Ante la crisis, un gobierno de los y las trabajadores

 La crisis financiera y la depresión económica, por calificar lo mas suavemente y la pandemia del Covid 19  tiene por lo menos la perdida de millones de empleos en todo el mundo, tan solo en los Estados Unidos ya son 25 millones de trabajadores que están o perdieron su empleo.

Ante esa crisis social por la cuarentena, los gobiernos y los bancos centrales han salido al rescate de los grandes capitales, principalmente de carácter especulativo, hoy los gobiernos transfieren ayudas financieras en su mayor parte a las empresas bajo la careta de conservar el empleo, estas acciones que varios economistas llaman keynesianismo bastardo porque las transferencias monetarias no están asignadas a los sectores productivos estratégicos de la economía.

Hoy los sectores empresariales –capitalistas- lo único que buscan es conservar sus fortunas a costa del hambre  la miseria, la enfermedad y hoy también la muerte de miles de humanos.

Pero en lugar, de que los gobiernos particularmente el de López Obrador y su 4T asignen  el mayor número de recursos financieros, humanos y materiales médicos para atender la emergencia sanitaria y la demanda exponencial de los enfermos de Covid 19, está empeñado en sacar sus proyectos estratégicos y pagar puntualmente la deuda tanto interna como externa en lugar de cancelar el pago.

En México la patronal está demandando la revolución de impuestos, la suspensión de los mismos mientras pasa la  emergencia sanitaria, pero al mismo tiempo, con el pretexto de preservar el empleo ante la eminente quiebra de miles de empresas medianas y pequeñas que generan el 80 por ciento del empleo en el país están planteando “el salario solidario” que la propuesta consiste en que una parte por no decir la mayoría la page el gobierno federal con gasto público y deuda.

Esta propuesta que parece muy “generosa y humana” con los trabajadores tiene el propósito del que el gobierno se haga cargo de la nomina de las empresas para no afectar las cuantiosas ganancias de los empresarios voraces que quieren salvar sus capitales a toda costa y por todos los medios.

Es un hecho objetivo, la eminente quiebra de millones de empresas de todo tipo como lo asegura en un informe el Fondo Monetario Internacional, ante esta situación se debe de plantear el control de las empresas por parte de los trabajadores, con una jornada reducida de 6 horas diarias para poder aumentar el empleo y que los salarios sean financiados con las ganancias o el referente que hasta ahora es la fuente de las grandes utilidades de los empresarios.

Una parte de este excedente económico o financiero debe de estar destinado al financiamiento del gasto público del estado mexicano; como se sabe hoy el propio López Obrador reconoce que la evasión fiscal es muy elevada por lo menos las grandes empresas deben al fisco 50 mil millones de pesos.

La anterior propuesta debe de estar acompañada de la nacionalización por parte del estado mexicano de los sectores estratégicos de la economía sin indemnización alguna al capital, incluyendo ferrocarriles, las industrias sementeras, del acero, el sistema financiero y bursátil y la nacionalización y control por parte del estado del comercio exterior y la creación de un sistema bancario de desarrollo que fomente la actividad productiva en todos los sectores de la economía mexicana.

Los recursos financieros del estado deben de estar orientados al fomento de la inversión productiva y al mismo tiempo reconstruir las cadenas de valor o productivas; los sectores productivos estratégicos en manos del estado deben de convertirse en un nuevo motor de la economía nacional incluyendo el sector energético necesario para impulsar la actividad productiva y en particular una nueva industrialización reconvirtiendo los procesos productivos.

De esta manera, lo anterior será el pivote de la nueva estrategia económica que será diseñada en un plan económico de largo plazo.

Los avances científicos y tecnológicos aplicados a todos los aspectos de la vida social política y económica, permiten con mucho hacer posible una planificación científica centralizada de la economía al servicio de los trabajadores y los sectores populares que son los que en realidad hacen funcionar la economía.

Despues que pase la emergencia sanitaria y se vuelva a la supuesta “normalidad”, el costo de la recuperación de la economía va hacer pagado  por los trabajadores a costa de miserables salarios y un alto desempleo por eso es necesario plantear una nueva organización política y porque no decir la reconversión del estado mexicano y su gobierno, al fin y al cabo  que la Cuarta Transformación está fundida y no es alternativa a los millones de trabajadores y los que trabajan en la economía informal.

Es por ello que es necesario llamar a todas las organizaciones de los trabajadores a conformar un nuevo frente o consejo nacional que tome  en sus manos el poder político y económico del país.

 Esta propuesta es contraria a la de los gobernadores y los partidos políticos que proponen un Golpe de Estado para regresar a gobernar o que algún sector del ejército tome el poder político en el país que hay que rechazar categóricamente.

Hoy el capitalismo global en su versión neoliberal esta  derrotado como alguna vez se dijo que el socialismo avía fracasado como alternativa para la humanidad, pero lo cierto es que no ofrece alternativa  para la mayoría de la población; es por ello que se debe de proponer tomando en cuenta todo lo anterior un gobierno de las y los trabajadores y sectores populares al servicio de los propios trabajadores.