LA PSICOLOGÍA EN EL DERECHO: El uso de la fuerza

El jueves 13 de agosto los titulares de periódicos locales y redes sociales mostraron su indignación ante la corporación de la Policía del municipio de Morelia, por la muerte del joven Julio de 27 años ocurrido la noche anterior en un Fraccionamiento Privado al Sur de esta ciudad-capital, deceso que aconteció el día anterior aproximadamente a las 22:00 horas, medios de comunicación que anuncian en sus encabezados que el occiso padecía de sus facultades mentales -trastorno neurológico-, después de manifestaciones realizadas por familiares y vecinos, y de una movilización de la familia ante los medios de comunicación, como resultado se da el anuncia de la separación del cargo de la comisionada de seguridad municipal Maribel Julissa Suárez Bucio, así como a algunos elementos que cubrieron el servicio.

De acuerdo con la entrevista realizada a Luis Raúl Chagolla, hermano de Julio a través del programa de Vox populi 103.3 FM https://soundcloud.com/noticias-radio/entrevista-luis-raul-chagolla-caso-julio-cesar-chagolla?fb manifestó que su hermano ingreso a un domicilio que no era el de él por error y que la familia de ese domicilio realizó una llamada al 911 denunciando un robo en proceso, una vez estando la policía en el domicilio se acerca la vigilancia del fraccionamiento al lugar de los hechos y refiere el ingreso de aproximadamente 23 patrullas y una ambulancia.

Primer análisis 23 patrullas aproximadamente para un robo en proceso, esto se traduce en 92 elementos aproximadamente cuando ya hay una persona identificada, esto nos lleva a varias preguntas ¿Quién pidió el auxilio? Para que le mandaron a tantas patrullas y a tantos elementos. ¿Quién era el presunto delincuente? Que requería esa cantidad de policías para su detención y última ¿Qué motivo a la comisionada de seguridad municipal a autorizar ese número de refuerzos? Porque para un asalto no se justifican 23 patrullas con 4 elementos cada una.

Refiere el mencionado Luis R CH S que a la llegada de los elementos de la policía Morelia, les fue comunicado por parte de la seguridad del Fraccionamiento la condición mental de Julio, haciendo referencia que ya estaban localizando a su padre para lograr tranquilizarlo y manifestó que Julio ya se encontraba en estado de crisis. Lo anterior obliga a dos puntos de análisis desde la psicología. Uno. La condición mental, a decir del hermano del joven ultimado en ninguna de las entrevistas revisadas por su servidora para esta colaboración, se puntualiza el diagnóstico, solo menciona que su padecimiento era neuropsiquiátrico, esto para explicar por qué el chico se encontraba en el domicilio allanado, lo anterior es importante ya que este hecho es el que origina la llamada al número de emergencia. Dos. Derivado de su diagnóstico ¿cómo se manifestó la crisis de julio? ya que de voz del hermano se nos hace del conocimiento que dentro del domicilio Julio rompió algunos cristales con la intención de salir, de acuerdo con esta narrativa los elementos de seguridad debieron considerar si la persona estaba armada algo que seguramente fue notificado dentro de llamada al número de emergencia.

En la entrevista de radio a que vengo haciendo referencia, el hermano manifiesta que Julio salió corriendo del domicilio (nótese que no hay referencia de que haya amenazado a los elementos de seguridad) y en la descripción de los hechos Luis Raúl manifiesta que al momento en que huye un elemento desenfunda su arma y al hacerlo se le escapa un disparo hiriendo su propia pierna y en ese momento es que solicita abrir fuego en contra del muchacho, recibiendo 3 disparos por la espalda que le causaron la muerte de los 8 disparos que le tiraron aproximadamente.

