Trascender

Melchor Ocampo. (Foto: especial)

Si nos portamos bien, llevamos una vida saludable; no aparece en el camino otro desconocido virus, producto de nuestro irracional aprovechamiento de la naturaleza y corremos con la suerte de no encontrarnos con algún solitario delincuente, un enfurecido manifestante reclamando sus derechos laborales, el fin a la impunidad, a la corrupción y a la violencia o hasta un policía mal pagado que por ocurrencia nos propine un certero macanazo en la cabeza. Los mexicanos tenemos la posibilidad de vivir un promedio de vida de 75 años, según datos delInstituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Durante ese tiempo, tenemos la posibilidad de adquirir los conocimientos universales, desarrollar nuestras capacidades para convertirlas en habilidades, lo que nos permitirá darle un significado a la vida y poder decidir inteligentemente, que estudiar, con quien formar una familia y la actividad a desarrollar de por vida. No podemos distraernos en hacer cosas improductivas, porque estaríamos limitando nuestro crecimiento y nos situaríamos en desventaja con los demás, sobre todo con los de las nuevas generaciones, que adquieren con mayor rapidez nuevos y mejores conocimientos, Si además, somos responsables, consecuente con las ideas, honestos, disciplinados en las actividades desempeñadas, en las expresiones manifestadas y en las acciones emprendidas, tenemos la posibilidad de trascender más allá de la presencia material sobre la faz de la tierra.

Quienes han logrado trascender, han sido congruente con sus ideas, su espacio y su tiempo, pasaron del otro lado, como dijera Heidegger, configuraron un mundo en la esencia de su ser”; desde el punto de vista epistemológico sus ideas no se quedaron en su interior quedaron fuera del suyo” y desde el punto de vista teológico “lo propiamente inalcanzable: lo que nos excede”. Para ellos, fue más importante el ser que el tener, han resaltado atributos esenciales del ente como la verdad, el bien, la belleza, entre otros, aparte de que no se han dejado confundir ni contaminar por la envidia, avaricia, egoísmo, ira, rencor y otros sentimientos tóxicos del hombre. Han sido fieles a su proyecto de vida, logrando consolidarse como seres humanos, separándose lo más posible de su origen natural, pensando siempre en el bienestar de sus semejantes, es decir le dieron un sentido social a su existencia.

“Cualquier momento es adecuado para trascender, sin importar la edad, sin importar los años. Se puede dejar huella de diversa manera, a través del arte, la literatura, la expresión, la inspiración, pero sobre todo a través de la fuerza del amor”. Como dice el diccionario trascender es empezar a ser conocido algo que estaba oculto; traspasar los límites de la experiencia posible.

En este sentido muchas michoacanas y michoacanos han trascendido, con sus actos, sus obras y sus diversas manifestaciones, dejando, profunda huella en  la historia nacional, para ejemplo de cualquier ser humano comprometido con las necesidades de su tiempo, como Ana María Gallaga Mandarte y Villaseñor (1731 – 1762),nacida en Jururemba, del Municipio de Villa, Morelos, madre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor (1753-1811), quienencabezó el movimiento social en contra de la esclavitud de los españoles, reconocido como el padre de la patria.

José Mariano de Michelena (1772-1852, José María García Obeso (c.1770 -1813), Franciscano Vicente de Santa María Martínez (1755-1813), José Manuel de Villalongín y Navarro (1777-1814). José Nicolás de Michelena (1772-1852), José Ignacio Antonio de Soto Saldaña y Ruiz de Frutos(1774-1814) Manuel de la Torre Lloreda (1786-1836), entre otros, integrantes de la conspiración de Valladolid en septiembre de 1809, para establecer una Junta para gobernar el virreinato de la Nueva España a nombre de Fernando VII, la cual no llegó a realizarse por haber sido denunciada por uno de los mismos participantes, pero al final contribuyo al inicio del movimiento de independencia.

María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón (1768-1829), conocida como Josefa Ortiz de Domínguez o La Corregidora de Querétaro, su participación fue determinante para el inicio de la guerra de independencia, encabezada por Don Miguel Hidalgo. Estuvo privada de su libertad en el Convento de Santa Teresa y en el de Santa Catalina de Siena. Nunca acepto recompensa alguna por sus servicios a la causa y murió en extrema pobreza por no decir en la miseria.

Ignacio López Rayón (1773-1832), a la muerte de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez, asumió el mando militar y junto con José Sixto de la santísima Trinidad Berduzco Macías (1773-1832) y José María Liceaga (1780- 1818), formaron la junta de Zitácuaro para reorganizar el movimiento de independencia y evitar que se extinguiera, invitando a Morelos a formar parte de la misma.

