiempo.
El discurso dogmático del político y del burócrata apunta, no al esclarecimiento del destino del pueblo mexicano, sino hacia la fundamentación del concepto vacío de autoridad (autoritarismo prianista), desde donde se descalifica, como catastrofista, la rebeldía y la crítica de las personas, clases o grupos, los cuales tienen otro proyecto de país, de cultura y de educación. Hoy, el Estado mexicano otorga preferencia al proyecto acumulativo de capital, sin importar la secuela de hambre, miseria y enfermedad que van quedando en los amplios sectores de la población.
El pensamiento racionalizado, tecnocrático que escinde medios y fines, niega toda posibilidad de convivencia y rechaza la incorporación de la conciencia protestativa, y más bien apunta, hacia el fortalecimiento del dogmatismo, de la intolerancia, en donde la verdad única es la que emana del poder de dominación y explotación.
El país no sólo está atravesado por una aguda crisis económica, sino que también se presenta el derrumbe de los valores humanos y, por ende, la aceleración de la destructividad, de la violencia política y social. Todo lo anterior, afecta en lo más profundo a los ciudadanos. Nos parece que los grupos hegemónicos y los poderes fácticos, que manejan los asuntos públicos en el país, por alguna circunstancia o razón han perdido la orientación correcta del proceso histórico en todos los órdenes.
La política desde el poder actualmente cancela todo movimiento de los trabajadores, del campo y de la ciudad, que luchan por mejorar sus condiciones de vida. La derecha en el poder, insensible socialmente, niega de raíz, la opinión, la duda y la disidencia de los otros, de las mayorías sociales (movilización en contra de las reformas estructurales).
Quienes rechazan la duda de los demás, la crítica, no sólo se ubican o se encaminan hacia un pensamiento autocrático, absoluto, sino que cierran todo posible espacio democrático, como única posibilidad para el re-encuentro con las auténticas fuerzas sociales del cambio y de la utopía. Todo grupo político que sustenta sus prácticas en ideologías circulares, maniqueas, esquemáticas, se pone de antemano anteojeras, que no le permiten observar y asimilar lo novedoso del movimiento real de la sociedad y de la historia viva del país.
El aceptar la opinión del otro, es ascender a los peldaños de una estructura social que ha alcanzado madurez política en el ejercicio de la democracia directa, y el no reconocerlo, es mantener a una sociedad civil ajena a la verdad y, sobre todo, provocar el aislacionismo del conjunto social en la decisiones claves que hoy reclama el país. Como dice Carlos Fuentes: Mas bien más cultura centrífuga, más heterogénea que homogénea, más empeñada en recuperar diferencias que en imponer semejanzas.
La grave problemática que vive el país ya no puede ser decidida únicamente desde la cúpula del poder o poderes, sino que el desarrollo social exige la incorporación de otros sectores sociales, para que se produzca un debate nacional sobre la reorientación de la política económica neoliberal, hacia la solución de las necesidades cotidianas de la población. Es muy riesgoso para la paz social, que en México se continúe, por capricho, por autoridad, con un sistema social que produce y reproduce enormes desigualdades sociales y además, se defienden esquematismos políticos, que fundan relaciones sociales en el egoísmo y el individualismo.
El pensamiento político que no duda, que ve la historia como dogma, como herencia lineal, sus acciones se encaminan hacia la destrucción de la inconformidad, de la protesta; estas situaciones se pueden efectuar muchos años, pero jamás toda la vida, ya que las contradicciones sociales y las fuerzas actuantes buscan lo posible, las revoluciones.
En las últimas décadas el tiempo histórico ha sido dirigido por un pensamiento vertical, caracterizado por el monolitismo en las acciones, y por decisiones unipersonales. Estos aspectos invalidan la participación de otras fuerzas políticas que intentan dar un viraje al modelo neoliberal, hacia otros proyectos de país. De continuar por el camino de la apropiación individual de lo social, de lo histórico, entonces, el conflicto de lo individual y lo colectivo será inevitable.
Es necesario que se haga evidente, o al menos clarificar, las condiciones importantes para que los análisis institucionales conlleven la posibilidad de trastocar las propias instituciones, descubriendo el significado y actuación de las mismas y el campo de la ideología dominante, como sustento de las relaciones entre política y educación.
De acuerdo con la ideología dominante, hoy de derecha, se intenta ocultar la politicidad de todo acto educativo, y a partir de esa premisa, se fetichiza todo el proceso. De esa forma la educación estaría, en cuanto a sus posibles funciones, más allá de cualquier compromiso con el cambio de las relaciones sociales en que aquella se inscribe, confirmando con esos planteamientos un marco total de neutralidad política en las instituciones de educación. En el momento en que todo proyecto educativo guarde una estrecha e intima relación con lo político, se modifica sustancialmente la práctica de lo educativo, de esa forma aquel apuntaría a la reflexión, en la que la acción permitiría transformar la realidad.
Existe un reduccionismo en la educación al plantear a ésta como un vehículo exclusivo de transmisión de conocimientos de los adultos hacia los jóvenes, en reforzamiento de conductas y en la programación de las circunstancias contingentes, olvidándose con todo ello, como bien dice Hugo Zemelman: Que el objeto de conocimiento no es el objeto real, es una construcción social producto de la reflexión-acción que desde un ángulo de esa realidad cambiante y contradictoria hacen los hombres.
De ahí, entonces, la necesidad de dialectizar el binomio educación y política, para salir de la inmediatez y del empirismo, que conllevan los análisis educativos hechos hasta ahora, por la burocracia de la SEP. Al hacer lo primero, la educación apuntaría hacia la formación de sujetos reflexivos, históricos y prácticos, a fin de construir una nueva sociedad, ajena a toda dominación y explotación. Otro mundo es posible.
