Cuando los gobiernos fracasan

Como una ironía de la vida, a finales del mes de septiembre y principios de octubre del año pasado se celebró en Madrid España el X Congreso Internacional sobre Gobierno, Administración y Políticas Públicas bajo el tema: Gobernando el Futuro.

En este Congreso se discutió como los gobiernos pueden preparar una estrategia para el futuro y poder enfrentar  con una mejor eficiencia y eficacia los asuntos públicos, tanto económicos como políticos y dar respuestas a las demandas de la sociedad civil.

Entre los problemas más discutidos en dicho congreso fueron los  sistemas sanitarios o de salud que en su momento se hizo un diagnostico de como la política neoliberal los había desmantelado, como ha quedado demostrado con la pandemia del Covid-19.

Gobernar el futuro significa que los gobiernos deben de estar preparados en el proceso de la toma de decisiones a partir de dos elementos fundamentales,  el conocimiento científico acerca de los diversos problemas públicos y el político, es decir la negociación o interacción entre la sociedad civil y el propio gobierno cuya resultante es la política pública  para resolver los diversos problemas de interés público.

La conferencia magistral de dicho congreso fue a cargo de un filósofo, en el sentido de que no se puede adivinar los acontecimientos futuros de las sociedades, pero si se pueden  tomar medidas preventivas, decisiones y elaborar estrategias ante los desastres naturales, en este caso el coronavirus, donde los gobiernos de todo el mundo particularmente de los países desarrollados han respondido de varias formas y de manera tardía, con un sistema sanitario o de salud incapaz de satisfacer la demanda exponencial por los  contagios.

Hoy estamos comprobando esta afirmación, concretamente en el país donde el gobierno a través del Consejo Nacional de Salubridad toma decisiones a partir de cómo se van presentando los acontecimientos de la pandemia y lo peor del asunto con una estrategia contradictoria y mensajes encontrados.

A terminado la fase de la “sana distancia” y entramos a la “nueva normalidad” donde se  reinician  de manera parcial las actividades económicas y productivas no esenciales, aunque el gobierno federal marcara el ritmo y el grado  de riesgo y las medidas sanitarias de acuerdo al comportamiento de la pandemia en las entidades federativas y municipios, pero al mismo tiempo de que se declara la máxima alerta, el presidente López Obrador de manera imprudente inicia una gira por el sureste del país para poner en marcha sus proyectos estratégicos y al mismo tiempo en un mensaje por Facebook da a conocer algunos indicadores económicos y financieros de la supuesta recuperación económica del país y al mismo tiempo agradece a las grandes empresas evasoras de impuestos a ver pagado millonarias cantidades a Hacienda; pero la verdad, un alumno de preparatoria del área de economía sabe más que el presidente de la 4T por no decir que es un verdadero ignorante en materia de política económica.

En esta nueva fase de la nueva normalidad en el estado máximo de alerta, los gobernadores rebeldes no están de acuerdo del criterio adoptado por López Obrador por las particularidades de cada entidad federativa y municipios, lo que constituye una señal más encontrada  que es enviada a la ciudadanía, mejor dicho, este conjunto de gobernadores, en el cual se encuentra Silvano Aureoles de Michoacán, no están de acuerdo en los términos de cómo implementar la nueva normalidad, cosa sumamente grave en términos de salud pública y garantizar la seguridad de los ciudadanos, mas aun cuando de manera imprudente López Obrador anda de gira disque reactivando la economía.

Pero el punto más importante no es las divergencias entre los gobernadores y el poder presidencial, la gravedad del asunto es que tomó la decisión  ante la presión de las cúpulas empresariales de reiniciar las actividades económicas y productivas del país, poniendo en riesgo la vida de millones de mexicanos con una política de “primero el negocio y después la vida”; aunque José Alfredo Jiménez decía en una de sus canciones que “la vida no vale nada” y eso es lo que significa para el famoso gobierno de la 4T.

Pero,  aunque hay que volver al principio de esta entrega  que es el “gobernar el futuro”  que aplicado a esta nueva realidad que  impuso el coronavirus los gobiernos del planeta y en México, han fracasado, si bien es cierto que todavía no se puede hacer un balance de cómo enfrentaron la crisis sanitaria ya existen suficientes elementos para hacerlos en otra entrega.

Por lo pronto tan solo se puede decir que en las agendas de los gobiernos nunca estuvo contemplado un escenario de tal magnitud, dejando a un lado por lo pronto el tema económico y financiero, ni las agencias de inteligencia construyeron  los mismos, ni mucho menos de que una emergencia sanitaria y de salud fuera un asunto de seguridad nacional o de Estado. Por ello se puede afirmar categóricamente que los gobiernos a nivel internacional y en el país en todos sus niveles han fracasado.