Comenzó la campaña de vacunación anti Covid-19 en Morelia en medio de una confusión absoluta de los adultos mayores de 60 años en adelante, que se abalanzaron en los centros de vacunación, largas filas para recibir el biológico, principalmente de las zonas más populosas de la ciudad.
Por su parte, los organizadores de la Secretaria del Bienestar en Michoacán han demostrado su incapacidad y falta de experiencia en la implementación de la aplicación de la vacuna en manos de los “servidores de la nación” y las Brigadas Correcaminos así como de la policía municipal de Morelia.
En primer lugar existe una falta de protocolo para las reacciones adversas entre la población de los efectos del biológico, además de las faltas de condiciones clínicas para la aplicación del mismo en espacios no apropiados para ello.
En la parte administrativa y de gestión, el asunto es un desastre por los métodos primitivos que se están utilizando, papel y tinta para llevar el control y el registro de los que no están citados lo que resulta absurdo en esta era digital.
La falta de información y orientación a la población es inexistente, números telefónicos que están saturados o no contestan, además de que no existe una página de internet donde se pueda consultar el nombre de la persona registrada, el día, y la hora de la cita, por zona de la ciudad y en orden alfabético lo que resultaría más fácil para saber con exactitud y evitar aglomeraciones que pueden ser un foco de contagio entre la población.
La concurrencia de adultos mayores es algo comprensible porque existe temor al contagio y la muerte, mas aun cuando muchos adultos mayores han perdido familiares por la pandemia y ven a la vacunación en su primer etapa como algo que los protegerá, sin embargo las autoridades se encargadas de la campaña son incapaces del manejo de las multitudes con apego a los derechos humanos.
Resulta inhumano que cientos de adultos mayores tengan que esperar hasta ocho horas en medio de las inclemencias del tiempo o que no sepan con exactitud la hora una vez que recibieron la llamada para presentarse a recibir su vacuna.
Una vez iniciado el proceso de vacunación, los encargados del mismo tardan hasta cuarenta minutos en empezar hacer la aplicación del biológico; se pierde mucho tiempo en checar los datos de las personas cuando es tan fácil si se tuviera un código de barras o simplemente un código QR y de forma automática y apareciera en una tableta digital el nombre y los datos de la persona que va recibir la vacuna.
De igual manera esto serviría para aquellos adultos mayores que no están registrados y están en espera, se les podría registrar en el momento y asignarles una nueva fecha, además de ello la Secretaria de Bienestar en Michoacán no cuenta con una base de datos exacta de cuál es el número de demandantes del biológico; Roberto Pantoja responsable de los programas sociales del Gobierno Federal en la entidad ha demostrado falta de capacidad para llevar a cabo la implementación de la campaña.
Una de las fases más complicadas de la política pública es la implementación, es decir llevar a cabo todos los procedimientos de las mismas donde existen obstáculos económicos, financieros, administrativos y de recursos humanos para alcanzar las metas de los programas o de la política pública para atender y resolver el asunto público en cuestión.
Pero en el caso de la campaña de vacunación anti Covid-19 no existe un diseño de políticas públicas con sus protocolos correspondientes, además de la falta del personal capacitado en cada una de las fases del proceso, por ello se hace el procedimiento de manera empírica cuyos resultados pueden ser fatales.
Otro aspecto negativo en la implementación de la campaña es el lugar donde se realiza la aplicación del biológico, en caso de presentarse una emergencia no hay suficientes ambulancias y la evacuación no es favorable para resolver las mismas, las calles son angostas y a eso hay que agregar la concentración de personas en espera de la vacuna.
Por donde quiera que se vea, la campaña está llena de riesgos de seguridad de protección civil, sin la experiencia de los responsables en el manejo de multitudes en caso de un desastre.
De esta manera, en lo administrativo existe un gran déficit, en lo sanitario hay dos aspectos a destacar; las condiciones de lugar no son las adecuadas y la segunda es que no se cuenta con los elementos necesarios para atender cualquier contingencia sanitaria, además como ya se indicó la simple aglomeración de gente en los centros de aplicación de la vacuna en sí mismo es todo un foco de contagio mas cuando no se observa el protocolo es decir la sana distancia, y el gel antibacterial.
En este sentido la campaña de vacunación anti Covid-19 es un desastre en todos los aspectos antes mencionados.
Urge una corrección inmediata a esta política pública, para continuar cubriendo al mayor número de la población de adultos mayores no solo en Morelia sino en Michoacán y el país, pero ahora tan solo se puede decir que la campaña ha resultado un desastre, además del fuerte contenido propagandista a favor de López Obrador.
Mención especial merece la Subdelegada de la Secretaria del Bienestar en Michoacán Carolina Rangel Gracida, que es toda una incompetente para llevar a cabo la campaña de vacunación anti Covid en Morelia.
