LOGOS: Inflación a la vista. AMLO, pésimo economista

Andrés Manuel, acostumbrado a mentir, ha asegurado que él no ha endeudado a México ni lo endeudará. (Foto: especial)

La deuda del gobierno federal, según informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cerró en el año 2018 con cerca de 7 billones 900 mil millones de pesos.

        Esa misma secretaría informa que la deuda del gobierno federal, al cerrar 2020, es de cerca de 12 billones 300 mil millones de pesos.

        Eso significa que durante poco más de dos años de ejercicio presidencial de Andrés Manuel López Obrador, éste nos ha endeudado con 4 billones 400 mil millones de pesos más.

        Esos son los datos de la SHCP; pero, Andrés Manuel, acostumbrado a mentir, ha asegurado que él no ha endeudado a México ni lo endeudará.

        Y siguiendo su reiterada costumbre, seguramente que, al ver estos informes hacendarios, dirá: “yo tengo otros datos”; aunque nunca ha exhibido sus “otros datos”.

        Esa machacona frasecita lo motivará a crear una nueva secretaría: La Secretaría de los Otros Datos, y a apabullar al secretario de Hacienda Arturo Herrera, hasta hacerlo confesar que hubo un lamentable equívoco en la contabilidad.

        La economía mexicana está dañada desde hace varios sexenios, agravándose severamente en estos dos años del presidente AMLO.

        88 años ha, que nuestro fenómeno económico no había padecido una caída tan drástica.

        Y la política económica de López Obrador no tiene vocación ni perfil productivo.

        Ha logrado ingresos en base a vender inmuebles y muebles del patrimonio federal dejados por anteriores administraciones; sus entradas han sido al convenir con ricos, supuestamente morosos, para que paguen antiguos impuestos, o que retornen lo sustraído, a cambio de no llevarlos a la cárcel.

        Su mayor inversión efectuada es regalar dinero público, en diversas modalidades (a niños, jóvenes y ancianos), para producir muchos votos a favor de Andrés Manuel López Obrador y de Morena.

        El dinero de los ahorradores mexicanos (baratísimo) lo usa en inversiones a fondo perdido, patrioteramente, en PEMEX y CFE.

        La refinería de Dos Bocas tendrá mas costo que ganancia; el tren maya destruirá más de lo que genere; y el aeropuerto Felipe Ángeles, en manos de militares será poco turístico.

        Con esa política se ha debilitado a la economía mexicana desde dentro.

        Pero desde fuera (porque México no es una isla, inasible y solitaria), nuestro país ya sufre los embates del insensible capitalismo internacional.

        Ríos de dólares comienzan a recorrer por todo Latinoamérica, África, Europa, Oceanía y Asia, dinero barato que nos saldrá muy caro a la larga.

        Dólares estadunidenses inflacionarios (no para EU) para los países que los consuman, empobrecidos y necesitados por la pandemia, por la guerra, por el cambio climático, por su incapacidad productiva, por su altísima corrupción.

        Como quien pretende inflar un enorme globo (perforado en varias de sus partes) a base de quemar dinero para producir el calor necesario que lo eleve.

        Conforme a los datos de INEGI, la contracción económica en nuestro país equivale a una pérdida, hasta el momento de cerca de 823 mil millones de pesos, lo que significa un menoscabo, contablemente, de 6 mil 550 pesos por habitante.

        Mientras, el covid-19 sigue en el 2021 revolcando al gobierno mexicano, quien ha sido inepto e ineficaz con su “detente maligno”, su “billete de dos dólares”, su “cómo anillo al dedo”, y su electorera distribución de vacunas.

        Pero más que ese virus, la pésima política de López Obrador ha asesinado a centenares de miles de mexicanos, y ha forjado el quiebre de la economía de México.

        Recordemos, los eficaces politiquillos electoreros siempre han sido economistas pésimos.