Mirando al firmamento…

La humanidad siempre ha mirado al firmamento buscando respuestas a su existencia. (Foto: especial)

La humanidad siempre ha mirado al firmamento buscando respuestas a su existencia. El sol y la luna son sumamente importantes en todas las culturas y vidas.

En base a la observación de las fases de la luna los Celtas, elaboraron un calendario: El calendario galo de Coligny es probablemente el ritual de calendario solar/lunar celta más antiguo que existe. Fue descubierto en Coligny, Francia y ahora se muestra en el museo del palacio de las artes galo romano de Lyon. Data del primer siglo a. C., cuando el imperio romano impuso el uso del calendario juliano en la Roma gala. El calendario está elaborado a base de fragmentos de bronce en una enorme placa. Lleva inscrita la palabra, Galo con caracteres latinos y usa numeración romana.

El calendario usa un arreglo matemático para mantener un calendario normal de 12 meses sincronizado con la luna, y mantiene la totalidad del sistema sincronizado añadiendo un mes extra cada 2 años y medio. El calendario Coligny registra un ciclo de 62 meses lunares de 5 años, dividido en 15 días de luz y 15 días de oscuridad (o medio ciclo lunar) cada uno.

El formato astronómico de los años de calendario que Coligny representa puede ser muy antiguo, al ser los calendarios incluso aún más conservadores que los cultos y los rituales. La fecha de su inicio es desconocida, pero la correspondencia con los calendarios celta insular y celta continental sugiere que algunas de las formas pueden datar de los tiempos proto-celtas, aproximadamente 800 a. C.

Es asombroso lo que ha logrado la mente humana, que pudo volar a las estrellas, aún antes de haber inventado la rueda. Me imagino el asombro de los que vivían en la época prehistórica, observar el cielo de noche debe haber sido ciertamente estremecedor, impactante el tomar conciencia de nuestra pequeñez, pero al mismo tiempo observar que somos maravillosa parte de ese universo lleno de enigmas y enorme belleza.

La luna rige los mares, recibe al sol en sus brazos al atardecer, quien recíprocamente la besa al amanecer.

Justo el martes inició el año lunar chino y Purhépecha, ambos basados en conocimientos y cálculos ancestrales.

Se denomina Año Nuevo Lunar el que inicia con la salida de la segunda luna nueva, después del solsticio de invierno.  El año nuevo es una celebración muy esperada, sobre todo si el año anterior no ha sido muy benéfico.  En todas las culturas, se despide el año viejo y se hacen rituales, se elaboran diferentes amuletos y/o adornos para   atraer la suerte y abundancia para el nuevo año que está por iniciar.

 El martes pasado primero de febrero se celebró el Año Nuevo purépecha. La comunidad p’urhépecha celebra anualmente la ceremonia Kurhikuaeri K’uinchekua, renovación de Kurhikua, con lo cual, los habitantes de las regiones p’urhépecha inician el Juchari Uéxurhini, que rememora la historia del antiguo Pueblo P’urhépecha, en que se realizaba un gran rito al Fuego, para pedirle su ayuda para dirigir la guerra, ganar batallas, garantizar la vida  y así, extender y sobre todo preservar el territorio de Kurhikuaeri.

En el momento que la Constelación de Orión se encuentra a la mitad de su recorrido, poco antes de la media noche, sucede el cambio de ciclo agrícola para el pueblo p’urhepecha. Ambos elementos, se tomaron como base de la memoria de su origen histórico, y se acordó, iniciar el reencuentro p’urhépecha contemporáneo, a partir del día 1 de febrero del año de 1983.

El propósito de celebrar el año nuevo es también para dar gracias a la madre tierra (Nana Kuerajperi) los favores recibidos durante el año, esta tradición da paso a la revitalización y dignificación de sus tradiciones. Durante la caminata de fuego se hacen visitas a 12 comunidades purépechas.

El Fuego Viejo debe llegar siempre el 31 por la tarde a la comunidad en donde se realizará la ceremonia de encendido del Fuego Nuevo, para ser apagado allí con tierra. Después sigue un día de oscuridad, que representa el final de un ciclo, y en la madrugada del 2 de febrero se enciende el Fuego Nuevo; símbolo de renovación y del inicio del nuevo ciclo; entre la noche del día 1 de febrero y la madrugada del 2, la constelación Orión se coloca en su punto más alto; para los purépechas esta es la señal que indica es momento de ofrendar al dios del Sol y el Fuego (Kurhíhuaeri).

