Por un mundo diferente…

Los historiadores coinciden en destacar como antesala directa del Día Internacional de la Mujer la marcha de mujeres que se vivió en Nueva York en 1908, cuando 15.000 mujeres se manifestaron para pedir menos horas de trabajo, mejores salarios y derecho a votar. (Foto: especial)

Hace un año, en febrero del 2020, fueron encontrados los restos de una mujer que vivió hace 10,000 años. Los arqueólogos que la hallaron la bautizaron Ixchel, como la diosa maya, y las características de su cuerpo, así como el estado en que la encontraron, brindan nuevas pistas sobre cómo se pobló el continente.

 A Ixchel diosa de la luna, según la mitología Maya, la creadora de la vida, le corresponden los ciclos de la fertilidad de la naturaleza, del   agua, de la tierra y claro los ciclos fértiles de las mujeres, el embarazo y los partos. Regía el nacimiento de los niños y dominaba la capacidad de sanar. Diosa del amor y la sexualidad. Entre la jerarquía de los dioses, Ixchel ocupa un lugar preponderante. Es esposa de Itzamná, el creador del mundo, al que se le asocia con el Sol.

La diosa Luna vivía en el Ahua, o cielo de los mayas, localizado en el cosmos, formado por nueve niveles y sostenido por cuatro dioses: los bacabs. Tales niveles, orientados en cuatro direcciones, se representaban por colores: al rojo correspondía el este; el amarillo al sur; el oeste era negro; y el norte simbolizaba el color blanco. Al centro, se erigía la gran Ceiba Sagrada.

 El cómo concebían a Ixchel, la señora Luna, nos permite tener conocimiento de como eran vistas las mujeres; dadoras de vida.

 El hallazgo arqueológico nos dice mucho sobre Ixchel; mujer, de unos 30 años y 1,64 m de estatura, quien vivió hacia el final de la más reciente Era de Hielo en la región de Tulum, en la península de Yucatán.

“Su cráneo tiene varias heridas, lo que significa que alguien le pegó muy fuerte y le fracturó el cráneo”, le dice a BBC Mundo Wolfgang Stinnesbeck, profesor del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Heidelberg en Alemania y autor principal de la investigación.

Es apasionante la historia de la humanidad, la cual obviamente fue creación de hombres y mujeres. Sin ambos no habría vida. ¿Entonces porque la desigualdad? ¿Porque la violencia?

Si observamos, cuando hay carencia de reconocimiento o niveles de injusticia; se crea   un “reconocimiento,” un día dedicado “a”, ya que el resto del año se carece de este. Por ejemplo, día del trabajo, día de la mujer etc.

El próximo lunes, 8 del presente, es día de La Mujer. Y las Naciones Unidas lo celebran con el tema: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”.

Las mujeres han estado en la primera línea de lucha contra el Covid-19, ya sea como trabajadoras de la salud, cuidadoras, investigadoras y organizadoras comunitarias.  Se encuentran entre las y los líderes más ejemplares y eficaces en la lucha contra la pandemia. La crisis ha puesto de relieve la importancia fundamental que tienen las mujeres, no obstante, las cargas desproporcionadas que soportan.

En realidad, las mujeres han estado en primera línea, a lo largo de la historia de la humanidad; cazando para que la tribu tuviese que comer, recolectando semillas, investigando que plantas podían comerse y cuales no, sembrando lo adecuado, llevando agua, cuidando el fuego para mantener el calor y la luz para su clan, aliviando a los enfermos, dando a luz a más seres humanos para poblar este planeta. Son sin duda dadoras y preservadoras de la vida.

No es poco lo que han hecho y mucho más lo que han logrado como sujetos activos de la historia.

¿Cuál es el origen del Día Internacional de la mujer?

Los historiadores coinciden en destacar como antesala directa del Día Internacional de la Mujer la marcha de mujeres que se vivió en Nueva York en 1908, cuando 15.000 mujeres se manifestaron para pedir menos horas de trabajo, mejores salarios y derecho a votar.

La comunista alemana Clara Zetkin, fue quien sugirió la idea de conmemorar un día de la mujer a nivel global en 1910 en la Conferencia Internacional de la Mujer Trabajadora en Copenhague (Dinamarca). Su propuesta fue escuchada por un centenar de mujeres procedentes de 17 países y aprobada de forma unánime, aunque sin acordar una fecha concreta.

Un año después, se celebró el primer Día Internacional de la Mujer, el 19 de marzo de 1911, reuniendo a más de un millón de personas en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, se exigió entonces el derecho al trabajo de la mujer, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

 En sus inicios, la conmemoración (también) sirvió de protesta contra la I Guerra Mundial, recuerda la ONU.

Tres décadas después, en 1975, la ONU establece y celebra por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer.

La lucha de las mujeres siempre ha sido por la igualdad y la vida; contra la explotación, la violencia, la desigualdad y la guerra.

 Retornando a la idea de las mujeres en la pandemia, se tiene que puntualizar que las mujeres se han enfrentado a un aumento de violencia doméstica y laboral mucho mayor al existente anteriormente.  Asimismo, es importante resaltar como de suma gravedad, el aumento de feminicidios, desaparición y  trata de personas. Asimismo, se ha enfrentado a una sobrecarga de tareas y de cuidados no remunerados.  Todo esto aunado al enorme dolor y estrés emocional que todo esto conlleva.

La Covid-19 sacó a la luz el problema estructural en América Latina, donde la violencia de género se ve reforzada por leyes discriminatorias y normas sociales que socavan l vida   de las mujeres.

La indignación es cada vez mayor, al ver que las autoridades y parte de la sociedad caen en el error de minimizar al “feminismo”, encajonándolo como de unas cuantas, o peor aún, argumentando que le hacen el juego a intereses “oscuros”.

Las demandas son legítimas y justas. No son solo de ahora, sino desde la aparición de la explotación del hombre por el hombre, (de un ser humano hacia otro ser humano). La aparición de la desigualdad, el hambre y la violencia marcó hacia donde irían los pasos de las mujeres que luchan por un mundo diferente.

 La demanda contra la desigualdad, la violencia y la injusticia, es totalmente justa y valida.