SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA: Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana; una visión a 45 años de su fundación

Las autoridades laborales, de gobierno y universitarias toleran irregularidades en la dirigencia del SPUM.

El pasado 13 de octubre se conmemoró el XLV Aniversario de la fundación del Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM). Quienes en su momento vieron a la organización gremial como una forma para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores académicos, nunca imaginaron que se atravesaría por una crisis ética y legal tan aguda, propiciada por la convergencia de las políticas neoliberales en la educación superior, la visión tecnocrática en la conducción de la Universidad Michoacana, desprovista de toda consideración social y afianzada en el sindicalismo charro, la intromisión cínica y ataque constante a la Casa de Hidalgo del gobierno de Silvano Aureoles.

Entre los retos que enfrenta el SPUM, está la regularización de la vida sindical, pues aunque se eligió un Comité Ejecutivo General Interino y se revocó el mandato del Comité Ejecutivo General 2018-2021, conforme lo prevé el estatuto sindical, la intromisión de la rectoría y el presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, han imposibilitado el reconocimiento de la personalidad jurídica del Comité Interino, con lo cual los trabajadores académicos han sido más vulnerables a la violación de sus derechos.

Otro reto es la armonización del estatuto con la reforma laboral y la legitimación del contrato colectivo de trabajo, acciones que se habían previsto y mandatado desde el VIII Congreso General de Representantes Extraordinario, que se llevó a cabo en agosto de 2019 y se habían trabajado en comisiones especiales, pero fueron puestas en pausa por intereses ajenos a los de los sindicalizados.

La llegada al servicio público de personajes como Hill Arturo del Río que, como Presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, ha dejado un mal precedente del ejercicio del derecho y la impartición de justicia, perjudicando a miles de trabajadores y sus familias en Michoacán. El análisis colegiado en la Coalición Estatal de Sindicatos y Trabajadores de Educación Superior (CESTES) ha arrojado evidencia sobre su incorrecto actuar, por ejemplo, hace menos de un mes negó el registro sindical a trabajadores, muchos de ellos fundadores, de la Universidad Tecnológica del Oriente de Michoacán, y en dos días se lo otorgó al sindicato conformado por la directora, funcionarios y personal de reciente contratación. Por lo que la coalición ha demandado al gobierno del estado la salida inmediata de Hill Arturo del Río, así como la valoración de su inhabilitación como servidor público, de acuerdo con los ordenamientos legales respectivos.

Por otro lado, el SPUM ha enfrentado muchos desafíos, entre ellos, la aberración jurídica de una huelga a puertas abiertas, un intento de modificación a la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana, la traición de un congreso simulado que contravino los acuerdos sobre la conservación del sistema de jubilaciones y pensiones, el atropello de modificar la malla curricular del bachillerato nicolaita, sin participación de las academias y sin acuerdo laboral previo para salvaguardar los derechos de los trabajadores, así como la sumisión incondicional de quienes se suponía nos deben representar.

Sin embargo, varios agremiados al SPUM han actuado conforme se esperaría de un trabajador académico universitario para defender las conquistas sindicales, conforme a derecho e interponiendo diversas demandas, denuncias y juicios. Aún con el cansancio, se tiene el aliento de continuar luchando por el respeto la dignidad como trabajadores y seres humanos; el respeto y consideración a las familias a las que mantienen y a la sociedad que brinda el sostenimiento de nuestra Máxima Casa de Estudios.

A 45 años de su fundación, el Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana atraviesa por una encrucijada sin precedentes, pero también ha estado a la altura reprobando la conducta de quienes traicionaron la confianza de sus agremiados, a través de la realización del IX Congreso General de Representantes Extraordinario, en donde por primera vez se dio la revocación de mandato y en donde se eligió un Comité Ejecutivo Interino. También, ha sembrado la semilla y abierto el camino, para que a 45 años de su fundación, el SPUM sea encabezado por una mujer, como un acto de justicia para las féminas que antecedieron la lucha sindical y en reconocimiento de los derechos de las mujeres.

Además, la estrategia sindical que se ha definido para fortalecer al SPUM y tener margen de maniobra en la toma de decisiones y defensa de los derechos adquiridos ante los diferentes órdenes de gobierno, ha estado orientada a la búsqueda de alianzas con los representantes de trabajadores magisteriales de todos los niveles y centrales de trabajadores, cuyos integrantes, así como algunas compañeras feministas, han estado pendientes de esta lucha, coadyuvando enormemente a la consecución de los objetivos y actividades que se han planteado para que la dignidad como trabajadores académicos sea recuperada. Ya que como la experiencia lo ha mostrado, la subordinación a un funcionario, gobierno o ente ajeno al gremio de trabajadores académicos, no ha garantizado el bien común y respeto de los derechos.

Sin duda, el mayor reto que se tiene como gremio es lograr la cohesión, teniendo en mente la unidad en lo común, con las diferencias ideológicas de cada corriente sindical y trabajador, persiguiendo el bien mayor de salvaguardar nuestros derechos humanos y laborales. Por una parte, la inmovilización por la pandemia limitó a los profesores para participar a las movilizaciones, por otra parte, la negación de la toma de nota al Comité Interino y las disputas de los grupos sindicales han propiciado la disgregación. Los académicos se han polarizado y confrontado por la inequidad en el trato, los privilegios y las disputas propiciadas desde la rectoría y el sindicalismo charro, además se han sentido traicionados y decepcionados por liderazgos que han abusado de la confianza que sus compañeros de corriente sindical depositaron en ellos, sujetos a los que por cuestiones políticas se les ha dado una segunda oportunidad, y aun así siguen negociando con los derechos ajenos para su beneficio personal. Se tiene entonces, el reto de reconciliar las ofensas y daños en pos de encontrar la unidad y fortalecer al sindicato, conciliando las necesidades particulares con el bien común de manera permanente y no sólo al acercarse la renovación del Comité Ejecutivo General.

¡VIVA EL SINDICATO DE PROFESORES NICOLAITAS!, ¡LARGA VIDA AL SPUM!