¡Que viva Morelos!

Monumento a Morelos en Morelia. (Foto: especial)

Un día como hoy, hace 256 años nació uno de los más grandes hombres de nuestra historia: José María Morelos y Pavón.

Nació en la entonces Villa de Valladolid, en el año de 1765. En su honor esta bellísima ciudad se llama Morelia.

Su padre José Manuel Morelos, era carpintero y su madre Juana María Guadalupe Pérez Pavón, criolla hija de un maestro de escuela.

 Su abuelo, fue su maestro durante sus primeros años, posteriormente se realizó su anhelo de ingresar a estudiar en el Colegio de San Nicolás.

 Morelos fue pilar fundamental del movimiento de independencia; padre ideológico de México como república independiente.

La enorme inteligencia y sagacidad de Morelos hicieron que hasta la fecha sea considerado el mejor estratega militar de la historia de México. Incluso Napoleón Bonaparte declaro que “con cinco generales como Morelos conquistaría el mundo”.  Morelos es claro ejemplo de las cualidades de un guerrero, del amor a la tierra en que se nació, a la patria.  Morelos encarnaba las características del verdadero líder; veía por los otros, sin pensar en el mismo.  Era un gran estratega, sabía, aun en desventaja de número y equipamiento, ganar las batallas basado en la inteligencia y en el corazón.

Morelos, concebía que amar al otro es la mayor riqueza. Sabía que la mayor satisfacción posible es poder servir al otro. En su juicio de excomunión declaró que su mayor recompensa seria ser recordado como “el siervo de la nación”.

 Su preparación religiosa inicio con su abuelo materno, posteriormente de manera académica y formal en el Seminario de Valladolid, hoy Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, donde Miguel Hidalgo era Rector, fue su maestro, amigo y compañero de ideales, sueños y lucha.  Al finalizar sus estudios fue enviado a Carácuaro donde fungió como sacerdote por once años.  Existe registro de que siempre abogó por los indígenas, fomentando la organización comunal tanto en los talleres productivos como en el cultivo y aprovechamiento de la tierra.

 Organizó el “Congreso de Anáhuac” en Chilpancingo en 1813. Un año después en plena lucha armada, se gestó la primera Constitución de México, en Apatzingán plena tierra caliente michoacana. 

El hecho de que Morelos haya estado concentrado en los valores morales e ideológicos de México como nación, nos habla mucho de su carácter y visión. De todos los insurgentes, Morelos fue quien tenía más claro que no tenía sentido ganar a punta de hierro y sangre la guerra, si antes no se tenía ganada la lucha ideológica. 

José María Morelos es el autor de los “Sentimientos de la Nación”.  Donde se declaró la independencia de América de España y/o de cualquier otra Nación, gobierno o monarquía. Estableció que la soberanía emana del pueblo. Estableció los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial, como sistema de gobierno. Redujo la jornada de trabajo de los peones, prohibió el castigo físico y la tortura, estableció protecciones para las clases marginadas y exhortó al Congreso a trazar leyes para moderar la opulencia y la pobreza, a fin de lograr la igualdad social.

Morelos sostenía que todos somos iguales, con los mismos derechos. Que es obligación del estado y de la sociedad velar por proporcionar las mismas oportunidades a todos. Promulgaba   que era mediante la educación que se lograría la igualdad social. “Que se eduque a los hijos del labrador y del barrendero como a los del más rico hacendado”.

En una sociedad extremadamente racista, donde el color de piel y el apellido designaba desde la cuna el destino y fortuna, Morelos proscribe la esclavitud y la distinción de castas u origen.

Morelos concebía a los indígenas, como los propietarios originarios de estas tierras.  Estaba consciente de la riqueza del pasado indígena, y pensaba que esta debería de ser la base de la nueva nación, ya no basada en la cultura y valores impuestos por España, sino en su raíz original. Prueba de ello es que la junta constituyente tuvo como nombre “Congreso de Anáhuac”.

 “Cem Ānāhuac” es el nombre que dieron a este continente los pueblos originarios de estas tierras. La junta constituyente, llevaba en su nombre el espíritu que Morelos deseaba no solo para México sino para toda la América, una tierra libre, independiente, donde todos sus pobladores, fuesen libres, sin distinción alguna, gozaran de los mismos derechos y no se rindiera honor a nación extranjera alguna.

Ser moreliano no debería solamente significar haber nacido en esta ciudad. Ser moreliano debería ser seguir el ejemplo de Morelos, seguir sus ideales, su rectitud, su fuerza, su entereza, su lucha por la libertad, su energía y determinación contra la injusticia, su respeto por la ley, su espiritualidad, su tolerancia, su lucha contra la segregación, su vocación de servicio, su compromiso con la causa, lograr una Nación dueña de su destino.

La mayor parte de este artículo lo escribí el 30 de septiembre del 2010, sigo pensando igual y por ello decidí transcribirlo.

Este año se ha acrecentado mi admiración por Morelos, así como mi convicción de que es uno de los más grandes hombres de la historia.

Era Morelos un REVOLUCIONARIO, se opuso no solo al imperio español, sino al poder eclesiástico, al modo de producción esclavista, al racismo y a la desigualdad.

Se opuso a la explotación del hombre por el hombre, a la violencia, y a la persecución de las ideas.

Morelos tenía la tez morena y rasgos mulatos. Es la historia oficial la que lo pinta como si hubiera sido de tez blanca, cosa que no fue así.

Me lo imagino con su cuera de Apatzingán y su paliacate rojo envolviendo su cabeza, montado en su caballo, por todos los caminos, luchando por qué no fuéramos más colonia de España, por la igualdad, por el conocimiento y porque ninguna nación sobajase a otra, ni ningún individuo fuese sobajado por otro.

Cuánto luchó Morelos y miles más por un México, libre, sin violencia de todo tipo. ¿Qué pensarían si vieran lo que está sucediendo?

La situación en la tierra caliente michoacana sigue terrible, cientos de familias de las rancherías han tenido que dejar todo; su casa, su tierra, sus animales, lo sembrado y cosechado, todo. Huyendo para salvar la vida de sus familias resguardándose dónde pueden. Muchos llegaron a la cabecera municipal de Coalcomán, refugiándose en la iglesia, o en casa de familiares y/o amigos.

El lunes pasado tapando su rostro por obvias razones, acudieron al cuartel a exigir al ejercito cumpla con su deber, que los defienda, que acabe ya esta situación.  El ejercito salió en perfecta formación con bazucas y gases lacrimógenos a correrlos.

En Coalcomán los alimentos y medicinas aumentaron mucho de precio, no hay internet, pero si se los cobran, siguen la carreteras averiadas y tomadas, o sea; continúan sitiados.

 Apatzingán Buenavista, Agüilla, Tepalcatepec, Coalcomán, se encuentran asediados por la violencia, la impunidad y la injusticia. Se encuentran rodeados de muerte.  Enorme falta hace Morelos.

Por eso grito fuerte: ¡Que viva Morelos!