Hay fechas que marcan la historia. Una de ellas es sin duda el 21 de mayo de 1895, día en que nació Lázaro Cárdenas del Río.
La figura del general Cárdenas, crece cada día. Cobran vida sus ideales y anhelos, que no eran otros que los del Proyecto de Nación producto de la Revolución Mexicana. La cual por cierto fue de las más avanzadas de su época. Todos los ideales podrían sintetizarse en una sola palabra; Justicia.
Justicia a los desposeídos; a los pueblos originarios que fueron despojados de todo, tras la invasión española. De su modo de producción (comunal), de su manera de vestir, hablar, de su cosmovisión y de su tierra. De su vida.

(Foto: Archivo)
Pocas veces reflexionamos sobre la profundidad de esto; fueron despojados los propietarios originarios de sus tierras, de su libertad, de ser vistos como lo que eran y son; mexicanos igual que todos los demás y sin embargo pareciera sin los mismos derechos, siempre vistos desde arriba hacia abajo, siempre vistos como menos. Siempre invisibles.
Lo cual obviamente es absurdo e injusto ya que ellos dieron vida a estas tierras, forjaron culturas y conocimientos que actualmente asombran por su grandeza. Ellos hicieron frente a la invasión española y posteriormente ellos fueron la resistencia que hizo posible que el anhelo de recobrar su vida, su tierra, su país, su independencia, se lanzarán a luchar contra uno de los ejércitos más poderosos de su época. Lucharon y dieron su vida en la lucha por nuestra independencia, sin embargo sus derechos, permanecieron sin respetarse.
La Revolución Mexicana fue un movimiento por que se hiciera justicia, por la tierra, por la libertad, por la libertad de pensamiento y expresión. Contra el poder dictatorial, contra la impunidad, el latrocinio. Por la recuperación del modo de propiedad y de producción comunal.
Para que todos los mexicanos tuviéramos educación laica, gratuita y de calidad, servicios médicos, para que nuestros recursos y riquezas naturales y energéticas fueran para el desarrollo de la nación y bienestar de los mexicanos.
La Revolución Mexicana se dio ante la inminente necesidad de derrocar el status quo existente, de acabar con el nepotismo, la imposición y la violencia. Se luchó por derrocar a los malos gobernantes, porque en este país existiera la democracia, la justicia, la igualdad y la libertad.
El general Cárdenas, luchó por estos anhelos, por el proyecto de nación producto de estas luchas y anhelos. De ahí su grandeza y vigencia.
El proyecto de nación producto de la Revolución fue desde el inicio combatido y no llevado a cabo pues afectaba enormes intereses económicos y políticos.
Lázaro Cárdenas del Río siendo presidente de la República hizo suyo este proyecto, trabajó y luchó por hacerlo realidad. Grandes mexicanos trabajaron y lucharon junto a él, día a día por hacer realidad los anhelos revolucionarios.
No soy politóloga, ni analista, ni historiadora. Hablo por lo que viví, por lo compartido y aprendido de Natalio Vázquez Pallares, mi padre, a quien muchos sí, analistas e historiadores, catalogan como el más limpio y congruente cardenista.
Natalio Vázquez Pallares escribió el 22 de octubre de 1976; “No formamos ni una facción política, ni un “ismo”, ni una secta. Simplemente somos revolucionarios; gente que piensa y siente como lo sintió y pensó Lázaro Cárdenas, que es urgente en México, un cambio estructural profundo en los ámbitos económico, social, cultural y político, que nos conduzcan a establecer una nueva sociedad donde se elimine, definitivamente, la explotación del hombre por el hombre. Una nueva sociedad donde un sector social no explote al otro sector social; una sociedad donde impere la igualdad, la libertad y la justicia .Y una nación dueña de su destino”.
Eso era Cárdenas; un revolucionario. Sus ideales fueron combatidos en ocasiones como si fueran de él, olvidando sus enemigos que eran de todo el pueblo.
Hace unos cuantos días el cabildo de Morelia otorgó post mortem la Presea Generalísimo Morelos a Agustín Arriaga Rivera. De inmediato hubo oposición, ya que siendo Arriaga gobernador reprimió con el ejército a los estudiantes y maestros de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en 1963 y 1966. Dejando al menos dos muertos, muchos heridos y presos políticos.
Arriaga Rivera fue impuesto por el PRI en 1962. Su imposición generó un gran descontento popular, sobre todo por “el dedazo”, por la antidemocracia existente en el Partido Institucional. Hubo un fuerte movimiento ciudadano oponiéndose a la imposición del PRI, sin éxito alguno. La imposición de uno de los más fieros anti cardenistas, apoyado por el entonces presidente de la República se llevo a cabo al estilo del 88.
El movimiento popular que se dio contra la imposición oficial de Arriaga, fue por tres razones principalmente; 1- Por el acto a todas luces antidemocrático. 2-Porque Agustín Arriaga representaba a los sectores más retrógrados del estado de Michoacán. La tercera y quizás la principal, es porque López Mateos y los intereses retrógrados, querían acabar con el cardenismo en Michoacán. Y eso no lo iba a permitir el pueblo.
Lo importante a recordar y por lo cual no debió otorgársele la presea, es que en los hechos Arriaga fue uno de los peores gobernadores de Michoacán, no solo por haber metido el ejército a la universidad, sino por su nepotismo y latrocinio a todas vistas.
Ha habido muchos presidentes que quieren acabar con la figura del general Cárdenas. Nadie lo ha logrado, ni lo lograrán. Porque es imposible acabar con los ideales, sobre todo cuando están vigentes.
El 21 de mayo de 1965, Natalio Vázquez Pallares, tuvo que salir del país, como consecuencia de su lucha por la democracia, su defensa de los pueblos originarios, de la propiedad y producción comunal, del petróleo, de los bosques, que en ese entonces eran el principal factor de la economía y riqueza de caciques y terratenientes michoacanos.
En ese entonces yo tenía 10 años de edad, constaté en los hechos, que los grandes anhelos del pueblo de México estaban aún por lograrse y que éramos nosotros los ciudadanos, los que teníamos que hacerlo. El poder siempre defiende y ve solo por sus intereses.
Constaté la grandeza de Lázaro Cárdenas del Río, entendí por qué y para qué su lucha, que finalmente es la de todos. Gracias general por existir, tener congruencia y valentía.
El 21 de mayo de 1971, murió mi madre, cada 21 de mayo, voy con mis hijos al monumento a la Revolución a llevar flores. Los ideales, cariño y anhelos están vivos.
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