Ética y política con fundamentos, con principios
Campañas políticas, el capital y la dominación
El discurso tecnocrático oculta el despojo de la nación
El tiempo y el espacio como negocio
La lucha teórica y política por la educación
El neoliberalismo produce relaciones de explotación
Lo que sucede cuando la crítica y la participación se ausentan
La batalla teórica y política del normalismo
El Estado al servicio del capital
Las instituciones al servicio del neoliberalismo
Instituciones y presupuestos discrecionales
Ideas para liberar lo educativo
El lenguaje público como derecho humano
El poder, el valor y el capital
El contenido de lo educativo no es neutral
Transformemos al capitalismo corporativo y sus instituciones
¿Quién lleva las riendas en el país?
La infancia en el neoliberalismo
Las instituciones al servicio del proyecto de pocos
Pensar en la muerte es pensar en la vida humana
El poder y los fines de la educación
Estado laico e Iglesia católica
Necesidad de conciencia crítica y de sujeto
El neoliberalismo y la doctrina del shock
Se privatiza el contenido público de la política
Política, imaginario y educación
La vuelta al yo y la muerte del otro
Investigación educativa, poder y cultura
Relación pedagógica en la política y la cultura
Felicidad y bienestar, ¿para quién?
El sujeto de la educación y la profesionalización
Es necesario detener el neoliberalismo depredador
Racionalidad instrumental y transparencia
Conflicto entre la seguridad y la libertad
El poder del capital vigila y castiga
La memoria histórica amenazada
Democracia liberal, poder y verdad
La veda electoral se sustituye por la noticia
Sindicalismo y neoliberalismo en la UMSNH
Los riesgos de la escritura, la lectura y el pensar
Violencia y pobreza contra la niñez mexicana
La impunidad y la corrupción como espectáculo
La lucha entre lo pesado y lo ligero
El poder domina y produce fantasías
La libertad, ¿para qué y para quién?
Reforma en la UMSNH y el solitario de Rectoría
Reforma integral en la UMSNH o nada
Reforma en la UMSNH, ¿para qué?
El coro, la moral y la educación
Izquierda y derecha, ¿para qué?
La lucha entre la verdad y la post-verdad
Lucha política y crisis de identidad
La dignidad es un principio, no es un medio
No está en la mochila, sino en el sistema neoliberal
El capitalismo corporativo despoja a la nación
Construir una nueva formación social
Modificar el artículo 29 y suspender garantías
Capitalismo, Consumo y Emociones
Ética crítica y educación liberadora
Globalización y sindicalismo en la UMSNH
Palabras que engañan y mienten
La lucha entre lo reiterativo y lo disruptivo
Trump y la unidad de la oligarquía mexicana
Bloqueo histórico e individualismo obsesivo
El malestar de la vida y la muerte
Pensamiento político de Lázaro Cárdenas del RíoPensamiento político de Lázaro Cárdenas del Río
El poder de explotación y el otro
Los enemigos de la praxis de la liberación
2 de octubre y Ayotzinapa no se olvidan
La relación de poder en la UMSNH
La lógica del capital y la política
El Estado laico y la Iglesia católica
Trilogía de la oligarquía financiera
El neoliberalismo y la causa de los niños
Pensamiento crítico y moralidad
Ética y educación emancipadoras
El poder de explotación y la educación
La ética disruptiva y la educación
Pensar la educación y la pedagogía
El poder de explotación y la educación
El poder autoritario y lo social
El capitalismo corporativo y lo público
El poder de dominación y la Reforma Educativa
Razón ficticia y democracia representativa
El pensamiento único del prianismo
Política y educación, ¿para qué?
La política también se corrompe
La autonomía del saber, ¿para qué?
La relación de explotación y la infancia
Del Estado de excepción al Estado de rebelión
Reforma, jubilación y pensión en la UMSNH
El normalismo: defensa teórica y política
El normalismo: defensa teórica y política
El capitalismo destruye lo humano y la naturaleza
SPUM, universidad y neoliberalismo
Reflexiones sobre la visita del Papa Francisco
Reflexiones sobre la visita del Papa Francisco
La acumulación de capital en pocos
Neoliberalismo, corrupción y narcotráfico
Reflexiones sobre el orden sexual
Necesidad de la pregunta y necesidad de conciencia
Ante el autoritarismo, la razón y el argumento
La formación es de naturaleza política
El derecho del orden de Aurelio Nuño Mayer
Evaluar para individualizar y normalizar
Las Normales y el pensamiento único
El poder, el diálogo y el nuevo comienzo
Las Normales y el gerente de la SEP
Las Normales y el autoritarismo (Primera parte)
La privatización de lo público
El Papa Francisco y la Iglesia católica
El diálogo como mecanismo administrativo
Los retos del nuevo comienzo Segunda parte y última
Los retos del nuevo comienzo (primera parte)
Reforma Educativa de excepcionalidad
La minoría gobierna a la mayoría
Liberalismo, autoritarismo y centralismo
Escribir y pensar sobre el poder de explotación
Lucha entre la identidad y el sujeto
El poder, la sexualidad y lo femenino
Salvador Jara Guerrero y el Estado de excepción
Salvador Jara Guerrero, los intelectuales y el autoritarismo
El bullying, punta del iceberg
Infancia, violencia y capitalismo
Discurso político e Iglesia católica
Educación y pensamiento crítico
El sujeto se hace en la rebeldía
Democracia oligopólica y poderes fácticos
Ideas para la sesión extraordinaria del CEPEC
El neoliberalismo produce crisis moral y social