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Poco que festejar

Niños en abandono, en la marginación y la precariedad.

El 30 de abril se festeja el día del niño, pero no en todos los países se celebra en la misma fecha, por ejemplo, en Estados Unidos de Norteamérica, se acostumbra a hacerlo en el mes de junio, La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció como el Día Mundial del Niño cada 20 de noviembre. En México, siendo Presidente de México, el General Álvaro Obregón Salcido (1880-1928) y Ministro de Educación Pública, el Licenciado José María Albino Vasconcelos Calderón (1882-1959), se  determinó que el 30 de abril, se festejaría  a las niñas y niños, para reafirmar sus derechos fundamentales: a la vida; a la identidad; a la educación; a la alimentación; a la salud; a la libertad y a la protección y como una forma de promover su bienestar y contribuir a que sean felices en esas etapas de la vida.

Fecha que sirve para recordar a los gobiernos, las familias y las comunidades, las obligaciones que tienen para protegerlos y hacer que vivan en las mejores condiciones posibles”. Cumpliendo cabalmente con lo plasmado en los artículos, 1 y 4, constitucionales, así como en los tratados internacionales en los que México forma parte y en las demás leyes aplicables, esencialmente en La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de la ONU, en su resolución 44/25, el 20 de noviembre de 1989. Donde establece un marco jurídico a favor de las personas menores de 18 años, “que obliga a los Estados que la han ratificado a respetar, proteger y garantizar el ejercicio de los derechos civiles y políticos, económicos, sociales y culturales de todas las personas menores de 18 años. México ratifico dicha convención el 21 de septiembre de 1990. En este sentido, el 4 de diciembre de 2014, se promulgó Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de donde se derivan los derechos que a continuación se describen. 

Todas las niñas, niños y adolescentes, tienen el derecho a la vida, que es inherente a los humanos, el cual estaba protegido por la ley desde el momento mismo de la concepción; pero con el desarrollo social, este precepto fue modificado en la Ciudad de México y en algunas entidades federativas donde el aborto está autorizado, hasta las 12 semanas de avanzado el embarazo, ya sea por voluntad propia o por otros motivos, como pudiera ser violación, poner en riesgo la vida de madre, malformaciones y alguna otra causa especial,  por lo que prácticamente en esos lugares se empieza a proteger la vida, a la semana 13 de su gestación. Todos los infantes tienen derecho a vivir. Esto significa que tienen derecho a no ser asesinados, a sobrevivir y a crecer en mejores condiciones de bienestar.

Derecho a la identidad. Todas las niñas, niños y adolescentes, tienen derecho a ser registrados gratuitamente en el registro civil, al momento de su nacimiento, a fin de contar con un nombre, apellidos y nacionalidad,  que los acrediten jurídica y biométricamente y sean reconocidos oficialmente como miembros de la sociedad local, municipal, estatal y nacional a la que pertenecen, lo que será prácticamente la llave de acceso a otros derechos esenciales; también tienen derecho a conocer a sus padres, ser protegidos, queridos y aceptados por ellos.

Derecho a la educación. Las niñas, niños y adolescentes, tienen derecho a una educación gratuita y de calidad en igualdad de oportunidades en el acceso y permanencia en la misma, que garantice la adquisición diaria de nuevos y mejores conocimientos, el desarrollo de sus aptitudes, fortalecimiento de sus valores y crecer como seres humanos, para alcanzar mejores niveles de bienestar, material, físico, mental y social. Sean capaces de resolver sus propios problemas y contribuyan al desarrollo de sus comunidades. Para lo cual, El Estado Mexicano, deberá  vincular los planes y programas de estudio con las actividades económicas del contexto nacional y mundial; proporcionar  los espacios educativos adecuados, para realizar sin limitación alguna el proceso de enseñanza aprendizaje, la formación humana de los alumnos; además de garantizar su propia seguridad, la de los docentes y demás trabajadores de la educación; contratar docentes con conocimientos académicos acreditados y habilidad verbal, para que puedan transmitirlos sin dificultada alguna; designar  autoridades educativas, con reconocida solvencia académica y moral, así como con capacidad de liderazgo; para que administren el servicio educativo en armonía con alumnos, trabajadores y padres de familia y no se confronten con el personal, como ha sucedido y sucede en algunos subsistemas educativos, pero, sobre todo, para que sean capaces de implementar acciones que ayuden  a disminuir la deserción escolar y el rezago educativo, acumulados por décadas por el desorden que ha privado y priva en el Sistema Educativo Nacional, agravado durante los dos años de confinamiento por la presencia del virus  SRAS-CoV-2, que provocó la enfermedad llamada COVID-19. También, mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de la educación, que los estimule y se convenzan de que vale la pena a hacer del trabajo educativo una forma de vida. Las niñas y los niños, tiene derecho a recibir una educación a disfrutar de una vida social y a construir su propio futuro. “Vasconcelos decía que había que hacer de cada escuela un palacio con alma, para que los niños pobres, descalzos y hambrientos vivieran en palacios las mejores horas de su vida y guardaran recuerdos luminosos”.

