“Nueva normalidad” con mayor responsabilidad

Las recientes declaraciones hechas por el doctor José Sarukhán Kermez, en videoconferencia realizada en el contexto de la celebración por los 75 años del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, resultan un llamado a nuestros gobernantes y a las instituciones encargadas de velar por la protección de nuestros recursos naturales, o mejor aún, un llamado urgente para corregir las políticas desarrollistas que han llevado a países como el nuestro al abuso y deterioro de la naturaleza.

       Para el doctor Sarukhán, exrector de la UNAM e investigador emérito de la misma, la actual emergencia sanitaria es resultado del abuso a la naturaleza… y parte de ese deterioro se ha debido a la falta de políticas públicas y de conocimiento sobre el uso de los recursos naturales. “Esta epidemia -mencionó-, como otras previas, han surgido por la destrucción y fragmentación de los ecosistemas en diversas partes del mundo y está documentado.” Sin embargo, resaltó: “el funcionamiento y desarrollo de México, basado en los recursos naturales, puede ser una contribución  de análisis histórico para que la sociedad se informe y tome decisiones de consumo más inteligentes”.

       Tomando en cuenta sus palabras, hoy que en muchos puntos del país se están tomando medidas para salir del aislamiento y regresar a las actividades económicas y sociales, resulta del todo importante hacerlo de manera responsable y efectivamente dar paso a una “nueva normalidad”.

       Para reflexionar al respecto, he encontrado algunos textos surgidos de colectividades que trabajan en pro de una nueva relación del ser humano y su entorno y que me han llevado a ratificar lo que a través de los años tengo como cierto: toda crisis se presenta cuando resulta urgente un cambio. 

Hoy resulta urgente cambiar. Si entendemos que el mundo no es como habíamos imaginado, si nos percibimos a nosotros mismos de otra manera, si nuestra conducta equivocada nos ha llevado a un camino de autodestrucción… debemos ser coherentes y poner en marcha un nuevo sistema económico que sea integralmente funcional a la conservación y al crecimiento de un proyecto de vida.

       Necesitamos un cambio en nuestro estilo de vida. Y puede que ya esté sucediendo entre muchas personas, en muchos lugares, haciendo cosas pequeñas, en todos los aspectos de su vida. Viven con austeridad, sin lujos innecesarios, sin niveles de vida ofensivos para la inmensa mayor parte de la población mundial: viven en la pobreza.

       Durante estos meses de confinamiento responsable, mis prácticas personales, que estoy segura comparto con muchas personas más, son una invitación a erradicar el consumismo: no comprar lo que no necesito. Cero gastos innecesarios. Recortar comodidades innecesarias e invertirlas a favor de la ecología.  Utilizar menos agua caliente.  Cero comida tirada a la basura.  Menos productos cárnicos. Apagar las luces innecesarias.  No comprar nuevos aparatos y consumir preferentemente productos del comercio local.

              Tiene razón el doctor Sarukhán y todas esas personas que en el país y en el mundo están gritando que urge una conversión ecológica que llegue a ser una auténtica revolución cultural. La actual crisis sanitaria que aqueja a la humanidad, obliga a que no hagamos oídos sordos al grito de la Tierra, al de las selvas y bosques mutilados y calcinados, al grito de los ríos contaminados, de las montañas horadadas, al de  los animales acorralados en su hábitat invadido y al de las especies en extinción.

       Tampoco debemos olvidar que esta crisis viene a ser consecuencia de las ambiciones desmedidas y egocéntricas de una especie que se ha autoproclamado diferente, superior, dueña de la creación y que ha mirado al resto de la Naturaleza como una simple despensa de recursos naturales al servicio del desarrollo económico.  Esta manera de mirar el mundo es la que nos está llevando al desastre, al ecocidio, al suicidio.

       Sólo podremos detener entre todos el desastre climático que hoy se expresa en enfermedad y muerte para la humanidad, si logramos transformar la sociedad actual… si imprimimos a la  “nueva normalidad”  una nueva cultura: del respeto propio y respeto a los/as demás.  Si asumimos una nueva visión que nos permita amar a la Naturaleza como a nosotros/as mismos/as.  Es urgente cambiar de rumbo, porque sólo tenemos una casa: un solo planeta que es la madre Tierra.  El cuidado que tengamos de ella, es nuestra salud.

       Simplemente se trata de vivir mejor con menos.  Trabajemos, no para “la buena vida”, sino para el buen vivir.  Que la “nueva normalidad” sea para muchos/as la oportunidad de una gran transformación… con toda la responsabilidad que el momento exige.