DEBATAMOS MICHOACÁN: Derecho a la narrativa del Covid-19

Quien tendrá el derecho a la narrativa para contar lo que sucedió durante este periodo de cuarentena para la atención de las medidas sanitarias en prevención del Covid-19, quien y desde que perspectiva?

Covid-19, nos ha dado al mundo (constructo cultural al que se refiere Hannah Aredth) una lección democrática; al final la población, sino observa las medidas sanitarias, puede ser contagiada: ricos, pudientes, muy ricos, pobres y muy pobres.

Recordemos que el virus es parte de la naturaleza, y que será la sociedad la que le dé la interpretación. En la historia de la humanidad, el hombre ha sido antropocéntrico, etnocéntrico, un hombre que domino a la naturaleza, que sometió y alteró los recursos naturales en un discurso que planteo siempre en beneficio  a la población, pero en donde se enriquecieron algunos.

Es el ser humano, producto de la dominación de la Madre Tierra, de la naturaleza, y de los elementos que dan vida: el agua, la tierra, el aire y la luz; sabiéndolo o no,  somos también naturaleza, tal como lo dicen las comunidades indígenas de diferentes partes del mundo, quienes ejercen espiritualidad a la naturaleza y sus elementos, es decir respeto.

Sin embargo desde el posicionamiento del poder, el antropocentrismo no nos permite vernos como iguales, sino en una asimetría de poder; la racionalidad, que fue finalmente lo que hizo que se pensara que se había sometido a la naturaleza a las dinámicas sociales y de desarrollo.

Hoy la naturaleza nos da una lección, porque nos ha puesto en situación crítica a todos y todas, frente al Covid-19, es una lección que nos expresa que ante la naturaleza todos somos iguales, no hay asimetría de poder, para esto no hay países pobres o ricos; no hay ricos y pobres, no hay pobres y pobreza extrema, no hay diversidad sexual, no hay grupos en condiciones de vulnerabilidad.

Leyendo a Rita Segato, plantea diferentes pensamientos y corrientes sobre el Covid-19 y, nos indica que dependiendo de cada una de estos pensamientos será la manera en que se contaran las narrativas una vez que concluya  la pandemia:

El primer escenario “jaque mate al capitalismo”: el virus echara  abajo el Neoliberalismo y abandonara la acumulación para dar paso a la solidaridad, donde los estados proveedores deben ayudar a salvar a la sociedad. Sin estado que garantice y entregue recursos a los pobres, no podrá continuar la vida. Sera necesario colocar la acumulación a disposición de la gente que la necesita para sobrevivir, y los gobernantes serán a futuro llevados a desobedecer el precepto fundamental en que el capitalismo se apoya es decir la acumulación. Desde esta posición se podría terminar con el egoísmo. Deseable pero difícil, el Capitalismo, Colonialismos y el Patriarcado se encuentran vivos.

El segundo escenario: “experimento de laboratorio”: expiar a la población mediante el control digital e inteligencia artificial con nuevas tecnologías; todo será informado sobre cada uno de los vivientes y la amenaza de un estado de excepción  de magnitud desconocida  para el control y sometimiento de la humanidad.

La tercera posición: “Enfermedad como genocidio”, es de carácter ideológico y desde el poder, pero apegada a las posiciones Neo-Maltusianas y de Charles Darwin,  en donde sobrevive el más fuerte, el más apto; quien no esté adaptado a la sobrevida en determinadas circunstancias o quien  pueda perjudicar el proyecto nacional definido por la perspectiva en poder, deberá perecer. El virus, visto desde esa ideología, tendrá una “solución final” totalitaria: lo que no sirve, en el sentido de que no presta servicio a un ideario, no debe vivir; y en ese sentido serán muchos de los adultos mayores, o de aquellos grupos o segmentos de población vulnerados, población con discapacidad e indígenas; solo revisemos lo que expresa Sebastiao Salgado, sobre las comunidades indígenas del Amazonas en Brasil.

La cuarta interpretación “pedagogía fascista”, tiene un posicionamiento bélico y fascista. Se entrena así para actuar sobre la base de la existencia de un enemigo (quien vive con Covid-19 o trabajadores de salud). La enemistad, el belicismo se convierten en la razón de ser de la acción. El virus sirve a las fuerzas de seguridad para actuar dentro de esa perspectiva y lógicas punitivas y de exterminio se desatan.

La quinta posición: “supremacía humana” nos plantea que  al final, habrá de persuadir e imponerse a todos la idea de que la Tierra, nos habrá demostrado su límite y dejará probado que la explotación industrial de la naturaleza nos lleva en una dirección suicida. De esta manera tanto ricos y pobres, según los que así piensan, habremos aprendido lo que los pueblos originarios han repetido por años: “No tenemos la tierra, es Ella quien nos tiene”, “Nosotros somos naturaleza”.

La sexta posición “estado materno” y puede haber otras seguramente: el virus vino a imponer una perspectiva femenina sobre el mundo, nos metieron al espacio reservado a la mujer, la casa, su espacio: existen tres cosas importantes a destacar: el estado asume los roles de cuidado, históricamente reservados a la mujer, y ese cuidado son las medidas sanitarias y el “Quédate en casa”, (casa y roles de cuidado); por primera vez observamos que el personal de salud pierde esa asimetría de poder, porque tiene la misma vulnerabilidad que las personas contagiadas y también debe de recibir y dar cuidados y,  finalmente el espacio laboral ahora se desarrolla en casa. El estado ha reducido sus tareas a lo doméstico; se domesticó la gestión, ahora administrar es equivalente a cuidar, y ahora el cuidado es la tarea principal.

Séptima posición grupos vulnerables: Yo considero que también estarán las narrativas de aquellos grupos en condiciones de vulnerabilidad que han alcanzado cierto grado de creación y desarrollo de conciencia social a través de la participación de organizaciones de la sociedad civil; son grupos que han sido  oprimidos y que hoy a la luz de su visibilidad, aun con los prejuicios, estigmas, violencia y discriminación que tienen, podrán contar, o narrar lo que suceda después de la pandemia, porque serán muchos de ellos los que reciban un trato diferenciado en la aplicación de los recursos de la medicina critica.

Lo importante es cuidar el derecho a la vida, a la salud, a que se respete la dignidad humana; proteger la vida, cuidar de ella en un aquí y ahora, es decir, hacerlo a   como dé lugar, con independencia de decretos, estados de excepción, de limitar los derechos humanos, lo principal es la vida, y eso hay que cuidar.

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