EL DERECHO A LA CIUDAD: Rural y urbano, más que un asunto de población

Desde la perspectiva electoral tan de moda en estos días, todos los candidatos y candidatas a gobernador tienen claro la relevancia de las grandes ciudades sobre el entorno rural, dado que el tamaño de su población representa una concentración significativa de votos. Sin embargo, esta realidad nos ubica en un doble escenario contradictorio, por un lado, un constante procesos de dispersión en donde hay muchas localidades de pequeños habitantes y, por otro lado, la creciente concentración de población en pocas ciudades.

En el ámbito nacional, se observa este doble proceso señalado, en donde de acuerdo con los resultados del INEGI correspondientes al CENSO 2020, el 48% de las localidades en México cuentan con más de 100,000 habitantes, pero en el otro extremo se registra que el 21.4% de las localidades cuentan con menos de 2,500 habitantes.

El tamaño de población de las localidades, adquiere relevancia, porque en México el INEGI sigue el criterio que, cuando la localidad tiene más de 2,500 habitantes se considera urbana, mientras que, si es menor, se considera como rural. El Colegio de México y CONAPO consideran el criterio de 5,000 habitantes, para considerar urbana una localidad, pues asumen que en localidades de menor población la actividad predominante es la agrícola, y que además no cuentan con los requisitos mínimos, tales como servicios públicos: de alumbrado, agua potable, drenaje, comunicaciones, y servicios propios de un área urbana.

Al fenómeno de la migración del campo a las ciudades se le atribuye que el número de habitantes en localidades urbanas vaya en aumento; mientras que, en contraste el de las rurales disminuya. Para ilustrar la magnitud de este proceso, hay que señalar que, en 1950, en México 43% de la población vivía en localidades urbanas y el 57% restante en comunidades rurales, en 1990 la población urbana representó 71% y para 2020 es de 79%. En el mundo, la tendencia es muy similar, en el año 2010 se superó el 50% de población urbana en el mundo y para 2050 se espera que casi un 70% de la humanidad viva en ciudades.

En Michoacán, la distribución de la población no es muy distinta a la tendencia mundial y nacional, de acuerdo al CENSO 2020, habría que comenzar por señalar que el 50% de los habitantes se concentra en 10 municipios: Morelia (17.88%), Uruapan (7.51%), Zamora (4.31%), Lázaro Cárdenas (4.13%), Zitácuaro (3.31%), Apatzingán (2.66%), Hidalgo (2.65%), Tarimbaro (2.41%), La Piedad (2.24%) y Pátzcuaro (2.07%).

En términos del tamaño de sus localidades en el año 2010 Michoacán contaba con 9,427 localidades en total, de las cuales 97.77%, es decir 9,217 eran rurales y sólo el 2.22% que representaban 210 localidades se consideraban urbanas y que concentraron el 68.68% de la población, es decir casi 3 millones de personas, mientras que, en las casi 10 mil localidades rurales, vivía el 31.31% de la población, algo así como 1, 362, 688 habitantes.

De acuerdo con el CENSO, en 2020 dejaron de existir 783 localidades, pues solo de contabilizaron 8,644 localidades con respecto a las 9,427 de hace 10 años. De este universo, 8,423 localidades, es decir el 97.44% se consideran rurales y solo el 2.55% del total, es decir, 221 localidades son urbanas. En otras palabras, 11 localidades rurales aumentaron su población hasta ser consideradas urbana.

Es sabido que Michoacán es una de las principales entidades en materia de emigración hacia Estados Unidos, pero es de llamar la atención que, del comparativo de población 2010-2020, se observa una disminución en su población en 27 de los 113 municipios. Siendo Turicato, La Huacana, Churumuco, Tuzantla, Tumbiscatío, Aguililla, Arteaga y Tiquicheo, sonde más disminuyo su población.

Destaca por las razones conocidas de inseguridad, que lo han llevado a ser noticia nacional e internacional, el caso del municipio de Aguililla, en donde la disminución respecto del número de localidades, paso de 172 en 2010 a 133 en 2020, dicha disminución en términos poblacionales representó que disminuyera de 16,214 habitantes en 2010 a 14,754, es decir 1,460 habitantes menos, casi el 10% de la población municipal. Un municipio menos conocido, es Arteaga, en donde hace 10 años se contabilizaron 380 localidades y ahora en 2020 se registraron 333. Durante los últimos 10 años, la población disminuyo en 1,458 personas, al pasar de una población total de 21,790 habitantes en 2010 a 20,332 habitantes en 2020.

El reto

El campo michoacano es un claro ejemplo, de que, uniendo esfuerzos y voluntades, se pueden alcanzar objetivos a largo plazo, pues la competitividad agrícola que hoy se tiene, implicó esfuerzos en materia legislativa, aduanera, de inocuidad, sanidad agroalimentaria, entre otros muchos aspectos.

Este próximo 6 de junio se votarán en Michoacán para gobernador, 40 diputados locales (24 de mayoría relativa y 16 de representación proporcional), 112 presidentes municipales, 112 sindicaturas y 874 regidurías. Debemos ser optimistas y considerar que hay muchas posibilidades para que, ya en el gobierno, cada uno en lo individual, pero todos en conjunto, puedan incidir y cambiar la realidad, pues es una realidad que el despoblamiento de las zonas rurales, representa un abandono de las actividades agropecuarias y mineras fundamentales para el desarrollo de Michoacán.

Hoy es tiempo de fortalecer este liderazgo productivo de la entidad y para esto es necesario atender por lo menos tres pendientes relevantes: 1) propiciar el que el beneficio económico derivado del campo, represente un beneficio para la población en general de las localidades rurales, 2) que la competitividad agrícola comercial, se fortaleza con esquemas que garanticen la sustentabilidad del campo michoacano, pues de lo contrario el costo ambiental será infinitamente mayor que el económico y, 3) resulta fundamental garantizar la seguridad, pues no hay que ignorar que buena parte del abandono de actividades agrícolas y de la migración se debe a la inseguridad existente en varias zonas de Michoacán.