José María Teclo Morelos y Pavón (1765-1815). mestizo a carta cabal, por sus venas corría sangre pirinda, educado con las enseñanzas de su abuelo materno, de sus maestros en el colegio de San Nicolás bajo la tutoría de Don Miguel Hidalgo, y del Seminario Tridentino. Con temple forjado bajo los cielos de la Hacienda el Tahuejo, del Municipio de Apatzingán, en la mera región de tierra caliente de Michoacán. Desde el curato de Carácuaro, se trasladó a Charo a reencontrarse con su mentor Miguel Hidalgo, recibiendo el nombramiento de “lugarteniente, para promover el movimiento en el sur. Encomendándole que fuera preparando el cause institucional del movimiento, para establecer las bases de un país independiente. Fiel a su pensamiento y compromiso revolucionario, no solo retomó el movimiento de independencia, sino que estableció dichas bases, con la promulgación de La Constitución de Apatzingán en 1814, así como la educación obligatoria y gratuita y el límite del latifundio.

María Gertrudis Teodora Bocanegra Lazo Mendoza​, mejor conocida como Gertrudis Bocanegra (1765-1817), apoyó decididamente el movimiento de independencia, hasta el grado de convencer a su esposo y a uno de sus hijo, de unirse a la causa, ambos murieron en batalla, ella fue aprendida, torturada y fusilada, pero en ningún momento renegó o se arrepintió de su participación en la lucha por la libertad, mucho menos proporcionó información al enemigo. Estaba consciente del sacrificio que estaba haciendo  en beneficio de su pueblo.

María Luisa Martínez de García Rojas (1780-1817), heroína de Erongarícuaro, a pesar de que la mayoría de sus paisanos eran simpatizante de los realistas, ella sirvió al movimiento insurgente, proporcionándoles víveres y proporcionándoles información oportuna de los acontecimientos diarios, fue detenida tres ocasiones en la última fue fusilada, pagando con su vida, la fidelidad a sus ideales y a su gente.

José Telésforo Juan Nepomuceno Melchor de la Santísima Trinidad Ocampo Tapia (1814- 1861), conocido como Melchor Ocampo, gobernador de Michoacán, se reveló contra santa Anna, cuando éste cedió parte del territorio nacional a los Estados Unidos, por lo que fue expulsado, estableciéndose en Nueva Orleáns, donde conoció a Benito Juárez, llegando a formar parte del equipo de intelectuales que lo asesoraban. Sus ideas liberales quedaron plasmadas en  la Constitución de 1857 y  en las  Leyes de Reforma de 1859. Fue hecho prisionero por los conservadores y fusilado en Tepeji del Rio, por órdenes del conservador Leonardo Márquez.

Lázaro Cárdenas del Rio (1891-1970), tres veces gobernador de Michoacán, presidentes de la Republica en el periodo 1934-1940, ha sido uno de los mejores presidentes de la historia independiente de México. Institucionalizó las diferentes corrientes políticas surgidas al calor del movimiento social de 1910. Nacionalizó los ferrocarriles y con la expropiación petrolera, materializó la defensa de los recursos naturales e hizo realidad el anhelo de los hombres del campo a dotarlos de tierras ejidales. En su mandato hubo estabilidad política, económica y social y sobre todo ha sido el mejor periodo que ha vivido el Sistema Educativo Nacional, la educación gratuita era una realidad con verdaderas escuelas de tiempo completo y pago puntual a todos los trabajadores de la educación.

Carlos Gálvez Betancourt y Eduardo Villaseñor Peña, pudieron haber trascendido por su trabajo como gobernadores, pero desgraciadamente no tuvieron el tiempo suficiente para hacerlo. El primero se retiró a los dos años de su mandato, para hacerse cargo de la Dirección General del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde hizo una eficiente administración con sentido social. Al segundo, intereses de grupos políticos estatales y nacionales, ni siquiera le permitieron que expusiera su proyecto de gobierno, mucho menos que empezara a trabajar, fue perseguido con tal voracidad que prefirió regresar a casa, para el bien de todos; más sin embargo, a partir de entonces, se agudizó el rezago del desarrollo estatal, que hasta la fecha no se ha podido mejorar, siendo uno de los estado que más mano de obra exporta al país vecino.

No solo los mencionados anteriormente, han trascendido en la vida nacional, también existen michoacanos y michoacanas que han llegado a la excelencia en sus actividades, como compositores, músicos, pintores, escultores, deportistas, artesanos, poetas, escritores entre otros, que no sería posible mencionar por sus nombres a cada uno de ellos, en este espacio, pero que merecen toda mi admiración y respeto por su trabajo, dedicación y disciplina. En especial los verdaderos maestros que han dejado en la mente de sus alumnos la huella permanente de sus enseñanzas.

Todos podemos trascender, muchos han tenido la oportunidad de hacerlo y no lo hicieron, ya que nunca tuvieron ese objetivo en su vida, su preocupación fue de otra naturaleza, que en nada beneficia a nuestros semejantes. A veces el alma llega a ser invadida por sentimientos tóxicos que nos quitan alguna capa de humanidad, haciendo que seamos indiferentes a la realidad que vivimos. Si queremos trascender necesitamos empezar por cambiar de mentalidad, pues como dicen los expertos no existe límite de tiempo y edad para hacerlo, sólo hay que evitar que la envidia, el egoísmo y la avaricia invadan nuestras almas y enfermen nuestros corazones.

Carlomagno y Napoleón, no poseían todos los conocimientos universales, sus triunfos, obedecían a que contaban con un Staff de asesores, que les hablaban con la verdad y escuchaban con atención. Sin traiciones ni corrupciones.