Vulnerabilis

El futuro nos ha alcanzado, la pandemia del SARS-CoV2 (COVID-19) ha mostrado que tan frágiles somos como personas, la pobreza sale a relucir, no me refiero únicamente a la económica, sino a la actitud que mostramos frente al tsunami sanitario y a las reglas implementadas por los gobiernos federal, estatales y municipales bajo una total descoordinación nacional, que nos lleva a cuidarnos y cuidar a los nuestros motu proprio.

            La sensación de miedo en parte de la población existe, a otra parte al parecer, no le importa vivir con cuidados y realiza sus actividades de manera ordinaria, muchos hemos vuelto a lo fundamental, la pandemia demostró que a la globalización le hacia falta soberanía sanitaria; el ocio, los viajes y el consumismo ahora cesantes llegarán con más fuerza bajo las medidas de protección, en un afán de compensar el “confinamiento” que hasta hoy suman 76 días en México.

            El neoliberalismo como la pandemia no terminan por “decreto”, el costo será muy alto y lo pagarán de nueva cuenta los mismos de siempre, la población de a pie; para algunos el “confinamiento” permite revalorizar lo que antes pasaba desapercibido, para otros el tiempo no es suficiente para el mantenimiento o aseo diario de la vivienda y de los quehaceres cotidianos que estaban en manos de trabajadores domésticos ahora ausentes.

            La nueva sociedad se integrará por personas desconfiadas bajo una incertidumbre generalizada creada por tanta información electrónica de noticias verdaderas y falsas hasta en tanto no exista una vacuna; las economías locales colapsaran si no se adaptan al “día después”, lo que en Michoacán denominan “una nueva convivencia” o a nivel federal “la nueva normalidad” no es para nada el final, sino el comienzo de algo que puede ser prolongado, antes de llegar a la normalidad.

            La industria del cine, la música y los deportes remontará con nuevos contenidos acordes a la crisis sanitaria, sin embargo, la clase política no aprenderá mucho de esto y sufrirá los estragos en las elecciones del año entrante, las que por cierto deberán regirse por nuevas reglas para las campañas y la elección misma. El “confinamiento” nos ha servido para identificar que tan vulnerables somos y en ello nos va nuestra fragilidad.

            La impartición de justicia se ha detenido, el COVID-19 de facto hizo a un lado el contenido del artículo 17 constitucional, la verdad es que no sabemos que nos depara el día a día; la realidad virtual donde ahora muchos nos desarrollamos, dista todo de la experiencia real, en lo personal extraño conducir un automóvil ¿tú que extrañas?

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