
El 10 de febrero del 2013 el diario La Crónica publicó una entrevista con un reconocido psiquiatra de alto nivel académico, mismo que en algún momento fue Subdirector del Instituto de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez. En dicha entrevista el facultativo explicó a Crónica cómo se podría analizar e interpretar algunos rasgos de la personalidad de López Obrador, sin romper con ningún principio ético y con rigor científico, eso sí, asumiendo las limitaciones de esta metodología.
Para eso se tomó en cuenta su actuar público, perfectamente documentado y su manera de reaccionar ante los problemas del país. Por considerarla de interés y total vigencia ofrezco a continuación un pequeño resumen de dicha entrevista.
La primer pregunta que hizo La Crónica fue ¿Es posible identificar un trastorno de personalidad paranoide y cómo es ese trastorno? La respuesta: Es un fenómeno delirante, de contenido litigioso, querulante (En psiquiatría, delirio que está orientado a la reparación de las injusticias o perjuicios que, de manera injustificada, una persona cree haber sufrido). No hay señales de deterioro intelectual, son individuos aparentemente congruentes pero hay un elemento de juicio alterado de la realidad.

(Foto: TAVO)
La siguiente pregunta es ¿Puede pasar inadvertido para él mismo y su entorno cercano? Así es. ¿Pero los signos y síntomas son evidentes? —Se hacen patentes ideas falsas de la realidad, y la dificultad estriba en que, sobre esa premisa falsa, se construye un edificio de ideas que parecen estar correctamente hilvanadas. Buscan indefectiblemente un perseguidor, una situación de acoso y ataque, y para enfrentar a ese enemigo, articulan una serie de argumentos bien estructurados, creíbles, hasta inteligentes, con la salvedad de que el enemigo o la situación amenazante es falsa. No existe.
Pregunta ¿Puede tratarse de un problema de personalidad paranoide? Respuesta; Desde luego. En este escenario, el paciente no tiene conciencia de la realidad. Se acerca mucho a un cuadro psicótico, en el que los enemigos son implacables y él se ve forzado a acciones heroicas para defenderse. Entonces tenemos a un individuo que juega a la política sin escrúpulos, capaz de movilizar a la gente si es necesario, o a una personalidad convencida de que él es el centro de toda la historia, y que su papel ineludible es ser Presidente.
Pregunta: ¿Es una fantasía de mártir? Respuesta: Aunque no podemos determinar si se trata de una simulación o de un auténtico mesianismo, López Obrador se ha comparado con Jesucristo, ha invocado al Mal como su contrincante… ¿Por eso le gusta darse baños de pueblo, predicar, arengar…? —Es su elemento favorito. Si lo cree auténticamente, si sus allegados alimentan estas fantasías o juegan a su papel es algo que quizá ni ellos mismos tengan claro. Evidentemente hay personas inteligentes y preparadas en su equipo, y podemos ver cómo les cuesta trabajo salir a explicar algunos errores obvios.
Pregunta: ¿El mesianismo es políticamente rentable todavía? Respuesta: Sí, en la medida que promete bienes, privilegios o justicia, aunque nunca explique cómo lo va a lograr.
Aquí Crónica hace una pregunta que a mi juicio es clave pare entender a López: ¿Que pasara si cursa con un trastorno de personalidad? Respuesta: Verá como imperante el tomar el poder; no negociará porque su posición es irreductible. Ganar es la única opción y llevará el delirio hasta sus últimas consecuencias.
Finamente le hacen una pregunta que en 2013 no tenía respuesta. ¿Si AMLO llegara al poder, cómo gobernaría? Respuesta: Es algo muy difícil de determinar, dependería mucho de si se trata o no de un simulador o de un individuo con trastorno de personalidad paranoide… con todo lo que ello implica.
Ya hemos visto como (des)gobierna, los peores pronósticos se quedaron cortos. Mal asunto.
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