DEBATAMOS MICHOACÁN: Vida que muere

Continuamos hablando acerca de los crímenes que se comenten contra los cuerpos que no están alineados al género, es decir, aquellos cuerpos que no lograron asumir la masculinidad o su feminidad y que se encuentran expuestos a la opresión para castigarlos.

En este sentido, Humberto Maturana, en el libro de la Biología del amor, expresa la horizontalidad de la vida y de los seres vivos, en donde define la vida como un sistema autopoeitico molecular, es decir, diario nos reproducimos y diario mueren células en nuestro cuerpo, es una vida que muere. Sin embargo, cuando esa vida está atada al género, no solo muere por cuestiones biológicas, sino desde la sociedad por personas intolerantes, homofóbicas que generan opresión en contra de cuerpos de la comunidad llamada diversa sexual.  

La vida es un bien universal, el Estado Nación debe procurar la protección de las vidas, sin discriminar o violentar; no obstante, también corresponde a los miembros de la familia cuidar de sus integrantes. Pese a ello, se observa que aquellos cuerpos que no viven en el género o bien que transgreden el género o transitan de un genital a otro genital pueden tener problemas con respecto a conservar el derecho a la vida, violentando otros derechos. La vida no debe ser cuestionada, es universal y es para todos, sin embargo, con fines de interseccionalidad podemos observar que la vida tiene niveles de reconocimiento y respeto para unos, en tanto que para otros no alcanzan esos niveles de protección.

La vida es protegida por el Estado a través de marcos normativos como la Constitución Federal y las Locales y otras leyes, y para acatar el mandato de constitucional y legal existen las estructuras operativas como las Fiscalías de la República y locales, y las autoridades de seguridad pública, entre otras que en conjunto realizan el diseño de política pública para la seguridad de la sociedad en su conjunto; frente a la transgresión del derecho a la vida, existen los mecanismos de control a los que se refiere Michel Foucault en “Vigilar y castigar”, es decir, el centro de reinserción social y el Código Penal local, o bien el hospital psiquiátrico y el diagnóstico de enfermedades mentales. 

No obstante, el odio es tan solo un elemento que tensa la construcción de la relación entre personas o entes o bien de la falta de un proceso de construcción del diálogo que ayuden a generar condiciones de tolerancia (Convención de los principios de tolerancia de la UNESCO), entre otros elementos que explican por qué cometer crímenes de odio por homofobia.

Será importante reflexionar sobre la posición que explica Rita Segato sobre las estructuras elementales de la violencia, en donde precisa que la violación que cometen no es solo una cuestión sexual, sino en una situación de poder que permite cumplir con el mandato de la masculinidad, de igual manera el odio, expresado en la muerte de un hombre homosexual, no es una cuestión sexual, como tal, pero se constituye como una conducta que permite exterminar aquellos hombres que no se alinean al mandato de masculinidad. En este sentido será necesario conocer las motivaciones de aquellos que cometieron los crímenes de odio por homofobia y comprender sus razones de su odio en contra del otro que no hace par.

Hegel plantea que todos tenemos el deseo de ser reconocidos para la protección de la vida, así lo expresa Judith Butler en el texto “Mecanismos psíquicos de poder”, pese a ello, es el Estado mexicano, el que debería de reconocer los cuerpos de los disidentes sexuales (cuerpos abyectos). No obstante, se continúa reconociendo como norma sexual lo que normativamente esta normalizado, lo heterosexual, lo natural, lo puro, lo visible, lo inteligible, en contra de los que está afuera lo homosexual, lo antinatural, lo patológico, lo impuro, lo invisible, lo irrepresentable, lo ininteligible.  

Desde el 2007, se organiza en Morelia, Mich., acciones contra de la homofobia y los crímenes de odio por homofobia, organizada por organizaciones de la sociedad civil, situación que expresa la visibilidad de un grupo social, que luego se convertirá en el inicio de un movimiento social.

El estado de Michoacán, a través de sus estructuras operativas, en aquellos años, inicios de este siglo XXI, el Instituto de la Mujer, la Secretaria de Gobierno, la Procuraduría General del Estado de Michoacán, la Secretaria de Seguridad Pública, la academia debe reconocer a las personas con orientación sexual distinta a la hegemónica, para salvaguardar la seguridad y por ende, la vida, no obstante, ser diferente a las dinámicas normalizadoras, puede generar las tensiones para encontrar la muerte a manos de personas con ideologías misóginas, machistas, clasistas, racistas, xenófobas, homófobas, transfobias, lesbofobias, y otras. 

En este sentido es interesante ver como durante los primeros ocho años del presente siglos XXI, no existieron normativas que permitieran atender las problemáticas de la diversidad sexual, fue en el 2009, cuando se publica la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la Violencia en Michoacán, posteriormente hasta el 2015, se generan las condiciones para la creación del Consejo Estatal para Atender y prevenir la Discriminación y la Violencia en Michoacán. Fue hasta el 2014 y 2015 cuando se realizan modificaciones al Código Familiar y al Código Penal, entre otras modificaciones que se realizaron. Por otro lado, desde el Poder Ejecutivo Estatal, es decir de los gobernadores en turno, así como ahora desde el Consejo Estatal para prevenir y eliminar la discriminación y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, se realizan los pronunciamientos y narrativas uno en atender los casos de los feminicidios, porque finalmente no tienen otra salida, otros exigiendo justicia, pero todo ello, derivado de la presión de los sectores feministas, así como de la diversidad sexual.