Han sido, para los michoacanos en su mayoría, un sexenio perdido y un descrédito mayor para quien, hasta ahora y desde mi punto de vista, ha venido representando a los michoacanos en forma nada adecuada y más bien, su conducta ha provocado risas, chascarridos y corajes, su lamentable comportamiento como Gobernador de Michoacán no ha gobernado adecuadamente el Estado; más bien, en ocasiones frecuentes su comportamiento como gobernador ha causado risas y vergüenza para quienes votaron por él.
Desde luego que lo anterior escrito es mi particular punto de vista, pero cierto es que muchos amigos que compartimos el gusto por el café, hasta hoy día, comentamos su actitud como gobernador que deja (desafortunadamente) una opinión negativa y mayoritaria. El tiempo que le resta como autoridad estatal no le será suficiente para enmendar “la plana” y terminará su administración prácticamente sólo, lo que es lamentable, pues ya se sabe popularmente que cuando un gobierno nace, a coro y multitudinariamente lo alaban y cuando se termina, pocos amigo son los que lo acompañarán gritan sin que nadie le acompañe, ¡se acabaron las cortes!
Informaciones periodísticas de corte nacional publican una lista de propiedades que incluyen, cito al periódico El Universal del domingo anterior, un listado de ranchos grandes, con ganado vacuno, casas, ganado y otros inmuebles.
Prácticamente desde el principio de su administración marcó la pauta de su gobierno, pues hizo fiesta en la Feria de Morelia, misma que se ha venido realizando en territorio fuera de la capital y en terrenos de otro municipio (Charo).
En esa fiesta, que por cierto lleva ya muchos años realizándola en los límites de los dos municipios, montado a caballo realizó su show el gobernador del Estado y que fue por unos sancionado y por otros risueños por contar con un gobernador alegre y simpaticón.
Ante la denuncia o los comentarios publicitados por El Universal (diario Nacional)
desde luego que todavía el gobernador tiene suficiente tiempo de ordenar sus cosas, de corregir lo corregible y sobre todo, el saber contar muy bien, pues sus extravagancias no son pocas y, más aun, son del dominio público.
Cuando está uno al final de su mandato, los amigos empiezan a esfumarse y los enemigos a multiplicarse, pues los aplaudidores de antes se van extinguiendo poco a poco; se esfuman, se evaporan, se extinguen y solo quedan pocos, los que realmente son amigos.
Afortunadamente y en lo personal, tuve la experiencia de haber colaborado con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en su sexenio como gobernador del Estado, al término del mismo, nos invitó a un pequeño grupo a su casa y departimos con él, viandas y algunas copas de tinto, otras copitas de mezcal y cuando nos despedimos esa noche, varios no pudimos evitar que de nuestros ojos se escaparan algunas lágrimas, pues realmente habíamos realizado nuestra encomienda, trabajado a conciencia y aprendido, asimilado, la que en realidad es la política.
Pasados los años, la experiencia recibida en los seis años de C. Cárdenas S. como gobernador del Estado, me fue muy productiva al frente de la Municipio de Morelia y finalmente, esa oportunidad de laborar el Ingeniero, fue un impacto positivo que me llevó incluso a ser miembro del Congreso Nacional de la República.
