Escuelas abandonadas

Es iluso pensar que después de un año y medio de abandono, saqueo y vandalismo, además cubiertas por la maleza y goteras filtrándose por los techos, las escuelas estén en condiciones para que en pocos días se pueda regresar a las aulas. (Foto: especial)

La Ley General de Educación (LGE) norma la prestación del servicio educativo, para lo cual se ha establecido el Sistema Educativo Nacional, en los artículos 8, 9 y 11 de la misma Ley, se aborda la obligación del Estado de prestar servicios educativos, con equidad y excelencia, así como la mejora continua de la educación.  En El Artículo 98, se menciona: “que los planteles educativos constituyen un espacio fundamental para el proceso de enseñanza-aprendizaje”; en El Artículo 99, se señala también que “los muebles e inmuebles destinados a la educación impartida por el Estado y los particulares con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios, así como los servicios e instalaciones necesarios para proporcionar educación, forman parte del Sistema Educativo Nacional (SEN) y que dichos muebles deberán cumplir con los requisitos de calidad, seguridad, funcionalidad, oportunidad, equidad, sustentabilidad, accesibilidad e higiene” entre otros. En el mismo documento legal, se estipula que la Secretaria de Educación Pública (SEP), operará El Sistema Nacional de Información de la Infra-estructura Física Educativa a fin de realizar sobre estos, diagnósticos, y poder definir acciones de prevención en materia de seguridad, protección civil y mantenimiento. Dicho sistema contendrá la información del estado físico de los muebles e inmuebles y servicios o instalaciones destinados a la prestación del servicio público de educación, que se actualizará de manera permanente en colaboración con las autoridades en la materia”.

La normatividad para la prestación del servicio educativo con equidad y excelencia, está clara, precisa y bien delineada. Se podría decir que teóricamente hasta sobrepasada, con lo que se asegura alcanzar los objetivos previamente establecidos. El problema empieza cuando se toman decisiones basadas en ideas y criterios personales de quienes están al frente de las instituciones y no en la norma establecida, ocasionando deficiencias en la prestación de los servicios y perdidas innecesarias, como es el caso de las miles de escuelas abandonadas y dejadas a la deriva, a lo largo y ancho del territorio nacional, durante más de año y medio que llevamos, enfrentando a una de las pandemias más agresivas de los últimos cien años. Problema, que se pudo haber evitado con una atención oportuna. Además,  que en la mayoría de esas escuelas cuentan en su plantilla de personal, con alguna plaza con funciones de velador o vigilante o se tienen contratos con empresas privadas para la prestación de servicios de vigilancia. En muchos de esos casos, estos puestos laborales, se pagan con ingreso de la “cuotas voluntarias” que semestralmente aportan los padres de familia. Si se hubiera actuado con responsabilidad  por parte de la autoridad educativa y  voluntad del personal, (sin ningún riesgo de contagio y a cambio de alguna gratificación económica) no estaríamos hablando de escuelas abandonadas. Esa negligencia de la autoridad educativa, fue aprovechada por algunas personas de las mismas comunidades, principalmente jóvenes, con conductas antisociales, para  saquearlas, destrozarlas y vandalizarlas, rompiendo candados, destrozando puertas, ventanas, robándose la tubería de cobre, el cableado eléctrico, computadoras, impresoras, pantallas, proyectores, reguladores y todo aquello que encontraron a su paso que se pudiera vender y obtener algunos pesos para satisfacer sus caprichos personales, acción que realizan este tipo de individuos sin sentir ningún remordimiento y sin temor de  ser castigados por su conducta antisocial, saben bien  de la impunidad que existe para este tipo de delitos. Lo único que los agobia es ser sorprendidos al momento del acto delictivo y les terminen con éxito su trabajo.  En el pasado, el posible castigo parecería exceder la recompensa en este tipo de individuos, porque asociaban su comportamiento a lo que las circunstancias más favorables los orillaban, y no tenían una consciencia acerca del significado del bien y el mal. Esta conducta delictiva como cualquier otra, tiene determinantes múltiples. Se dice que los principales motivos de la alteración de la conciencia, es el fracaso de las familias, la deserción escolar, malogro de los programas sociales, la ausencia de valores y valorar las actitudes de desafió a la autoridad así como el menosprecio a las normas legales y de convivencia social. Todo ello, se agudiza cuando los adolescente se van dando cuenta que su futuro es incierto, con pocas oportunidades de desarrollo.

Es iluso pensar que después de un año y medio de abandono, saqueo y vandalismo, además cubiertas por la maleza y goteras filtrándose por los techos, las escuelas estén en condiciones para que en pocos días se pueda regresar a las aulas. Ni siquiera se ha hecho un recuento de los daños ocasionados en cada una de las escuelas, por parte del supuesto Sistema Nacional de Información de la Infra-estructura Física Educativa, mucho menos las reparaciones correspondientes. Lo que si podemos afirmar, es que los responsables del abandono de las escuelas, que sufrieron  robos, destrozos y vandalismo, son la autoridad educativa, por no haber implementado ninguna medida de protección  para salvaguardad los bienes del Sistema Educativo Nacional, cuya responsabilidad le ha conferido la sociedad, quien además, tiene la obligación legal de deslindar responsabilidades, de lo contrario sería cómplice de la negligencia o corrupción de este ilícito. En segundo lugar se encuentra La Secretaria de Seguridad Ciudadana, que le corresponde, proporcionar seguridad física, patrimonial y social a la población y llevar a la justicia a quienes atentaron contra las instalaciones de los espacios educativos, destinados al crecimiento de los individuos como personas con calidad social.   La impunidad es una de las larvas de la corrupción. Si no existe capacidad y ganas de querer hacer su trabajo por quienes persiguen estos delitos, deben ser honestos y mejor retirarse para no seguir haciendo daño al pueblo de México; esto es más de lo mismo. Al final de cuentas, la mayor parte de la reconstrucción de las escuelas terminará pagándose con las “cuotas voluntarias“. Que aportan los padres de familia, no creo que en El Presupuesto de Egresos de la Federación  2021, se hayan considerado  recursos para la rehabilitación de las escuelas abandonadas. Escuelas abandonadas, talleres y laboratorios obsoletos, falta de equipos de cómputo para la enseñanzas de las  Tecnologías de la Información y la Comunicación, corrupción en las nuevas contrataciones de docentes y designación de directores, exceso de plazas de supervisores o invención de plazas de evaluadores o supervisores académicos en algunos Subsistemas Educativos, personas con plazas de docentes que no dan clases, pagos pendientes a docentes”, cuotas voluntarias” y uniformes escolares inconstitucionales, entre otros muchos problemas. En pocas palabras, El Sistema Educativo Nacional en terapia intensiva. Al parecer cada quien anda en lo suyo. Se empieza a tambalear la transformación de México.  Negligencia es igual a corrupción.  Así de fácil, así de sencillo.