Nueva lengua de lava arrasa más cultivos en La Palma

Esta lava, en todo caso, ha terminado cayendo al mar y alimentando a la isla baja que sigue ganando terreno al océano Atlántico. (Foto: especial)

Canarias, España.- El volcán de La Palma ha proporcionado una nueva jornada de sustos a la población de la isla. El primero de ellos ha sido una nueva lengua que se ha abierto al final del recorrido de la colada, a unos 350 metros del mar. El segundo, un terremoto de magnitud 4,3 que ha podido “sentirse en toda la isla” como uno de magnitud 3, a pesar de haberse registrado a 35 kilómetros de profundidad, según ha explicado la vulcanóloga del Instituto Geográfico Nacional y portavoz del comité científico, María José Blanco.

Según EL PAÍS, con todo, tanto Blanco como el portavoz del comité técnico, Miguel Ángel Morcuende, han querido transmitir un mensaje de tranquilidad. “No tenemos ahora mismo ningún dato que nos haga pensar que pueda abrirse un nuevo centro emisor”, ha explicado el director técnico, “dado que no se están registrando nuevas deformaciones del terreno, y eso siempre es positivo”. “En principio”, ha completado Blanco, “se está repitiendo el patrón que se registró en el volcán Tagoro [que entró en erupción en El Hierro en 2011], y esto no tiene por qué significar que exista una nueva vía”. Eso sí, siempre desde la cautela en las previsiones: “Lo que se habla hoy puede que no valga mañana”, según el portavoz.

La relativa estabilidad que había mostrado la erupción durante todo el miércoles se ha visto alterada apenas 24 horas después. “Algo normal en un proceso eruptivo de estas características”, ha señalado Blanco. La colada, que transcurría con relativa rutina sobre una pista hecha por emisiones anteriores, ha alterado su comportamiento casi al final del trayecto. “Un ramal de la colada, que discurría más al sur, ha llegado a la colada de la erupción de 1949 entre la playa de Los Guirres y el Charcón”, ha asegurado este miércoles la vulcanóloga María José Blanco. La consecuencia, ha añadido Morcuende, es que la lava ha vuelto a “arrasar más cultivos de plataneras, ha destrozado varios depósitos y alguna edificación”. Esto no queda aquí: el portavoz ha asegurado que lo más probable es que la zona intermedia entre la morrena terminal de la colada principal y ese dedo se vuelva a llenar, afectando a más cultivos.

Esta lava, en todo caso, ha terminado cayendo al mar y alimentando a la isla baja que sigue ganando terreno al océano Atlántico. Su distancia desde la costa sigue en aproximadamente 500 metros, pero su profundidad ha crecido hasta unos 250, según los datos que maneja Blanco.

El nuevo volcán mantiene evacuadas a más de 6.000 personas. La lava que emite ha arrasado 431,2 hectáreas de terrenos, 9,27 hectáreas más que 24 horas antes. La anchura máxima de la colada sigue estable en 1,25 kilómetros. “Esto evidencia que se mueve por un tubo lávico que favorece el drenaje del magma al mar”, sostienen fuentes del Cabildo palmero. Las vías afectadas suman un total de 26,47 kilómetros, la mayoría en Los Llanos de Aridane (17,13 kilómetros).