Para Katy.
Hay días del calendario dedicados al árbol, a las frutas, al maíz, al trigo, a la alegría, a la tristeza, al fuego, a la ceniza, a los amaneceres, al mar y a los ríos, pero hay uno que a todos nos convoca, es el día del amor y todos lo celebramos con entusiasmo y fe. A propósito del amor, escribo estas palabras: ves tus ojos en sus ojos, estás en ella y con ella, sus latidos son responsos que todos sabemos de memoria. En un muro de piedra encontré escrita la palabra “amor”, en la palma de tu mano, en tus labios, en la nube que corre presurosa, aquí se encuentra el amor en todas partes, lo vas dejando cuando pasas, cuando vas y vienes, cuando suspiras; cada minuto es amoroso, es el tiempo atrapado en un beso, en un abrazo de ternura, en las horas en que el pensamiento vaga hasta encontrarnos. Una pequeña rosa te dice amorosamente “te amo” cada vez que la miras, cada vez que tu rostro se ilumina cuando nuestras miradas se juntan.

(Foto: Especial)
Lo que me hace encontrar el amor en cualquier parte es tu presencia en mi vida, sentirte conmigo lo que me hace feliz, el tiempo no transcurre, parece que fue ayer el primer beso, cuando los pensamientos quedan luminosos con los ojos abiertos, todos se imaginan cómo el invidente que aguza los sentidos y sonríe, da gracias de estar vivo; con tu presencia iluminas mi vida cada instante, la humedeces como la gota de agua que se filtra en la piedra sin darse cuenta de que el tiempo transcurre en la oscuridad de pedernal.
Hace tiempo, mucho tiempo, que no tengo esa sensación de quedarme solo después de una tempestad de rayos y granizo, entre los matorrales espantado de tanto desamparo, tiritando de frío. ¡Estás tú! Y esa compañía, aunque truene la lumbre, me hace fuerte para desafiar el miedo. La felicidad está un poco más allá del miedo.
Las aves enmudecen cuando están tristes, cuando está lloviendo, cuando está nublado, cuando los nidos se destruyen con el viento o un rapaz se lleva los huevos, de esperanza, hoy cantan como el mulato que rasga la neblina con su canto, el viento me devuelve las caricias y me trae tu mirada de ternura, mi pensamiento está lleno de ti, de tu fragancia, de tu sonrisa, de tus ojos chispeantes, de la luz intensa del amor.
¿Quiénes somos? Pregunto muchas veces, nos conocimos, nos conocemos, nos olvidamos, nos encontramos cada instante en la gracia divina de un beso. Es la hora del sueño lleno de reflejos, de dos llamas que se vuelven una, del silencio, de los ojos cerrados para encontrar al mundo dentro de nosotros.
En el juego de espejos de la vida se reflejan los rostros que tenemos, desde que somos uno y otro, lágrima y sonrisa, luz aprisionada y sombra incandescente, música y canticos del alma, es la verdad que nos envuelve, que ata y desata nuestras vidas, que nos une, como una simple flor enamorada, es el amor, amor, ¡te amo!
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