SINDICALISMO CRÍTICO NICOLAITA: A propósito del Día Internacional de la Mujer en el ámbito académico y sindical universitario

El próximo 8 de marzo se conmemorará el Día Internacional de la Mujer y en las instituciones gubernamentales y educativas se realizarán distintos, foros, charlas y eventos. (Foto: especial)

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), esta conmemoración tuvo su origen en el movimiento sindical de principios del siglo XX en América del Norte y Europa. El primer Día de la Mujer, pero a nivel nacional, se celebró en Estados Unidos un 28 de febrero de 1909, cuando se convocó a huelga a los trabajadores textiles y mujeres del Partido Socialista quienes protestaban en Nueva York en contra de las condiciones laborales. Posteriormente, en 1917 mujeres de Rusia protestaron en respuesta a la cantidad de soldados rusos muertos en la guerra y se declararon en huelga en demanda de “pan y paz” el último domingo de febrero (23, según el calendario introducido por Julio César en el año 46 a. C. y usando en ese entonces en Rusia y un 8 de marzo según el calendario gregoriano), logrando posteriormente el derecho al voto.

Un hecho importante y lamentable de la lucha de las mujeres por alcanzar mejores condiciones laborales fue la inmolación del grupo de mujeres que trabajaban en la industria textil el 25 de marzo de 1911, más de 100 trabajadoras inmigrantes de Europa del Este e Italia perdieron la vida en un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York. Como antecedentes a este hecho, en Nueva York en 1957 y el 8 de marzo de 1908 las mujeres tomaron las calles de Nueva York para exigir el incremento del salario, menos horas de trabajo, derecho al voto y prohibir el trabajo infantil, durante estos movimientos varias mujeres fueron detenidas por agentes de la policía y dos años más tardes conformaron su sindicato. Desde 1975, las Naciones Unidas conmemoran el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, como un recordatorio de la lucha de las mujeres por erradicar la violencia de género y lograr la igualdad.

El próximo 8 de marzo se conmemorará el Día Internacional de la Mujer y en las instituciones gubernamentales y educativas se realizarán distintos, foros, charlas y eventos de otro tipo con la intención de reconocer, al menos de la manera en que los dirigentes y funcionarios de cada institución lo conciben y consideran, a las mujeres y es que aún se realizan prácticas que resaltan el rol de la mujer como reina del hogar, responsable del cuidado y desarrollo de los hijos o se ve con indulgencia su fragilidad y se admira su feminidad, por lo que no necesariamente se hace de este importante recordatorio un instrumento unificador y fortalecedor efectivo de la lucha de las mujeres por sus derechos y su participación en los ámbitos político, social, cultural y económico.

En el ámbito universitario, como se había mencionado en una contribución anterior, de acuerdo con el trabajo denominado “Las formas de elección de los rectores. Otro camino para acercarse al conocimiento de las universidades públicas autónomas” (González, M. et. al., 2011), aunque legalmente no hay impedimento para que las mujeres ocupen el espacio en la rectoría de las Universidades Públicas Estatales, estas instituciones son espacios donde las mujeres representan casi la mitad de la población académica y tienen una alta participación, se presenta el fenómeno denominado techo de cristal, en donde un conjunto de normas no escritas limitan veladamente el ascenso de las mujeres en la organización, por tradiciones y costumbres de quienes designan al rector y son reacios a incorporar a una mujer en esta función de alta responsabilidad, es decir, las universidades representan, de acuerdo con González, M. et. al., “uno de los mejores ejemplos de la situación de género relacionadas con posiciones de poderse en donde se elige a los hombres”. De 1917 a la fecha, en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) sólo ha habido una mujer rectora.

