VIVILLADAS: Examen de aspirantes al normalismo… otra prueba de fuego

Todo indica que hoy se efectué de nuevo el examen de admisión para los aspirantes a ingresar a las distintas normales del estado,  provocada por los acontecimientos conocidos por todos: la venta  de  claves para responder la prueba, donde se acusa a funcionarios de la propia Secretaría de Educación en el Estado y a un grupo de “corredores” que ofrecían el ansiado producto, producto que padres de familia , sin importar los costos económicos cubrieron con la esperanza de que sus hijos estudien y al concluir la carrera obtengan su plaza laboral. El deseo de ser maestro se acrecentó  con la pandemia, no tanto por auténtica vocación magisterial sino por lo seguro de sus salarios, aun en contingencias como la que estamos padeciendo.  

El antecedente de anulación del primer examen fue un duro revés al normalismo, que de por sí está golpeado por amenazas internas y externas y ahora con el antecedente  de fraude en el examen de admisión ya podemos imaginarlo.  Décadas de tradición  en la formación de maestros para educación básica tuvieron un tropiezo indignante,  que no tuvo nada que ver con ver luchas políticas, posesión de grupos al interior de las mismas ni por desenvolvimiento académico  de docentes o   egresados, sino con el examen de admisión que durante años se ha aplicado y desarrollado si bien no de manera perfecta al menos con  ejemplo de transparencia, fuera de pericias ajenas y manipuladoras; en esa ocasión fue más que evidente la presencia de mano negra,  mano que en pos de rapiña poco le importó el prestigio de los centros educativos.

Ya lo comentamos en esta columna  pero cabe recordar que, cada año, que se efectúa el proceso para la selección de aspirantes, se presenta  personal de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) quienes en coordinación con  la Secretaria de Educación en el Estado, pero bajo la tutela y supervisión del personal de México, se  llevan los trabajos de capacitación y aplicación del examen en cuestión; todo en absoluta claridad , con exámenes foliados y empaquetados en bolsas de plástico, al igual que las hojas de respuesta, por separado; mismos documentos que son contados uno a uno sin abrir el sobre,  por los cuales cada aplicador firma, quedando bajo su responsabilidad y custodia. Una vez frente a los aspirantes se procede a abrir  y a entregar el cuadernillo de preguntas y la hoja de respuestas, en orden de ficha y con la respectiva credencial de identificación; Se dan  las instrucciones generales y se especifica el tiempo que tienen para la resolución que normalmente es de dos horas y media. Importante señalar que en el transcurso los aplicadores tienen, casi de manera permanente, observadores de instancias distintas.

Una vez concluido el tiempo designado los participantes entregan  su examen y uno o dos aspirantes firman como testigos del proceso. Finalmente, el aplicador, lleva a la mesa receptora los documentos foliados en las mismas bolsas selladas, si todo coincide, hojas de respuesta, folletos de preguntas, folios  y cantidad, el aplicador (que puede ser docente o personal de apoyo a la educación) firma de conformidad y ahí acaba su función. Quedando en resguardo, la documentación, de los comités respectivos, que una vez terminado el proceso en la institución se dirigen al centro de cómputo designado, custodiados por personal de México, de la SEE Michoacán, de la dirección escolar, del comité estudiantil, delegación sindical y en ocasiones hasta compañeros de secciones sindicales.

Para finalizar, ya en la sede estatal de evaluación, las hojas de respuesta se introducen al lente óptico de las computadoras y de acuerdo a lo programado y  contestado sale la calificación alcanzada por el aspirante, puntualizando cada campo de estudio. La clasificación general,  en base a los criterios de evaluación y  de desempate que ya fueron programados con anterioridad, se publica a través de los medios de comunicación, en redes sociales y por supuesto en cada una de las propias instituciones.

