La Casa del Gigante, la finca colonial que hospedó al principal científico de su época

La escultura del soldado romano, “cuyo rostro con largos bigotes y corte de pelo, denota la moda del siglo XVII, y cuya mirada la dirige a la izquierda, hacia la escalera, como intimidando al recién llegado”, refiere Silva Mandujano. (Foto: especial)

Pátzcuaro, Michoacán.- Uno de los edificios más emblemáticos de esta ciudad es la Casa del Gigante, llamada de esta forma porque en su interior, en la planta alta, se encuentra una enorme escultura adosada de piedra tallada y pintada, que representa a un soldado romano. En dicha finca, a principios del siglo XIX, se hospedó el naturalista y explorador Alejandro de Humboldt, reconocido como el principal científico de su época, según fuentes históricas.

De acuerdo con el investigador Gabriel Silva Mandujano, en su libro: La casa barroca de Pátzcuaro, la citada casa fue levantada a principios del siglo XVIII, por Don Antonio de Cabrera, regidor del Ayuntamiento y uno de los principales comerciantes de la ciudad.

La construcción, en poder de particulares, se encuentra en el Portal de Matamoros o Portal Chaparro, en la plaza Vasco de Quiroga; también se le conoce como Mansión de los Condes de Monocal.

“El diseño hermoso y señorial de elegante estilo corintio en el resto de su arquitectura, así como su estado de conservación, hacen de ésta una de las más hermosas joyas coloniales de la ciudad”, destacan expertos en el tema.

La  escultura del soldado romano, “cuyo rostro con largos bigotes y corte de pelo, denota la moda del siglo XVII, y cuya mirada la dirige a la izquierda, hacia la escalera, como intimidando al recién llegado”, refiere Silva Mandujano.

En dicha finca se hospedó el célebre geógrafo alemán, Alejandro de Humboldt, considerado cofundador de la geografía como ciencia empírica, durante un viaje de exploración que realizó en lo que hoy se conoce como México, en los primeros años del siglo XIX. Estando en Pátzcuaro visita el volcán El Jorullo, en el municipio de La Huacana.

Sus viajes de exploración, equiparables a los de Darwin en cuanto a la influencia que tuvieron en varios ámbitos científicos, lo llevaron desde Europa a América del Sur y del Norte hasta Asia Central, realizando experimentos y estudios de campo en numerosas áreas, como la física, zoología, climatología, oceanografía, geología, botánica, entre otras.

“La Naturaleza para mí no son sólo fenómenos objetivos, sino un espejo del espíritu del hombre”, escribió el científico alemán.