Durante la ceremonia se pide a Kurhíhuaeri abundancia en los próximos cultivos; así como permiso para que el fuego pueda cocinar los alimentos que les darán energía y vida. Entre los asistentes se escucha la oración “Tierra mi cuerpo, agua mi sangre y fuego mi espíritu”. las llamadas copaleras alimentan el fuego con hierbas y cortezas de árboles recolectadas durante la caminata.

Las comunidades indígenas son la raíz y el alma de nuestro país. El conocimiento ancestral ha sido y seguirá siendo factor de resistencia y vida de las comunidades.

El martes pasado, en China, al otro lado del mundo. más de mil millones de personas celebraron también junto a sus familiares y amigos, la llegada del año del Tigre. Vieron desfiles y rezaron pidiendo buena fortuna para el año que inicia.

Este 2022, según el horóscopo chino, será el año del ‘Tigre de Agua’, un símbolo de fuerza, de fin de los males y de valentía. De hecho, es muy frecuente en la cultura china que la figura del tigre se utilice para espantar a la mala suerte.

Este signo tiene la responsabilidad de regir sobre el resto de los animales del zodiaco chino, es un año que anuncia prosperidad y abundancia para todo el mundo. Durante dos semanas, China lleva a cabo una serie de festejos: fuegos artificiales, petardos, decoraciones festivas y una variedad de espectáculos.

Cuenta la leyenda que Buda, en su lecho de muerte, mandó llamar a todos los animales de la tierra para dejar testimonio de su última voluntad, y fueron doce los animales que se presentaron, y lo hicieron en el siguiente orden: la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Como premio a su devoción, Buda asignó a cada uno un lugar en el zodiaco chino y así cada año lunar, en ciclos de doce, está representado por uno de estos animales, todos ellos cargados de fuerte simbología.

Aun tratándose de un animal salvaje y feroz, el pueblo chino considera al tigre como el animal más noble de la selva. son animales tan fieros como inteligentes. Cuando encuentran a su enemigo, lo primero que hacen es ocultarse para observar sus capacidades. Si el enemigo les resulta temible, es posible que traten de evitar el enfrentamiento, mientras que, si lo ven débil y/o un tanto timorato, caerán con fuerza y decisión sobre la sorprendida presa.

Es además considerado un tótem que posee el poder de alejar el mal y prevenir las calamidades.

Por éstas y otras razones, el tigre es un motivo que comúnmente aparece en los objetos chinos antiguos, como suceden las tallas en piedra y las vasijas de bronce de las dinastías Shang (1766-1122 a. de C.) y Chou (1122-221 a. de C.).

En Taiwán es muy frecuente ver diseños tanto de dragones como de tigres en las paredes de los templos. Bajo los altares, suele colocarse una estatua del Maestro Tigre, una deidad considerada encarnación del animal. El Maestro Tigre es uno de los espíritus subordinados del Dios de la Tierra,

De la observación surgieron miles de preguntas, a las cuales la grandeza de la mente humana ha encontrado respuestas, pero hay aún un universo de conocimientos que no conocemos, que ni siquiera imaginamos. Tantos como estrellas en el firmamento.

La humanidad entera desea que este año 2022, sea un año sin enfermedades, sin violencia, sin hambre, sin injusticias. Aquí y en China los anhelos son los mismos.

No obstante, apenas llevamos un mes de iniciado este año, y el Covid se recrudeció, la violencia en prácticamente todos los ámbitos pareciera inamovible, la pobreza, la ignorancia, el hambre y la desigualdad han cobrado miles de vidas.

La humanidad habrá de observar al maestro tigre; ser valiente, avanzar no obstante  las dificultades y/o  miedos.

Recordemos que la suerte, la forjamos nosotros, con nuestro esfuerzo, valentía, sabiduría y sobre todo, mirando al firmamento, recordando nuestra pequeñez pero sobre todo el que somos parte de esa inmensa belleza.

 Termino compartiéndoles una cita de Carl Sagan; “El nitrógeno presente en nuestro ADN, el calcio de nuestros dientes, el hierro de nuestra sangre, el carbono en las tartas de manzana… todos fueron creados en el interior de estrellas que chocaron entre sí. Estamos hechos del material de las estrellas”.

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