Una vez más presentamos el  esquema general  para que, en primer lugar, no quede duda del manejo que se hace del proceso por parte de la escuela normalista en turno, para que la sociedad se de cuenta  que no hay manipulación al interior de la misma por parte de la dirección , del  cuerpo de catedráticos  o no docentes, lo que demuestra equidad o transparencia y; en segundo término, que si en la ocasión anterior existió putrefacción en los resultados (como es indudable) ésta fue en el interior de la propia Secretaría de Educación en el Estado, de los funcionarios, ayudantes y secuaces, que tuvieron en su poder los cuadernillos de preguntas y las hojas de respuesta y desde luego la clave correcta. No hay vuelta de hoja.

Quizá haya dudas del por qué no involucramos a la gente que sistemáticamente viene de México,  la respuesta es sencilla: porque en esta ocasión  todo estuvo bajo la responsabilidad del Estado, no estaba personal de la DGESPE, al menos en las instituciones normalistas, ni para la capacitación y obvio, ni para la aplicación. Mención aparte, no menos interesante, es que los folletos de examen no estaban foliados, como es conveniente, porque pudieron desaparecer algunos, en la propia imprenta y nadie pudo notarlo. Por lo que es necesaria una investigación seria y  de fondo sin salir con chivos expiatorios.

Es una verdadera pena y vergüenza que sí, el Gobierno del Estado y la SEE tuvieron en su poder un proceso tan complicado, reñido y esperanzador para miles de jóvenes aspirantes a las distintas licenciaturas en educación,  haya quedado evidenciado  un esquema de corrupción, donde, como ya se dijo,  todo apunta a la venta de claves del propio examen, venta que, según testigos, osciló entre 25, 30 o 35 mil pesos.

Una vez que salieron las listas con los nombres de los seleccionados todo mundo se puso de cabeza porque ¡existieron decenas de aspirantes que sacaron 100 aciertos de 100 preguntas y otros tantos con 97 puntos a favor! ¡Dios mío, puro superdotado, puro Einstein en potencia, sería la generación perdida del Ateneo! ¡Qué Finlandia ni qué Alemania ¡México era ejemplo mundial! Con pena decimos, la realidad  fue otra.  Justo es señalar que en la Normal de Tiripetío, no hubo manipulación en este sentido, porque tiene un esquema diferente de organización con los aspirantes, que en otra ocasión comentaremos.

A la semana de  aplicación de aquel examen en forma atinada, el Secretario de Educación en el Estado, Héctor Ayala Morales, en base a las manifestaciones de rechazo y  repudio donde se exigía explicación  e investigación de los hechos y desde luego la cancelación; tomó la decisión de anular  el proceso, mismo que está previsto para  este 21 de agosto a las ocho de la mañana.

Por otro lado, puntualizamos que es una verdadera  lástima para los jóvenes que en base a estudio y capacidad salieron electos en los resultados finales, es un triunfo que alcanzaron y por culpa de otros les sabe a derrota, pero nadie más que  ellos mismos para levantarse  de esta desilusión; esperamos que su capacidad y  nervios no los traicionen.

Entendemos que la anulación del proceso, en su primer ejercicio, no fue nada fácil para las autoridades educativas, pero creemos que se dieron cuenta que no solo estaba en riesgo el prestigio de las escuelas normales sino también el de la propia secretaría que ellos representan y deben respetar. Quedar evidenciados ante la población,  ante los jóvenes aspirantes, se hubiese dado un hecho  delicado y difícil de reconstruir: los principios éticos que en toda institución deben ser pilar esencial para tener calidad moral ante el mundo entero.

 Georges Bernanos (1888-1948) Novelista y dramaturgo francés externó: “El primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva es que el fin justifica los medios”. No obstante, también existe la otra cara de la moneda: “pero, en cualquier caso, ¡el Camino de Santiago existe!, y en él se encuentra la magia, el espíritu y la simiente de un mundo nuevo, más humano, mejor y diferente”. Deseamos que esta experiencia no haya sido en vano. Hoy el gobierno del estado y autoridades educativas  enfrentan otra dura prueba, sería una pena que la historia se repitiera, ¡claro, en caso de ser así,  apostamos que será  con menos rango de aciertos.