Ramírez Bedolla y la crisis de la democracia en Michoacán

Pero en el fondo de las cosas, los dirigentes de Morena son los mismos que gobernaron Michoacán. (Foto: especial)

El próximo 1 de octubre Alfredo Ramírez Bedolla asumirá el gobierno de Michoacán, por primera vez Morena gobernará Michoacán y con ello 17 años la entidad ha sido gobernada por lo que se llama “izquierda”, primero el PRD y ahora Morena, tomando en cuenta que cuatro años fueron gobernados por el PRI y sus accidentados gobiernos, el de Fausto Vallejo, Jesús Reyna y Salvador Jara mediante el famoso comisionado de Peña Nieto, Alfredo Castillo, de triste trayectoria por Michoacán.

Pero en el fondo de las cosas, los dirigentes de Morena son los mismos que gobernaron Michoacán como Leonel Godoy, Raúl Morón y demás personajes, es decir la misma “gata pero ahora revolcada”.

Nadie puede negar que Lázaro Cárdenas Batel también tiene la mano metida en lo que será el gobierno de Ramírez Bedolla y a este último solo le quedan dos alternativas para ejercer el poder, la primera convertirse en una marioneta de los ex gobernadores y la segunda sacudirse esa sombra para imponer su propio estilo de gobernar, además un error muy grande que puede cometer es querer imponer a los michoacanos a rajatabla la famosa 4T en Michoacán. Esta es la interrogante porque los problemas económicos,  políticos y sociales son diferentes y muy particulares.

Para Ramírez Bedolla no será fácil imponer el dogma de López Obrador  ya que tendrá un congreso local de oposición, un obstáculo muy complicado donde el nuevo mandatario tendrá que negociar todos los aspectos de su política, empezando por el presupuesto y la deuda pública que es una piedra  en las espaldas del nuevo gobierno.

También el nuevo mandatario  tendrá que llevar a cabo para recuperar la seguridad y disminuir los índices de violencia, así como demostrar que no es un gobernador impuesto por el narcotráfico como lo afirma hasta hoy el gobernador Silvano Aureoles.

Al mismo tiempo Ramírez Bedolla tendrá que llevar adelante una política de transparencia y rendición de cuentas de manera cotidiana como una característica fundamental de su gobierno, además de demostrar que el combate a la corrupción será efectivo y que lo que dejará Silvano Aureoles está por lo menos libre de corrupción de lo contrario deberá de denunciar ante las autoridades correspondientes cualquier hecho de este tipo y para que los responsables paguen con cárcel los actos de corrupción cometidos.

Desde los años sesenta en los países desarrollados se cuestiona el problema de la crisis de la democracia que consiste en el hecho de no poder responder a todas las demandas ciudadanas y que los teóricos de este problema afirman que el conflicto a resolver no es la legitimidad de los gobiernos electos, este asunto ya está resuelto en especial en México, aunque en los procesos electorales locales todavía hay materia para discutir por aquello de la intervención de los poderes fácticos en los mismos en las entidades federativas y los municipios.

Ahora el problema de la crisis de la democracia se encuentra en el propio gobierno, esto significa en el gobernar del gobierno, es decir como los gobiernos enfrentan con soluciones viables los problemas públicos planteados por los ciudadanos cotidianamente.

En este sentido los gobiernos no pueden tomar decisiones unipersonales con criterios discrecionales o de forma reactiva, sino es necesario utilizar todos los recursos científicos, informáticos, técnicos y por lo menos jurídicos para que las decisiones gubernamentales estén apegadas a derecho y puedan ser legítimas ante el público ciudadano que espera del gobierno soluciones viables y negociadas entre los actores sociales, económicos y políticos para establecer la gobernabilidad de manera estable.

Todas estas argumentaciones teóricas sobre el gobernar del gobierno tienen que tomar cuerpo en la realidad social y política para que el gobernante tenga viabilidad en el ejercicio del poder  público tomando en cuenta la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones que den respuesta a los diferentes problemas públicos.

En este sentido y tomando en cuenta lo anterior el nuevo gobierno de Ramírez Bedolla tendrá que llevar a cabo un ejercicio cotidiano de diálogo y negociación con los diversos actores sociales, económicos y políticos para garantizar la gobernabilidad y no reproducir mecánicamente  la manera de gobernar  centraliza y con criterios unipersonales del presidente López Obrador. Es por ello que Ramírez Bedolla tiene la oportunidad de implementar un estilo democrático y diferente de ejercer el poder político, además porque tiene que tomar en cuenta que solo tendrá tres años del apoyo presidencial de López Obrador y los otros tres no se sabe qué fuerza política gobernará México en el 2024.

También tiene que tener presente  que la crisis de la democracia que hoy vive el país no está en la forma legítima de la elección sino en el gobernar del gobierno como ya se ha explicado anteriormente.

Ramírez Bedolla tiene la última palabra, de gobernar a sus partidarios o para todos los michoacanos  con mecanismos institucionales de participación ciudadana.