Esta columna del día de hoy, presenta la tercera parte de la Alfabetización ecológica; espero que nuestras reflexiones sean de utilidad para nuestra vida; agradecido por quienes me han escrito sobre el tema y desean que continuemos trabajando a favor del ecocentrismo.
La flexibilidad de un ecosistema tiende a restablecer el equilibrio del sistema cada vez que se produce una desviación de la norma, debido a condiciones cambiantes del medio externo. Veamos un ejemplo “si un verano muy caluroso produce un incremento en el crecimiento de las algas de un lago, mejorará el medio de los peces que se alimentan de dichas algas, con lo que tendrán mayor descendencia, que a su vez se alimentará de las algas, reduciendo su exceso. A medida que éstas disminuyen, empezará a escasear el alimento de los peces, descenderá su población y las algas podrán recuperarse. De este modo la perturbación original genera una fluctuación, que tiende a mantener el equilibrio entre peces y algas”.
Como podemos observar, es de esta manera que los ecosistemas se mantienen en un estado flexible, dispuestos a adaptarse a las condiciones cambiantes. La trama de la vida es una red flexible en continua fluctuación. Cuantas más variables se mantengan fluctuando, más dinámicos será el sistema y mayor su capacidad para adaptarse a los cambios. Pese a ello, la fluctuación ecológica debe desarrollarse dentro de límites de tolerancia. Existe el peligro de que se colapse un sistema cuando se transgrede dicho límite y el sistema no es ya capaz de compensarlo.

(Foto: Especial)
Situación similar puede suceder en las comunidades humanas. La falta de flexibilidad que se manifiesta en forma de estrés que hoy muchas mujeres principalmente está desarrollando por las dos o tres jornadas de trabajo a las que son sometidas. El estrés se da cuando una ó más variables del sistema se llevan a sus valores extremos, lo que induce una creciente rigidez a través del mismo.
El estrés temporal se vive de manera permanente, pero el estrés prolongado resulta perjudicial y destructivo. De esta manera podemos concluir que “la buena gestión de un sistema social –una compañía, una ciudad, un sistema económico– significa el descubrimiento de los valores óptimos de sus variables. El tratar de maximizar alguna de dichas variables en lugar de optimizarla, conducirá irremediablemente a la destrucción del sistema como un todo”.
El principio de flexibilidad, en una comunidad, sugiere también una correspondiente estrategia de atención y resolución de conflictos. En toda comunidad existen discrepancias y conflictos que no necesariamente son resueltos en equidad. Por ejemplo, la comunidad necesitará estabilidad y cambio, orden y libertad, tradición e innovación. Los conflictos se resuelven mejor desde el establecimiento de un equilibrio dinámico horizontal, que desde las decisiones rígidas verticales, asímetricas.
La alfabetización ecológica plantea que las partes de un conflicto son importantes en función del contexto y de que las contradicciones en el seno de una comunidad son signos de su diversidad y la vitalidad, que contribuyen a la viabilidad del sistema.
Por otro lado, la diversidad en los ecosistemas está íntimamente vinculado a su estructura en red. “Un ecosistema diverso será también resistente, puesto que contendrá en su seno multiplicidad de especies con funciones ecológicas superpuestas, que pueden reemplazarse parcialmente”. Cuando una especie determinada es destruida por una severa perturbación, de modo que se rompe un vínculo de la red, un ecosistema diverso será capaz re reorganizarse y sobrevivir gracias a que otros vínculos de la red podrán, al menos parcialmente, realizar la función de la especie desaparecida.
Dicho de otro modo, cuanto más compleja sea la red de un ecosistema, más grande será la complejidad de su patrón de interconexiones y en consecuencia mayor será su resistencia.
En los ecosistemas, la complejidad de su red es consecuencia de su biodiversidad; por tanto, una comunidad ecológica diversa es una comunidad resistente. En las comunidades humanas, la diversidad étnica y cultural puede representar el mismo papel. En este caso, diversidad significa distintos tipos de relaciones, distintos modos de enfrentarse al mismo problema, una visión distinta del cosmos y la relación humana.
Una comunidad humana diversa será una comunidad resistente, capaz de adaptarse a situaciones cambiantes. No obstante, la diversidad es sólo una ventaja estratégica si se trata de una comunidad verdaderamente vibrante, sostenida por una red de relaciones, porque pueda ser que sea una comunidad diversa pero cerrada que somete con sus ideologías y excluye la diferencia.
Si la comunidad se halla fragmentada en grupos e individuos aislados o bien polarizada, la diversidad puede convertirse en una fuente de estigmas, prejuicios y fricciones.
Pero si la comunidad, por el contrario, es consciente de la interdependencia de todos sus miembros, la diversidad enriquecerá todas las relaciones y en consecuencia a la comunidad entera, así como a cada uno de sus individuos. En una comunidad así, la información y las ideas fluyen libremente por toda la red y la diversidad de interpretaciones y de estilos de aprendizaje –incluso de errores– enriquece a toda la comunidad.
En estas tres Debatamos Michoacán, hemos dado a conocer la importancia de alfabetizar a la sociedad en materia de ecología, no es solo insistir en las cuestiones de las tres o seis o nueve “r” (reducir, reciclar, reutilizar; revalorizar, reestructurar, redistribuir, y otras como: reflexionar, rechazar y reclamar) y como inicio lo aplaudo, no obstante, es mucho más complejo que eso, es desarrollar conciencia social, es generar las condiciones de sostenibilidad para impulsar transformaciones que permitan dar viabilidad al proyecto de la humanidad, para esta generación de más de siete mil quinientos millones de personas y las nuevas generaciones que están por venir.
Es enseñarnos a comprender la importancia del respeto a la vida, es reconocer que el eje del mundo es la vida, lo ecocéntrino, y no lo etnocéntrico; es reconocer los derechos de la naturaleza, del medio ambiente, de la biodiversidad. Es asumir nuestro interés de respetar.
Por esto es tan importante, cuando se destaca la cultura de la paz, que quede explicito que nos referimos a resolver los problemas entre los humanos con un nuevo enfoque, el enfoque del reconocimiento de la vida como eje central del mundo.
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