DEBATAMOS MICHOACÁN: Educación para la vida

Los contenidos de la educación básica requieren de una simbiosofía, de una ética del cuidado, de un ser humano, o bien una persona, que sea ecocéntrico. (Foto: especial)

Los contenidos de la educación básica  requieren  de una  simbiosofía, de una ética del cuidado, de un ser humano, o bien una persona, que  sea ecocéntrico; un ser humano que ponga la vida al centro y desde ahí construya sus posiciones, porque al hablar de la vida al centro es referirnos a los seres vivos: plantas, animales, humanos, que en unicidad con el agua, la tierra, el aire y la luz, son uno, esta es parte de la reflexión que realizamos con la doctorante Rosalinda Herrera sobre la importancia de trabajar en los planes de estudio y las mallas curriculares de la educación, entre  otras muchos pronunciamientos.

Para que todos contribuyamos colaborativamente con la educación, se requiere que se genere un código de ética con los gobiernos, que estén comprometidos y sean corresponsables de la acción educativa, que conozcan el modelo educativo destinado a la construcción de una ciudadanía plena con sentido de pertenencia. Con una escuela abierta a la sociedad que sea el centro de aprendizaje comunitario.

Comprendemos que la escuela propuesta por la normativa deberá ser una escuela, con una pedagogía para la vida, donde se conviva y que de la convivencia transite a la fraternidad y de ahí a la participación social.  En esta relación, ver al otro, donde el otro tiene una existencia legítima, donde no se le niega, sino que se le acepta como otro válido, es decir el otro existe y se le reconoce. Los involucrados deberán trabajar en comunión y es desde ahí desde donde podrá construir una vida en sociedad; hacerlo en comunidad de aprendizaje desarrollarlo en un aprendizaje dialógico que tenga conciencia de unidad, con una pedagogía de amor planetario, experiencia de espiritualidad, en horizontalidad   maestro y alumno. Con una filosofía no dividida ni fragmentada, en suma, con una justicia epistémica

Las estructuras sociales; autoridades, servidor público, sociedad, deberán trabajar unidas en otredad desde la acción, donde el poder también obedezca.   Mandar obedeciendo, en cada espacio, en el salón de clase, en la escuela, en las zonas públicas y así poder evitar la corrupción, la simulación, la división, la manipulación y la invasión cultural

El trabajo colaborativo deberá ejecutarse bajo una   ética política que incluya a todos, porque urge valorar la vida y colocarla al centro, para desplazar al antropocentrismo.

La importancia de que se construyan juntos donde sus planes, proyectos y acciones los lleven a trabajar con la comunidad para alcanzar nuevas prácticas de consumo alejándose del hedonismo; será un gran reto lograr nuevas intersubjetivaciones, conversando con los otros,  que les  permita ir descolonizando el poder, el saber, el ser y las acciones de continuar devastando a la naturaleza, para ello, se requiere que el ser humano,   se piense, se despiense y se repiense, como dice Boaventura de Sousa Santos. Se requiere de una transmodernidad (Enrique Dussel) que permita cambiar prácticas de consumo y seguir construyendo comunicación.

Por ello, la importancia y la urgencia de desarrollar el pensamiento crítico, porque de no hacerlo continuaríamos con vacíos en la mente de quienes estudian en la educación básica; hoy lo que necesitamos son mentes abiertas, mentes con pensamiento crítico porque nuestros alumnos serán los elementos a formar para atender el futuro. El pensamiento crítico permitirá cuestionar la realidad en que vivimos que nos oprime, pero también que nos estigmatiza, prejuicia, violenta, discrimina, excluye y mata.  el pensamiento crítico ayuda a argumentar, a criticar, y a fortalecer nuestras narrativas de procesos de desigualdad y exclusión.

Será un gran reto para la educación básica, que el docente en su hacer considere un método dialógico (Freire) hablar y escuchar, hablar con el educando, ser oído por el educando, escuchar al educando; en una experiencia equilibrada y armónica.

El pensamiento crítico es una condición que se espera tenga todo maestro progresista crítico, alguien con un discurso y una práctica coherente, comprometido políticamente con la formación de otros

Será un desafío que la escuela sea generadora de un espacio democrático, abierto, acogedor, multiplicador de prácticas democráticas como; escuchar al educando por el deber de respetarlo; que se maneje la tolerancia; el respeto por las decisiones tomadas por la mayoría; el derecho de los estudiantes a expresar su desacuerdo.  Sólo en este diálogo, cabrán los contenidos curriculares y la vida misma y se podrá contribuir a la formación de ciudadanos responsables, críticos y capaces, pero también se les formará para la creación y desarrollo de la conciencia.

Los maestros necesitan reconocerse a sí mismos en sus actitudes, sus sentimientos y en sus capacidades de relacionamiento con los demás. El conocimiento disciplinar o que le compete académicamente al docente cobra sentido por unas actitudes y habilidades que han de advertirse y reconocerse.

El pensamiento crítico suma saberes de la población, de la comunidad, en un ejercicio de diálogo horizontal sin colonizar, de ecologías de saberes (Boaventura de Sousa Santos).

Descolonizar ese pensamiento erróneo que tienen,  para trabajar  uno que contenga  diversos elementos amalgamados que permitan transitar a nuevas formas de comunicación y subjetivación, abandonando prácticas de consumo tóxicas que dañan a la sociedad y a la naturaleza, por ello, la primera revisión para la preparación de dicha pedagogía debe ser histórica porque ahí se  encontrará a la génesis de los problemas que tenemos (Rita Segato).

Necesitamos leer, y comprender que se vive en una diversidad social, cultural y sexual, en el caso de la diversidad lingüística, existen 68 agrupaciones lingüísticas y más de 364 variantes etnolingüísticas, trabajar con las lenguas nacionales, las lenguas originarias, el español como lengua nacional, pero también con la lengua de señas mexicana, nos permite reconocer que somos un país plurilingüe y pluricultural. Es decir, tenemos que seguir insistiendo en la lectura, escritura y también en la oralidad, en los grandes narradores y narradoras que expresan saberes de los pueblos originarios

Considerar el ejercicio estético para valorar nuestros usos y costumbres, a comprender de la belleza cultural de la música local, la danza, el juego, la pintura, la belleza natural que genera emociones y reflexiones del cuidado del medio ambiente y de la naturaleza, y con ello, impulsamos la creatividad, que incide en toda la malla curricular de un modelo educativo.

Por último se considera pertinente formar grupos de reflexión destinados a instalar espacios de discusión y de construcción, a partir de situaciones problemáticas y/o análisis de  casos, para abordar la complejidad de la enseñanza, analizar distintas alternativas de intervención didáctica, y la justificación basada en los soportes teóricos desarrollados, que generen el retorno sobre la planificación e intervención docente, que lleve  a   reconocer  la vida humana en la que constantemente se aprende, porque se interactúa social y  afectivamente  con la comunidad, conociéndola y resolviendo sus problemas.