Michoacán, en el lugar 29 en desempeño productivo a nivel nacional

Influyó el nulo crecimiento de la entidad durante el sexenio anterior, donde la actividad económica “registra un desempeño mediocre"

La estabilidad financiera del gobierno estatal, dependiente de la federación. | Ilustración: Pixabay

Morelia, Mich.- El estado se ubica en el lugar 29 en desempeño productivo entre las entidades del país, al mantener un crecimiento en el 2021 menor al 3 por ciento.

Según el analista Heliodoro Gil Corona, “el incremento de las actividades económicas de 2021 estuvo apoyado con un repunte de las actividades del campo de 6.0% (lugar 6 nacional), una caída del sector industrial de (-) 1.4% (lugar 30 en el país) y un aumento de las actividades de los servicios de 3.8% (lugar 25 entre los desempeños estatales)”.

En base a estos indicadores, indica el catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, “la economía estatal crece de manera escasa. El recuento de poco más de dos décadas pone al descubierto el frágil crecimiento y los daños ocasionados en sectores económicos clave. La economía de la entidad de 2000 a 2021 reportó un aumento del PIBE a tasa media anual de 1.7 por ciento, vislumbrando trayectorias muy irregulares y una tendencia reciente de menguado comportamiento del PIBE”.

Gil Corona agrega que en este escenario influyó el nulo crecimiento de la entidad durante el sexenio anterior, encabezado por el perredista Silvano Aureoles Conejo, donde la actividad económica de Michoacán “registra un desempeño mediocre, con apenas una tasa media anual en seis años de 0.9 por ciento, convirtiéndose en el peor periodo desde 1980”.

El investigador destaca que “aunque las causas de este mediocre crecimiento son diversas, se pueden destacar factores que explican el estancamiento de Michoacán, como el debilitamiento de los sectores de mayor participación al PIBE como las actividades de comercio y la industria, el rezago de las actividades secundarias, la escasa vinculación a la economía mundial, el funcionamiento empresarial bajo las canonjías del gobierno estatal, la polarización económica de sus regiones y, más recientemente, la crisis de las finanzas públicas, con elevados costos para la operatividad gubernamental y la disponibilidad de recursos para llevar a cabo inversión productiva”.

Entre otros elementos, Gil Corona destaca que el escenario de contracción económica estuvo influido en particular porque la carencia de inversión imposibilitó “inculcar confianza en las empresas instaladas en la entidad”, además de que no incidió en el “efecto arrastre” para atraer inversión extranjera directa de las actuales y nuevas empresas con intereses de negocios en los mercados nacional y extranjero.

Otro elemento fue el que “en 2021, la inversión pública ejercida ascendió a 3 mil 829 millones de pesos, gracias a la deuda autorizada al ejecutivo estatal por 4 mil 090 millones de pesos en 2020, que por cierto no se vio reflejada en mayor crecimiento económico en ese año.

“En lo que corresponde a la fortaleza y la incidencia económica del gasto de gobierno, se puede afirmar que perdió efectividad y su inercia en muy poco ha favorecido a la expansión de las actividades económicas locales.

En cuanto a las remesas y exportaciones, con su posible impacto en el desarrollo económico, el analista refiere que “en lo que toca a la capacidad demostrada para generar ahorro externo mediante la exportación de mercancías, la atracción de inversión extranjera directa (IED) y remesas familiares, pone de manifiesto la modesta vinculación y participación de las actividades económicas locales a los mercados internacionales. Sin soslayar que las remesas familiares son tema aparte para explicar sus bondades en el tejido social y económico de las regiones de la entidad”.