
Hablaremos de la mujer periodista que se fue, pero si estaba; de la silenciada pero que hablaba y de la invisible que todos veían. Carmen Aristegui fue censurada pero nunca callada. Gracias a las redes sociales podíamos contactarla, se admiraba o se criticaba. La verdad es que nunca se retiró de la barra informativa pero era un pendiente periodístico casado con la libertad de expresión.
En varias ocasiones ha sido atacada y presionada, porque tiene un equipo de colaboradores y periodistas que se han caracterizado por ser demasiado críticos, profundos en sus investigaciones y bastantes severos con los gobiernos en turno, será interesante comprobar si objetivamente seguirá en esa línea ahora que López Obrador sea presidente.
No es correcto que las fuerzas políticas, delincuenciales, empresariales o cualesquiera que sean, limiten, presionen, compren, amenacen y silencien bocas, porque aquellos que investigan o que opinan con autonomía tienen su relevancia porque se convierten en voz de quienes no se son escuchados, de los que no tienen voces, o si la tienen, prefieren callar para no correr riesgos de ninguna naturaleza.

(Foto: TAVO)
Aristegui no está, aún, a la altura de íconos periodísticos, pero sin duda lo estará; lo más relevante de su carrera es que cuestiona y propicia autonomía para hablar, escribir o para informar, tanto que su equipo ha levantado polémicas en muchas ocasiones, tal y como sucedió con la estafa maestra, la casa blanca o las intenciones inversionistas pero corruptivas del nuevo aeropuerto, que por cierto se ha comprobado que sus costos han sido alterados en varias ocasiones además que existen compromisos con grandes poderosos por la plusvalía en terrenos de su periferia.
Nunca las plumas de antes ni las computadoras de hoy deben ser amedrentadas o enmudecidas, aunque entendemos que los contextos de México, tanto en el aparato de gobierno o en la delincuencia organizada, ponen condiciones que pocos orates son capaces de desafiar. El periodismo es complicado porque debe reflejar el pulso real de un pueblo, de una nación o del mundo. Aquel que reporta, denuncia u opina de forma libre y analítica, es capaz de soportar una y mil mareas peligrosas, aunque, por otro lado, sabemos que nadie, es cien por ciento vulnerable a la corrupción. Es importante que existan periodísticas, como Carmen, que no se ha cansado de luchar y esforzarse por aparecer en el primer plano de la noticia, de la crítica o del sarcasmo social.
La libertad de expresión es un verdadero tesoro, porque existen países muy poderosos que tienen una economía fantástica, gran tecnología y una admirable infraestructura pero ostentan un gran control gubernamental, son obligados a callar opiniones, son cien por ciento censurados a riesgo de ser perseguidos o encarcelados. China es un claro ejemplo de ello.
La nueva etapa de Aristegui en la televisión compromete a ella y al próximo gobierno federal porque es indudable que existen lazos de identificación, por conveniencia o por convicción; la periodista debe seguir en esa línea y el ejecutivo que encabezará AMLO debe soportar las críticas agudas de una mujer acostumbrada a decir todo, a denunciar todo, sin limitación alguna .Nadie quiere una lideresa de opinión que se encuentre a la disposición y a las condiciones de un gobierno que se jacta de ser democrático y que es, indudablemente, muy sensible a la crítica.
Hoy, con el retorno de Carmen Aristegui se dignifica la televisión de opinión, libre y punzante, que se caracteriza por tener colaboradores de amplio reconocimiento social, mismo que festejamos, pero que tiene la encomienda de no perder su esencia ni su estilo frente a un gobierno obradorista que difícilmente tendrá capacidad de aceptar la crítica voraz y penetrante, tal y como lo hemos ya señalado.
Carmen está muy cerca de ser un ícono histórico del periodismo, o quizá ya lo sea porque ninguna mujer ha tenido más trascendencia en el medio que ella, pero si cambia su línea todo lo que ha ganado habrá de perderlo. Esta oportunidad será y debe ser la prueba de fuego para una dama que aún en tormenta pareciera caminar sobre aguas tranquilas, Deseamos que no nos decepcione, ni se decepcione a si misma.
Miguel Ángel Bastenier, humorista español, sentenció: “El periodista es un profesional que tiene algo de escritor, de sociólogo, de novelista, de historiador, de político sin llegar a serlo del todo en ningún caso. Luego el periodista es la suma de todas las cosas” Tomás Eloy Martínez, periodista y guionista de cine argentino, Advirtió: “El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un lugar para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”. Es claro, el compromiso del periodismo va más allá de intereses particulares…aunque lo particular, también es interés
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