REPERCUSIONES: Trump, pandemus y golf

Si algún lector de esta columna  semanal considera que la Pandemia que azota -no solamente a México- sino que está presente prácticamente en toda  la esfera terrestre, no nos preocupa, está equivocado o bien, me atrevo a asegurar que vive en otra galaxia.

Hay preocupación y mucha, aun cuando no hayamos sido contagiados, y ni demostrado nuestro “susto”, pues la misma sí que nos tiene medio asustados y prácticamente confinados, encerrados en nuestros hogares.

Esta pandemia no respeta a nadie, sea rico, pobre o archimillonario, por lo que  este fenómeno nos ha obligado a cambiar nuestras conductas, a incrementar nuestra paciencia y sobre todo, el de seguir al “pie de la letra”, las recomendaciones que científicos y expertos en la materia, nos transmiten a través de  los múltiples  medios de comunicación en forma constante.

El sólo hecho de salir de casa, sin usar tapabocas, ya es un riesgo de contagio, y por lo mismo, obligados estamos a obedecer las instrucciones del gobierno  mexicano expuestos por los científicos, instrucciones que se publicitan por todos los medios de comunicación en forma constante y clara en todo el territorio mexicano.

¡Por el momento, “no hay remedio en la botica”!, y si es necesario “salir de casa”, utilicemos nuestros tapa bocas o con cuidado  mantengamos las distancias de otros transeúntes, y ya de regreso a nuestros hogares, desinfectar nuestros zapatos o bien, dejarlos en un sitio muy cercano a la puerta de salida,  y ya dentro de la casa, andar descalzos o bien, utilizar huaraches, pantuflas o sandalias.

En forma genérica, los mexicanos tenemos la particularidad de ser ingeniosos, de que todo podemos resolver rápidamente, pero esa chispa particular, ese “ingenio”  natural del mexicano, de repente nos falla y rápidamente  traspasamos los límites y con nuestro virus, provocamos contagios multiplicando las áreas de infección.

Cabe señalar que, precisamente cuando en los Estados Unidos casi rebasaban la suma de los once mil fallecidos por esta pandemia universal, el presidente estadounidense descansaba de sus “fatigas del reposo”, se fue a jugar golf en una cancha de Virginia.

En su defensa pública, indicó que seguramente habría comentarios negativos por su salida al campo de golf y reiteró que, además, dijo, cito: “Lo que no dicen es que fue mi primer juego de golf en casi tres meses  y, si esperaba tres años, harían sus habituales piezas castigadoras de todos modos”.  

Recordemos que las groserías comentadas por Trump a “Peñita” como presidente y colega, provocaron vergüenza a los mexicanos, aun cuando sabíamos de la incapacidad y cobardía de éste ridículo “Peñita” y su nulidad como presidente de nuestro país.

Seguramente que por su deleznable conducta como presidente de los poderosos Estados Unidos, la mayor parte de los estados del coloso norteño no repetirán el error cometido en las elecciones que lo hicieron llegar a la Casa Blanca.

¡Sería un verdadero milagro si este Presidente fuera reelegido!