LA PSICOLOGÍA EN EL DERECHO: ¡Esto no es una fake news!

En esta ocasión quiero compartir algo que observo está sucediendo en esta nueva normalidad, hemos transitado del resguardo y el estrés que implicaba el trabajo, la casa, la pareja, las hijas e hijos, al miedo real de salir a la calle.

Durante toda la semana pasada fui bombardeada por la noticia de personas contagiadas por COVID, pero ustedes podrán pensar, esas noticias ya perdieron interés, ya no creemos lo que la televisión, la radio, el internet ni mucho menos el reporte de la Secretaria de Salud nos dice; pues no, no me refiero a este tipo de noticias, me refiero a las de las personas con las que comparto en este momento de la historia de mi vida.

Desde la compañera de trabajo que me comparte que su madre comenzó con una cefalea muy fuerte y que ahora tiene mucha tos seca, y que al cuestionarle el por qué no la lleva al servicio de salud para que le hagan la prueba, me responde, que su mamá no quiere porque solo confía en su médico, hasta la compañera que sale corriendo a realizarse la prueba pues sabe que persona cercana a ella con la que tuvo contacto dio positivo a COVID, y al llegar al servicio de salud la respuesta, es que si no hay síntomas no le aplicaran la dichosa prueba.

Estas noticias a las que me refiero, no son una fake news, me llegan de quienes las están viviendo y vienen acompañadas de miedo por resultar positivos de contagio del virus letal, de miedo a perder la vida; durante todo el confinamiento no había sentido tan cerca la posibilidad del contagio hasta esta semana que concluyó;  porque no son las noticias de gente desconocida, sino de aquellas con las que comparto distintos espacios y ámbitos en mi vida, para mi este es el indicador más claro de que hemos llegado a ese temible pico alto del contagio, nadie me lo conto, yo estuve escuchándoles a ellas.

Creo que como me pasa a mí, les pasa a ustedes, hay más de alguna persona que conocen, que les compartió de sus experiencias cercanas con los resultados positivos, y por lo menos a mí me invade el miedo porque al final del día no solo nos cuidamos por nosotras mismos, sino por los que están en casa nuestras hijas e hijos o nuestros familiares adultos mayores, o familiares que sabemos que su salud se encuentra comprometida.

La semana que concluyo fue apremiante en información y tenía perfilados dos temas a compartir con Usted amable lector; el primero acerca del día internacional del orgullo LGBT (Lesbiana, gay, bisexual y transexual) mencionando los avances y los retos para el respeto y principalmente la aceptación de los Derechos Humanos de la comunidad. Respeto tan necesitado para la comunidad LGBTTI, que es rechazada por lo distorsionado de algunas mentes, la ignorancia de otras y los deseos atrapados de algunos más. Olvidando la constante que tenemos todas las personas; ya que todos tenemos los mismos derechos.

Y el segunda era compartirles acerca de los resultados del mecanismo de la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres a cuatro años cumplidos el domingo pasado, porque recordemos que Michoacán cuenta con catorce municipios señalados con un índice elevando en feminicidios, este mecanismo tiene como objetivo visibilizar la violencia y obligar a las entidades federativas atenderla, este trabajo solo dará resultados si en forma conjunta los tres órdenes de gobierno y la sociedad actuamos contra ese tipo de maltrato a las mujeres.

Pero como la vida es primero, regreso al tema de hoy, insistiendo que el SARS-COV-2 (COVID-19) no es una noticia falsa; sino real y verdadera y ya se encuentra en nuestro circulo de trabajo, de amigos y de proveedores, etcétera; por lo que es necesario que hagamos conciencia; tal vez no lo hemos querido aceptar, pero en repetidas ocasiones el subsecretario de salud Hugo López-Gatell (si lo sé, ya una figura desgastada) ha mencionado en repetidas ocasiones que debemos prepararnos para una pandemia larga, y que depende únicamente de la sociedad que salgamos bien librados de esta, lo anterior ya se cumplió; es decir, este estado de vida va para largo, si no me traiciona la desorientación de tiempo (que es un síntoma de la pandemia, no tener claro que día vivimos) estamos por iniciar el quinto mes de un resguardo a medias.

Porque esa es la intención con este artículo, promover conciencia, cada que salgo a la calle veo con tristeza las conductas de las personas, que no respetan las condiciones sanitarias que son lo único que nos pudiera poner a salvo de esta contingencia; aunque estoy de acuerdo con que a estas alturas es necesario un respiro emocional del encierro, pero recuerda, el virus sigue buscando tu cuerpo para ser portador, y no hay nadie más responsable que tú, para lograr detenerlo.

Si tus privilegios lo permiten, trata de salir solo para lo indispensable, si requieres salir a activar tu economía hazlo con los cuidados necesarios, usa tu cubre bocas, lava tus manos continuamente, usa gel antibacterial, si el otro no respeta la distancia hazlo tú, pero sobre todo ya que eres consciente de que sales porque es necesario, se responsable y al primer síntoma que manifiestes resguárdate, para evitar contagiar a otras personas, que no te gane la negación; el miedo al rechazo por el contagio lo entiendo, este último es el que más pesa; pero en tu carácter responsable, es necesario que compartas si ya eres portador del virus, con todas las personas que mantuviste contacto que se observen para evitar la propagación del virus.

Trata de realizar un ejercicio de participación ciudadana, si en el lugar en donde vives hay niños y/o personas adultas mayores, organiza tu colonia de tal manera que ellos puedan salir en determinados horarios a los espacios de esparcimiento, sanitizando las áreas de juego en caso de contar con ellas, o simplemente manteniéndote en casa para que los adultos mayores puedan tomar un poco de sol fuera de sus casas, porque recordemos que ellos también requieren de un respiro, para seguir en lo que amenaza por ser un año de pandemia.

Dejemos de ver lo que hace o deja de hacer la otra persona, tomemos acción de nuestra vida, para evitar que quienes nos importan la pierdan, o incluso perderla nosotras mismos. Volvámonos responsables de nuestras crisis por el COVID, estoy segura que eso hará que cada persona actué de una mejor forma, que ayudara a reducir los contagios.