Los virus y su importancia

Los virus son estructuras más viejas que la humanidad, pero nuestro conocimiento de ellos es aún incompleto y para mayor complejidad estos cambian, mutan, con lo cual se modifican sus características. Situados entre las fronteras de lo vivo y lo no-vivo,  los virus nos siguen planteando retos cada que un grupo de ellos se le ocurre mutar.

Para darnos una idea de su importancia en medicina basta saber que los virus son capaces de dañar prácticamente todos los aparatos y sistemas de un humano, y que sus peculiares características los hacen enemigos temibles. Los virus son agentes infecciosos que tienen un tamaño muy reducido, son en realidad submicroscópicos ya que no se aprecian ni con microscopio óptico. Su estructura es muy sencilla, están formados principalmente por un ácido nucleico (ADN o ARN) y una envoltura proteica que lo protege.

El virus se considera un organismo microscópico acelular, es decir, que no es una célula. Su modo de reproducción no es independiente ya que para ello necesita entrar en el interior de ciertas células vivas utilizando su metabolismo. Infectan a todo tipo de organismos, desde animales o plantas, hasta los hongos o incluso bacterias u otros virus.

Existen muchos tipos de virus, y cada familia de virus tiene afinidad por diferentes aparatos o sistemas, los hay que afectan principalmente el aparato respiratorio, el sistema nervioso central, gastrointestinal, mucosas, etc. En el humano causan una gran diversidad de enfermedades, desde algunas muy benignas hasta las más graves, por ejemplo el resfriado común, herpes genital, sarampión, varicela, rubeola, herpes zóster, varios tipos de hepatitis, meningitis, encefalitis, SIDA y la invariablemente fatal Rabia, enfermedad que  hasta la fecha tiene una mortalidad del 100%, la única manera de no morirse es con la vacunación oportuna.

La lista de enfermedades virales es enorme y  no es el caso enumerar una por una las familias de virus que las ocasiona. Para que tengan una idea de la importancia y magnitud de los virus, más de 80 millones de personas se han infectado con el VIH desde el comienzo de la epidemia en el principios de los 80.

Otra característica de los virus, muy importante para efectos de tratamiento, es que no son sensibles a los antibióticos, sea el que sea, desde las penicilinas más antiguas hasta el último de los antibióticos, no importa si son cefalosporinas de quinta generación o la última variedad de quinolonas. Pueden ser inactivados fácilmente en superficies diversas o incluso en piel, los agentes que los matan son abundantes, baratos y efectivos, desde simple agua y jabón hasta combinaciones de alcohol y otros productos antisépticos; pero ya en el interior del organismo humano el asunto cambia.

Un aspecto que se puede calificar de trágico  en la actual pandemia del coronavirus es la proliferación de noticias falsas que solo han contribuido a desorientar a la población,  lo cual  en muchas ocasiones ha tenido graves resultados al promover el uso de remedios inútiles, otros definitivamente  peligrosos o por ocasionar un retraso en la atención de los pacientes.

Esta catarata de mentiras y datos falsos no solo está en las poco controladas redes sociales y en YouTube  donde las mentiras campean a sus anchas , también abundan en revistas que uno supondría relativamente serias, periódicos de información general, portales de internet diversos  y programas de televisión donde algunos conductores y sus invitados  exhiben, con total impudicia,  una ignorancia criminal. Sin mayores bases  aseguran que el virus fue creado en un laboratorio como arma biológica; charlatanes afirman que no existe; hordas de ignorantes culpan a las redes de 5G. El indefendible “Hombre naranja” de la Casa Blanca  afirma que lo mejor es inyectarse desinfectante y un ejército de ignorantes promocionan la ingesta de cloro como tratamiento efectivo.

Por si faltara algo han aparecido delirantes conspiranoicos, que ante las incertidumbres de los científicos, situación normal en toda enfermedad nueva, presentan “certezas” construidas sobre mentiras o medias verdades. Otros toman la vía del negacionismo, todo es un complot, nada existe, es una campaña de las grandes empresas para controlar el mundo. También ellos tienen responsabilidad en la muerte de muchas personas.

Una probable explicación a esto es el hecho de que el humano busca respuesta a todo y rechaza lo desconocido, siempre trata de encontrar una explicación a lo que ignora;  por eso se han inventados los dioses, que todo lo explican, desde los fenómenos de la naturaleza hasta los misterios de la muerte, pasando por todas las complejidades de la vida en familia y sociedad.

¿Qué se puede hacer para frenar la avalancha de noticias falsas? Individualmente muy poco, si acaso vigilar nuestro entorno familiar. Socialmente mucho, pero requiere de un esfuerzo conjunto que el humano no está dispuesto a hacer.

No veo solución a corto plano. Mal asunto.