Exceso de plástico, problema de la comida a domicilio durante la pandemia

Ciudad de México.- El confinamiento por la pandemia detonó las órdenes que se hacen de comida a domicilio en las principales ciudades del país.

De marzo a julio, los restaurantes de las zonas metropolitanas tenían prohibido abrir sus cortinas y solo podían hacer ventas directas a los hogares. En las últimas semanas, los negocios de alimentos preparados tienen permitido admitir comensales solo si no se rebasa el 30% de la capacidad del local.

“Las entregas fueron la única salida que tuvimos para no cerrar definitivamente”, dice a Verne Gustavo Cervantes, propietario de un establecimiento de pizzas en la colonia Narvarte. “Representa un gasto adicional para nosotros, porque tenemos que invertir en todos los aditamentos para entregar los pedidos seguros hasta la casa del cliente”, comenta.

Según el estudio Consumo en apps de comida a domicilio durante el Covid-19 en México elaborado por la iniciativa Fintonic, el uso de aplicaciones dedicadas a la entrega de alimentos (Rappi, Uber Eats o Sin Delantal, entre otras), aumentó 80% desde el inicio de la contingencia. Además, se estima que para 2022 haya más de 34 millones de usuarios haciendo uso de estas herramientas.

De acuerdo con verne.elpais.com, aunque no hay cifras oficiales después de la contingencia, en un día normal en Ciudad de México se generan 13.000 toneladas de desechos, de acuerdo con datos del Gobierno capitalino. Por ello, el año pasado se prohibió el uso de bolsas de plástico de un solo uso, y en 2021 estarán prohibidos los popotes, contenedores, tapas, cubiertos y una decena más de productos plásticos. “Nosotros cumplimos con la norma, pero vemos que muchos puestos en la calle siguen dando envases de plástico para llevar”, dice Cervantes. Con 34 años, González suele pedir dos órdenes de tacos al pastor cada fin de semana para compartir con su pareja, con lo que se dio cuenta de la cantidad de plástico que genera en una sola petición. “Una bolsa para la salsa, envases pequeños para los limones, los platos, el envoltorio de los tacos y la bolsa en la que viene todo”, detalla.

Rodrigo Ramírez, quien también ha trabajado desde su hogar desde finales de marzo, notó que su cesto de basura se desbordaba cada que pedía una orden de comida. “Aunque sean de cartón o de papel, son desechos que tienen que ser tratados de alguna forma como reciclaje”, dice a Verne, vía telefónica.

Con esa premisa, Ramírez creó una iniciativa llamada Boomerang, con la que planean surtir de contenedores de acero inoxidable que los locales de comida puedan reutilizar después de 24 horas. “Es un reto, porque los clientes no están acostumbrados a regresar nada, pero con esto los restaurantes dejarían de gastar en artículos de plástico”, comenta. Por ahora, se encuentran haciendo pruebas con algunos establecimientos del centro de la capital.