Segundo análisis. El acuerdo por el que se expide el protocolo de actuación policial de la secretaría de seguridad pública del Estado de Michoacán de Ocampo para detención, búsqueda, uso de la fuerza, alto de tránsito, control de multitud y restablecimiento del orden refiere en el capítulo VI. De Las Bases para el Uso de la Fuerza. Que los niveles de fuerza deben aplicarse sucesivamente y conforme sean necesarios, de manera sistematizada, iniciando por la persuasión o disuasión verbal, consiste en el uso de lenguaje verbal, por señas o signos, que sea catalogados como órdenes, y por argumentos que permitan a la persona facilitar a la Policía cumplir con sus funciones; enseguida la reducción física de movimientos, la cual se realizará mediante acciones cuerpo a cuerpo a efecto de que se someta a la persona que se ha resistido y ha obstaculizado la detención.

Por lo anterior, como se dice en el argot jurídico aceptando sin conceder que el estado de crisis derivado de su condición de salud mental no fue suficiente la persuasión o disuasión verbal -la que dicho sea de paso en ningún momento se utilizó, por el contrario, la forma agresiva de los elementos crispo los nervios de Julio-, de acuerdo con ello el siguiente paso era la reducción física de movimientos cuando el chico sale corriendo lo que proseguía era una persecución, lo anterior con base en el protocolo.

Y sin embargo la respuesta de la policía fue desenfundar un arma, que de acuerdo con la relatoría de hechos por parte de la familia fue la falta de capacitación del elemento que detona el ataque, ya que recibe un disparo por el mismo; aquí resulta pertinente explicar el comportamiento de los grupos policiales en un evento como el que cubrían a partir una detonación de arma de fuego como la que ocurrió evidentemente por negligencia o impericia del policía municipal de Morelia, detona un grado de alerta por amenaza, el que se percibe de forma generalizada en el grupo de personas que experimente el evento al momento de la primer detonación se activa la reacción de ataque y esta es reforzada por la indicación de abrir fuego, en este estado pocos se pueden cuestionar que está sucediendo lo que se activa es la capacidad de ponerse a salvo, es decir preservar la vida. Con esta explicación no pretendo justificar el hecho, que a todas luces habla de la falta de capacitación y experiencia de estos elementos de seguridad, mi intención es que se considere la importancia de la capacitación, condiciones de trabajo y medios de salud mental que se debería proveer a las corporaciones policiales.

En apoyo a este punto de vista se encuentra otro apartado del órgano normativo ya identificado el que establece las bases para el uso de la fuerza, señalando que son mecanismos de control a los que deberá sujetarse la Policía, cuando se enfrente a hechos delictivos o a situaciones que puedan generar violencia en las personas o sus bienes, que alteren el orden y la paz públicos o puedan afectar a los mismos integrantes, estableciendo la graduación y control en el manejo de esos hechos y situaciones, así como proveer criterios para el uso de la fuerza, debiendo ser consideradas para el planeamiento de las acciones a realizar y para establecer pautas en la toma de decisiones.

Por otra parte el mismo ordenamiento precisa que para el empleo de las armas de fuego, la Policía, conforme a las circunstancias de cada caso y utilizando el buen criterio, raciocinio y experiencia, así como evitando poner en peligro a otras personas, deberán: Planificar, preparar y movilizar medios humanos, materiales y técnicos, en directa relación con el principio de proporcionalidad, identificándose como personal de la Secretaría dando una clara advertencia de su intención de emplear armas de fuego; y solo si no se logra la persuasión como primer acto ejecutar disparos al aire. Y si la amenaza continúa, ejecutar disparos tomando precauciones para evitar daños a personas no comprometidas en el conflicto.

Por lo anterior, aun cuando hubiese existido un disparo a un elemento de seguridad, lo que no sucedió ¿Por qué disparar a quien va huyendo? Pues ya no representa peligro, una mala actuación de los elementos de seguridad implicados.  A manera de conclusión es importante que dentro de la formación policial le sea dedicado un apartado especial para la actuación policial en población en estado mental ya sea transitorio o derivado de su condición mental que le permita tener conciencia de lo que está sucediendo. Además de proveer las condiciones necesarias para que la salud mental de los elementos de seguridad no se vea comprometida como parte del desgaste propio de su desempeño como policías.