Derecho a la alimentación. Las niñas, niños y adolescentes, tienen derecho a comer tres veces al día,  alimentos nutritivos y suficientes, para lograr un desarrollo físico y mental sano en cada una de las etapas de su vida. Desgraciadamente, las desigualdades sociales amplia los extremos, por una parte, hay niños que comen en abundancia y están sobrealimentados con problemas de sobrepeso, mientras que a otros les falta alimento y sufren de desnutrición, en ambos casos existe un problema de malnutrición, tan grave uno como otro, para el desarrollo de los infantes. Por otro lado, la teoría insiste en que los niños “deben tener garantizada una alimentación suficiente, accesible, duradera, y en condiciones saludables y que no vivan con hambre.

Derecho a la salud. Las niñas, niños y adolescentes, tienen derecho a recibir el servicio de atención médica gratuito y de calidad. Al disfrute del mejor estado de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud con el fin de prevenir proteger y restaurar su salud. Además, se debe garantizar su acceso en igualdad de oportunidades y trato a todos los habitantes, especialmente a los marginados. A fin de garantizar este derecho, se deberá comenzar por reducir la mortalidad infantil, lograr el sano desarrollo de los infantes, la prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, pero, a la par, ir construyendo la infraestructura física, técnica y administrativa que asegure la prestación del servicio médico en situaciones extraordinarias, como sucedió con el caso del COVID-19, que mostró las limitaciones del Sistema Nacional de Salud.

Las niñas, niños y adolescentes, tendrán derecho a la libertada de expresión, ya sea oral, escrita, impresa, en forma artística o por cualquier otro medio que se utilice para su manifestación. Tienen derecho a expresar libremente sus ideas, sus pensamientos, sus inquietudes y a tener acceso a todo tipo de información que les ayude a su bienestar, físico, mental, social, espiritual y moral.

El Estado deberá asegurar a niñas, niños y adolescentes,” la protección y el cuidado que sean necesario para el bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables ante la ley de ellos y, con ese fin, tomar todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas”. Debido a que están en pleno proceso de desarrollo físico y mental, por lo que resultan fácilmente vulnerables a cualquier tipo de agresión. El Estado deberá estar pendiente de que las instituciones sociales, encargadas del cuidado o protección de los infantes, cumplan cabalmente su responsabilidad social, de acuerdo con las normas establecidas, especialmente en materia de sanidad y seguridad.

Si los grupos políticos multicolores: tricolores, azules, guindas, rojos, amarillos, verdes, naranjas, que se han adueñado de los partidos políticos, que han gobernado el país, durante década y provocando que más de 60 millones de mexicanos vivan en la pobreza y/o en la miseria, que tienen al país sumido en la impunidad, la corrupción y la delincuencia. A estas alturas, han establecido políticas públicas y emprendido acciones  para proteger la vida de las niñas, niños y adolescentes, darles identidad, patria y familia, para proporcionarles una educación gratuita y de calidad en espacios dignos, sin deserción escolar ni rezagos educativos, con autoridad educativas preparadas y con capacidad de liderazgo; para asegurarles el consumo de tres alimentos nutritivos diarios; un servicio médico de calidad y con suficientes medicamentos; para proteger su integridad física y la de sus familias y acabado con violaciones y feminicidios. Con toda dignidad, este 30 de abril, podrán organizar, homenajes y festivales a lo largo y ancho del país, en honor a las niñas, niños y adolescentes; pero, si no han cumplido con esa responsabilidad social, de hacer efectivos los derechos de niñas, niños y adolescentes, entonces, lo recomendables es, que públicamente les pidan perdón por no haberlos logrado sacar de su postración y seguir postergando su desarrollo al que como seres humanos tienen derecho. 

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