La quinta columna y el sesgo en periodismo

López Obrador en la conferencia mañanera. (Foto: especial)

Primero retrocedamos algunos años. Durante la Guerra Civil Española, de 1936 a 1939, el General Emilio Mola Vidal, de las fuerzas franquistas, dijo en un discurso por radio, que la ciudad de Madrid era atacada por cuatro columnas, más una quinta que estaba  formada por los simpatizantes de Francisco Franco que ya se encontraban dentro de Madrid.  Esta frase dio pie a que posteriormente se extendiese universalmente el nombre de “Quinta columna” para designar a los que, sin revelar  abiertamente sus verdaderos fines, trabajan y se dedican en diversos medios a la difusión de noticias falseadas  a favor del enemigo.

Ahora regresemos a nuestra realidad actual.  La difusión de noticias sesgadas, verdades a medias, mentiras completas  y el ocultamiento de hechos ha sido, innegablemente,  una constante en todo medio informativo mundial, y México no es la excepción.  En el pasado reciente, hablamos de los 60 a los 90  las noticias eran controladas por el sistema, vía estructuras de Gobernación. Los medios de que disponía el sistema eran amplísimos, los más usados eran la compra de editorialistas para que escribieran alabanzas  y ocultaran fallas y apoyo económico a los medios “alineados”. En caso de que algún medio intentara mostrar cierta independencia entraban las amenazas, económicas, laborales y físicas. Si todo lo anterior fallaba existía un medio de presión, el Estado controlaba, vía el monopolio estatal Productora e Importadora de Papel (PIPSA)  todo el papel periódico que se producía y que se importaba hacia México, además establecía los precios que mejor le parecían; por si no fuera suficiente no era raro que suspendiera la entrega de papel a los periódicos que comenzaban a tomar posturas críticas al entonces llamado PRI/Gobierno.

  Otras realidades del periodismo mexicano, a nivel central y en los Estados, son los casos donde la presión y el dinero ocultan o cambian la información en beneficio de una persona o grupo con gran peso económico y/o político.

 En México, hasta antes de la llegada de la 4T,  se había logrado una importante libertad de expresión en el ámbito de prensa escrita,  noticiarios radiales, y con cierta dificultad en la televisión. Pero junto con la 4T  llegaron los inquisidores de MORENA,  verdaderos torquemadas de pacotilla,  y desde entonces la libertad que existía se ha visto terriblemente acotada. Los medios no alineados , aparte de padecer las diarias descalificaciones en las  “manañeras” y ser señalados  prácticamente  como traidores al país, son receptores de diversos tipos de presiones ;  no pocos de sus periodistas más leídos han sido “renunciados” y varios se han visto en la necesidad de salir del país. Curiosamente, en el caso de la impresión de libros la independencia es casi total, pues el sistema sabe que el ciudadano mexicano prácticamente no lee, y el que lee de forma habitual ya está enterado de la triste situación del país. 

  Un fenómeno de nuestros tiempos es la aparición de una gran cantidad de blogs de noticias, mismos que surgen sin un aparente o real control de calidad;  en ellos podemos encontrar de todo, sitios buenos, malos y malísimos; en muchos de ellos, los más radicales,  se presentan las noticias  con una enorme carga partidista, maquillándolas  para que resulten adecuadas a los intereses de X partido o grupo. ¿Cómo se logra?,  fácil,  dándole un sesgo a todo lo que publican, omitiendo o descalificando opiniones contrarias a su línea editorial y magnificando lo que convenga a su ideología. Descalifican sin argumentar, utilizan verdades a la mitad y las completan con lo que mejor les convenga.  Todo lo anterior da por resultado un periodismo no confiable.

  ¿Cómo lograr un sesgo creíble en periodismo?, sencillo, es de sobra conocido que el lector promedio no acostumbra cruzar y contrastar informaciones, entonces simplemente basta con que al reportar sobre un determinado evento omitan detalles que permitirían al lector tener una visión más amplia y neutral de los hechos. Dan la noticia con una carga emocional que tiene por objeto impactar y sensibilizar al lector, para así, predisponerlo a favor o en contra de algo, según convenga a la publicación.

  Otra manera de manejar el sesgo es utilizar como analistas a supuestos expertos,  hipotéticamente “imparciales”, pero que se sabe van a hablar y sostener una determinada posición (sesgo por control de fuentes).

 ¿A quiénes sirven en realidad estos periódicos, en realidad verdaderos quinta-columnistas? Evidentemente no a la verdad, ni al verdadero periodismo y por lo tanto no a México, dada su proclividad a la manipulación, la desinformación y la mentira. ¿Qué hacer? Si lo que se quiere es tener una adecuada información habrá que contrastarla y cruzarla con diversos medios reconocidos por su seriedad y solvencia y no creer todo lo que nos dicen. Así de sencillo.