Michoacán decidió el pasado 6 de junio que desea un gobierno morenista, haciendo patente lo que por meses se manejó en las encuestas; aunque existieron algunas que con clara señal o mandato le daban camino abierto a Carlos Herrera Tello que con el grito de “uno para todos y todos para uno” por la suma de partidos históricos, pensó, al igual que sus aliancistas, que serían una aplanadora electoral ( que más bien sería electorera) por la enorme capacidad de operación de dicha trilogía, pero la ciudadanía les dio la espalda
De manera inesperada, casi fortuita, Alfredo Ramírez Bedolla finalmente representó las bases de Morena y el pueblo lo abrigó.
Sucedieron situaciones especiales, casi únicas, en el mencionado proceso: le arrebatan el registro a un candidato a Gobernador, Raúl Morón, por no reportar gastos de precampaña que representaban una cantidad ridícula para lo que se jugaba, se juntaron los tres gigantes en la historia política de México, PRI, PAN y PRD que aglomeraron su podredumbre, perdón, su poderío y un candidato, Ramírez Bedolla, que ganó casi sin campaña, solo cobijado por los colores de Morena, por el nombre de AMLO y desde luego por diversos grupos instalados en La Asamblea Estatal de Bases Morenistas, donde el G 21 de Rogelio Raya y de Cecilio Tadeo, como cabezas visibles, fueron determinantes.
No existe duda que otra situación especial, de las increíbles, ha sido el episodio poselectoral donde el actual gobernador Silvano Aureoles Conejo tomó su banquito, se postró afuera de palacio nacional para entregarle, según, pruebas al Presidente de la República sobre la injerencia del crimen organizado en el proceso electoral, injerencia que para los aliancistas sería suficiente para anular los comicios. El resultado ya lo sabemos: una respuesta del ejecutivo basada en las leyes (las presuntas pruebas tendrían que presentarse a las instancias correspondientes, poder judicial e INE, más allá de la preocupación política que sin duda le correspondería al mandatario nacional pero que no le dio gusto al ejecutivo michoacano), bueno este fue el primer resultado, el segundo fue la cascada de memes que dicha ocurrencia provocó. Sin duda el día más glorioso de Aureoles Conejo, no por los resultados que esperaba o por sus intenciones, sino por la creatividad humorística que desencadenó a nivel nacional.
Antes de comentar sobre los desafíos de Alfredo Bedolla, es bueno señalar que muy a pesar de los partidos políticos inconformes con el resultado, hasta del propio gobernador, vemos casi imposible que se anule la elección, lo decimos sustentados en el margen de puntos porcentuales de ventaja para el morenista, en la cantidad de votos que representan, más de 50, 000 y porque si bien nadie duda , porque es evidente, de la presencia de grupos delictivos en la entidad, como en casi todo el país, será complicado que pueda comprobarse su participación a favor del equipo ganador porque habrá quien diga que pudo influir operando para el equipo perdedor. No es juego de palabras, es auténtica posibilidad.
Bueno, pasemos a los desafíos:
Todos sabemos que a Raúl Morón Orozco se le escapó de las manos ser el próximo gobernador, porque sin duda lo sería, pero igual se entiende que viva con enorme frustración, todo por una mala operación ante autoridades electorales( más allá de que se vio exagerada la sanción) pero estas condiciones no le dan autoridad partidista ni moral, para desear acaparar todas o casi todas las secretarías de gobierno, debe considerar que en su calidad de coordinador de Morena en la entidad está para respaldar en primer lugar a los auténticos militantes morenistas y en segundo, al ganador en las urnas. Es coordinador, no acaparador.
El primer acto político de importancia para Bedolla será mandar el mensaje de autoridad y autonomía ante aquellos que buscan posicionarse del partido, algunos de los cuales no son gente grata ante los ojos de los michoacanos y cuyos nombres se conocen y manejan en demasía
Otro reto, que tiene vinculación con el primero, será hacerse rodear de un equipo de trabajo de gente capaz, con perfiles adecuados para las distintas posiciones, de personas que tengan interés verdadero de apoyar la Cuarta Trasformación y que, sobre todo, no sean trapecistas o chapulines y que de plano están más quemados que un Judas el sábado de gloria.
El tercero y no menos importante, debe dar un mensaje al pueblo que lo eligió, aún a sus adversarios electorales, la conformación de un plan de gobierno incluyente, ambicioso pero realista, que sea plural e integrador hacia todos los sectores de la sociedad, que tenga como sustento los principios no robar, no mentir, no engañar y que encabece un gobierno diferente, de cercanía con el pueblo, con respeto y reconocimiento a las clases medias y se construya como generador de industria y desarrollo que a Michoacán le hace mucha falta.
La Tarea no es nada fácil, nada sencilla, pero con voluntad, equipo, capacidad, atingencia y humanismo, podrá salir adelante, sobre todo si los temas sobre salud, educación, bienestar social, turismo y fomento económico pueden ser los ejes generadores.
Ramírez Bedolla tiene el reto en general de cumplir a la gente, de construir un gobierno auténtico de izquierda sin olvidar la derecha, más aún, de no defraudar a sus votantes porque si hoy ganaron sin hacer prácticamente campaña, en la próxima elección puede escribirse otra historia.
Malcolm X, líder, orador y activista estadounidense señaló: “Creo en todo lo que sea necesario para corregir las condiciones injustas: ya sea político, económico, social, físico, todo lo que sea necesario. Creo en ello siempre que esté dirigido inteligentemente y se proponga obtener resultados”. La clase política está obligada a ello.
