VIVILLADAS: Programa para Adultos Mayores; suplicio para los beneficiados

A pesar de que uno de los programas sociales más importantes de la administración de Andrés Manuel López Obrador fue criticado por sus adversarios, porque se le da un tinte político- electoral, la verdad es que son millones las personas beneficiadas, esta acción de gran impacto social también ha sido cuestionado porque según se despilfarra el dinero, porque no se apoya a la iniciativa privada para que opere los recursos, porque no son manejados por el estado o los municipios, pero, por otro lado,  es claro que en el ánimo de la gente existe una afirmación contundente: de que se lo sigan robando los funcionarios de máximos niveles, enriqueciéndose a costillas del dinero del pueblo, mejor que se reparta, porque a final de cuentas no era para el desarrollo del  país, sino del bienestar de unos cuantos abusivos , corruptos e inconscientes que se ocultaban o respaldaban en la impunidad. Siempre prometieron un país del primer mundo, pero todos sabemos que nos hemos quedado a medio camino, no por la incapacidad financiera o de recursos de la nación, sino por el manejo discrecional de los recursos.

 La pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores consiste en un apoyo económico de $2,550 pesos cada dos meses, cantidad que para unos es insignificativa, pero para otros es un respaldo valioso para la subsistencia

No debemos ser peritos en la materia para entender que los derechos de las personas adultas mayores no son respetados y cumplidos a cabalidad en nuestro país. La mayor parte de ellos se encuentra en pobreza y sin acceso a un sistema de protección social que les garantice una vejez digna y plena. Según datos gubernamentales solo 23 % de las mujeres y 40% de los hombres tienen acceso a una pensión que los respalde. Pero lo más grave es que 26% de las personas adultas mayores no tienen ni pensión contributiva ni apoyo de programas sociales.

Por ende, las condiciones de desigualdad de las personas adultas mayores con respecto a la sociedad muestran que su situación es similar a la de otros grupos sociales discriminados como los indígenas, personas con discapacidad y las mujeres.

El programa tiene cobertura nacional y otorga un apoyo económico a:

Personas de 65 años o más que viven en comunidades indígenas

Personas adultas mayores de 68 años o más de edad en el resto del país

Personas adultas mayores de 65 a 67 años inscritas en el Padrón de derechohabientes del programa Pensión para Adultos Mayores activos a diciembre del ejercicio 2018.

Hasta aquí, a nuestra opinión, todo parece perfecto, el problema principal tiene que ver con su operación, más aun considerando que tratándose de adultos mayores, gran parte de ellos son de zonas marginadas, indígenas, con problemas físicos, con articulaciones dañadas, cansadas por el trajinar de la vida, con los sentidos de vista y del oído bastante deteriorados, a todo ello le sumamos que en buen porcentaje muchos están solos y que por infortunio el analfabetismo es otro fantasma al que enfrentan.

 ¿Por qué decimos que en su operación es la gran falla? Son varias las razones y vamos a desglosarlas de manera práctica:

  • Se supone, como dice la página oficial: “El apoyo económico se entrega de manera directa –sin intermediarios- mediante el uso de una tarjeta bancaria”. Pues cuestionamos ¿Cuál tarjeta? Puras habas, existen miles y miles de los beneficiarios que no la tienen, que se ha prometido desde hace meses y por torpeza administrativa, de capacidad o por intenciones maquiavélicas prefieren tenerlos cautivos en los espacios designados para su entrega personal o en directo, donde pasan horas y horas esperando ser atendidos a pesar de las condiciones propias de su edad, unos más lúcidos que otros, algunos con muletas y otros más en sillas de ruedas; sorteando las inclemencias del clima, económicas  y del desgaste físico que a esas alturas es un tormento.

Vivilladas ha platicado en repetidas ocasiones con algunos de los responsables del programa en Michoacán y primero decían que en unos meses llegarían las famosas tarjetas bancarias, que sólo era cuestión de semanas, ya van casi dos años y el milagro no se consuma; en segundo término, y por la insistencia, sacaban de la manga que como muchos viejitos no sabían utilizar el cajero sus propios hijos o nietos les volaban el dinero. ¡Vaya revelación! Quien quiera abusar de un anciano lo hará con un dinero en cheque, en efectivo o en una misma tarjeta. A final de cuentas lo importante sería es que los propios agraciados decidieran su forma de pago. Por qué deben decidir por ellos. La verdad todo suena a puro pretexto. O son inteligentes, por eso de la manipulación o de plano son ineptos. Casi le apostamos a lo último.

  • Ahora bien, en el caso específico de la capital michoacana, si se va a entregar el beneficio, mismo que se hace por convocatoria en día y hora por según delegados llamados “Servidores de la Nación, ¿por qué jijos de Trump si convocan 1000 personas no tienen el dinero completo mínimo para esa cantidad que recibirán el apoyo? Resulta que a las primeras horas se les acaba el dinero haciendo más borrascosa la espera hasta que, según, llega el dinero asignado. Eso suena ilógico y hasta irreverente porque el monto asignado debe estar en las arcas. No hay explicación alguna, sólo que una vez más hablemos de ineptitud. Ya no decimos de los viejitos despistados que llegaron desde lejos, mismos que al no estar programados los regresan para otro día como si tuvieran las capacidades físicas y económicas para desplazarse a su antojo. Sería bueno que tuvieran un colchón para esos casos esporádicos. Debemos puntualizar que cuando un adulto mayor no puede asistir puede ir un familiar o conocido a recoger el pago, antes era con una carta poder simple firmada por los interesados   pero hoy debe ir avalada por el supuesto Servidor, lo que significa que en lugar de hacer el trámite más ágil ahora es más engorroso. De Guatamala a Guaatepeor.
  • Una más, ya la última, si falta una copia de cualquier documento, mandan a los señores o señoras a sacar fotocopias y como muchos van solos tienen que desplazarse con toda su carga de años hacia donde puedan hacerles el servicio, otro cuestionamiento lógico es ¿Qué con todo el dinero que se maneja no pueden tener una fotocopiadora en la sede de entrega, aunque les cobren la hojita? Más gastan en publicidad.

Ya es tiempo de que los responsables estatales del programa sean capaces, responsables y humanos y que se pongan las pilas, que dejen andar en busca de candidaturas o de beneficios personales y se pongan a trabajar. Que piensen en el auténtico bienestar de las personas mayores y de los más desprotegidos porque el propósito de López Obrador es ofrecerles una vida digna, en lo posible, porque van a recibir una ayuda que ahora es respaldada por la constitución, no van por migajas ni por limosnas. Quieren aplausos, trabajen bien, quieren abucheos, ya tienen los nuestros.

El Papa Francisco señaló: “Y también los ancianos son abandonados, y no solo en la precariedad material. Son abandonados en la egoísta incapacidad de aceptar sus limitaciones que reflejan las nuestras, en los numerosos escollos que hoy deben superar para sobrevivir en una civilización que no los deja participar, opinar ni ser referentes según el modelo consumista de sólo la juventud es aprovechable y puede gozar.” Punto para reflexionar.