Venderán bienes de la Iglesia en Francia para indemnizar a víctimas de pederastia

Estas resoluciones se adoptaron tras una semana de debates en este centro de peregrinación mariana. (Foto: especial)


Lourdes, Francia.- Los obispos franceses venderán “bienes” de la Iglesia o recurrirán a un préstamo para indemnizar a las víctimas de pederastas, decidieron este lunes al término de su reunión anual, en la que pidieron ayuda al papa Francisco.

Según Expansión, tras reconocer la “responsabilidad institucional” de la Iglesia en los abusos sexuales a menores en Francia, que una comisión independiente estimó en más de 216,000 desde 1950, sentaron ahora las bases para la indemnización.

“Los obispos decidieron nutrir este fondo” de indemnización “desprendiéndose de los bienes inmuebles de la Conferencia Episcopal de Francia y de las diócesis”, dijo su presidente Éric de Moulins-Beaufort.

Los responsables diocesanos decidieron también “contraer un préstamo para anticipar las necesidades” si fuera necesario, agregó en rueda de prensa De Moulins-Beaufort, al término de su reunión anual en Lourdes, en el sur de Francia.

Aunque descartaron recurrir al dinero donado por los fieles a la Iglesia, el vicepresidente Dominique Blanchet precisó que no pueden impedir a ningún creyente “movilizarse para poder entrar en este modo de justicia reparadora”.

Estas resoluciones se adoptaron tras una semana de debates en este centro de peregrinación mariana, donde unos 120 obispos examinaron el informe de la Comisión Independiente sobre Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase).

Otra de las decisiones adoptadas es encargar a la jurista francesa Marie Derain de Vaucresson, exdefensora de menores, la constitución de una instancia nacional independiente, que se encargará de instruir las demandas.

“La reparación financiera formará parte de la respuesta, pero no de manera automática”, indicó al diario La Croix Derain de Vaucresson, a quien los prelados dejaron vía libre para formar su equipo y su funcionamiento.

“Algunas [víctimas] expresaron la simple necesidad de saber si su agresor seguía con vida, otras conocer a una persona relacionada con su situación: el propio agresor o el obispo de entonces”, explicó.