Por el lado de la carrera académica de las profesoras universitarias, estas siempre encuentran obstáculos, pues si deciden priorizar su vida familiar no tendrán los mismos niveles de productividad que los hombres. Durante la pandemia esto se hizo más evidente, pues mientras que muchos compañeros siguieron de cierto modo con la misma libertad para dedicarse a las actividades de investigación, las profesoras tuvieron que incrementar su carga con la escuela en casa, así como de las labores domésticas, por lo que un grupo de académicas de la UMSNH, el 28 de octubre de 2020 envió una misiva al Coordinador de la Investigación Científica, Dr. Marco Antonio Landavazo y al Secretario General de la UMSNH, maestro Pedro Mata (quien por cierto coordina los esfuerzos de igualdad de género en la Casa de Hidalgo), con la finalidad de solicitar que se considerara una política de investigación con perspectiva de género, un fondo específico para las investigadoras con el fin de cerrar brechas entre hombres y mujeres, reconsiderar los criterios de selección de convocatoria 2020-2021, así como el tiempo que se consideraba para la evaluación, que se revisaran los criterios con perspectiva de género para convocatorias subsecuentes y ampliar mediante prórroga la convocatoria.  Solicitud que fue desestimada y desoída.

Por otra parte, de acuerdo con Lourdes Valdés Galán, secretaria general de la Confederación de Equidad e Integración Nacional (CONAFEDIN), central que agrupa a mujeres de organizaciones sindicales, en septiembre de 2021 el porcentaje de mujeres que lideraban una organización laboral era de sólo el 8. 67% y aunque la participación de la mujer en la vida laboral es del 65%, produciendo el 52% del Producto Interno Bruto, no se encuentra proporcionalmente representada en las organizaciones gremiales, situación que, con la reforma laboral de 2019, debería ser contrarrestada, asimismo reconoce que el tema sindical ha sido “un tema de hombres machistas”.

Ello puede confirmarse en el hecho de que a sus 45 años de creación en el Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) sólo ha sido nombrada una mujer para estar al frente del sindicato, a pesar de que la participación de las féminas en ese ámbito ha sido muy importante y en el contexto de una crisis creada por un sindicalismo que se rige por ideas de competencia machista, relaciones de poder jerárquicas y autoritarismo.

En estas dinámicas sindicales patriarcales, de luchas del poder por el poder, de convenencieras alianzas, las líneas de acción y los acuerdos se fraguan en reuniones impregnadas de una esencia etílica, motivo por el cual, en el marco del sistema patriarcal y una cultura machista, se nombra legítimamente a una mujer como líder sindical que llega con una perspectiva de hacer un sindicalismo distinto, diferente a estas prácticas patriarcales y a favor de todas y todos los oprimidos y se le niega violentamente el derecho a ejercer su encargo, llegando al grado de enviarle cobardemente, pues ni siquiera tienen el valor para decirlo a la cara, amenazas con terceros, como sucedió esta semana que terminó, ejerciendo no sólo hostigamiento laboral sino violencia de género por razones políticas, simplemente por no seguir las formas tradicionales (machistas) de hacer sindicalismo.

No obstante lo anterior, también ha de decirse que no basta ser mujer para garantizar una mirada a favor de la lucha de las mujeres y considerar en el plano académicos las necesidades derivadas de la condición de género para las mujeres en una sociedad patriarcal y machista, se debe tener conciencia de las prácticas machistas que se abrazan a partir de la educación, pues lamentablemente está bien documentado que entre las prácticas que las mujeres que logran romper el techo de cristal está la mimesis de la violencia ejercida hacia los compañeros, comportamientos machistas, altamente autoritarios, o simplemente se deja que otros decidan por ellas mientras se presentan como las que dirigen los proyectos, asimismo, está quienes para acceder a puestos de poder tienen que complacer, sin cuestionar, cualquier cosa que el grupo de machos en el poder les solicite y finalmente hacerse iguales a estos.

Se debe tener conciencia que durante la pandemia se ha ensanchado la brecha de género, de tal manera que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL reconoció que se generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región y recalca que es imprescindible avanzar en la implementación de políticas que contribuyan a una recuperación sostenible con igualdad de género en la región. Ya que la pandemia de COVID-19 ensanchó las brechas en la desigualdad para la mujer, este próximo 8 de marzo es imperante que se conmemore como un día de unidad, concientización y movilización.