La Corte de la Nación ya no es Suprema

La Corte de la Nación ya no es Suprema, el poder presidencial de López Obrador por fin la sometió a la voluntad presidencial en lo que se refiere a la Consulta Popular para juzgar a los expresidentes por supuestos ilícitos cometidos en el pasado contra la Nación y el pueblo de México.

El que escribe no es especialista en cuestiones constitucionales, ni mucho menos en procesos jurídicos, pero la forma como resolvió la petición de López Obrador y posteriormente la ponencia del Ministro Luis María Aguilar el cual había elaborado el proyecto para declarar anticonstitucional la petición presidencial.

Sin embargo, a lo largo de la audiencia se fueron modificando los criterios para echar abajo el proyecto puesto a discusión para que finalmente, la mayoría de los ministros la declararan constitucional modificando el contenido de la pregunta que un ciudadano común y corriente nunca va a entender.

Se pueden decir muchas cosas sobre este hecho casi histórico, pero el hecho objetivo es que el máximo tribunal de la nación ha quedado vulnerado por un proceso de reconstrucción de un régimen autoritario como es el la Cuarta Transformación.

Lo importante del marco jurídico constitucional no es que se cambie de acuerdo a como se va transformando la sociedad misma y  la ampliación de los derechos tanto constitucionales como humanos eso es muy natural en una sociedad democrática aunque contradictoria, la ley se tiene que cambiar cuantas veces sea necesario ante las transformaciones económicas políticas y sociales para que respondan a la convivencia social y evitar al mínimo los conflictos de carácter jurídico, sin embargo lo grave del asunto es que el gobernante en turno quiera cambiar el orden constitucional a su visión de país eliminando la pluralidad política como lo está haciendo López Obrador aprovechándose de la mayoría con la que cuenta hasta hoy en el Congreso de la Unión y en los Congresos Locales para modificar a su voluntad el orden constitucional, cuestión que pone bajo la guillotina a la democracia mexicana.

En los hechos la división de poderes ha desaparecido en el país, el Poder Judicial está subordinado a los intereses y las ambiciones de un presidente donde la única visión del país que tiene es su propia visión política de país lo demás es cuestión de un pasado conservador que supuestamente atenta contra los intereses de la nación y que implica que la vida democrática de los ciudadanos es nociva y perversa para el progreso por lo tanto, todo aquello que se encuentre fuera del poder presidencial y su proyecto de la Cuarta Transformación es “conservadora”.

Los contrapesos políticos al poder presidencial han sido anulados y la vida democrática empieza a desaparecer, el presidente se  apoya en las fuerzas armadas para golpear a los movimientos sociales independientes, el poder legislativo hace las leyes sobre pedido presidencial, a los periodistas críticos e independientes y medios de comunicación se  les califica según el gusto del primer mandatario del país.

Y a la oposición que hoy busca que se vaya López Obrador del poder se mofa de ella pero lo más importante que poco a poco a la mayoría de los mexicanos se nos está arrebatando la poca democracia alcanzada en estos últimos 20 años bajo la bandera de la Cuarta Transformación.

Por lo pronto la Corte de la Nación ya no es Suprema y constituye un golpe a la democracia mexicana y la división de poderes.