Depresión, una enfermedad que mata

La depresión es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo. (Imagen: especial)

Primero ubiquemos la importancia del problema. La depresión es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 300 millones de personas viven con depresión y año con año la cifra se incrementa. El asunto es aún más grave si consideramos la falta de apoyo a las personas con trastornos mentales y la negativa a aceptar que se padece esta enfermedad por temor al estigma que conlleva. Para mejor entender la gravedad del problema, a nivel mundial la depresión ocupa el segundo lugar de muerte entre los jóvenes.

En México el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informa que entre 2020 y 2021 se reportaron 500 mil suicidios. Fueron principalmente de jóvenes de 25 a 34 años y las razones fueron depresión, alcohol y drogas.

La depresión es más frecuente de lo que muchos consideran, aquí incluyo a un buen número de médicos generales sin el entrenamiento adecuado para reconocer esta patología. Para darnos una idea se estima que en 2022 será la segunda causa de años de vida saludable perdidos a escala mundial y la primera en países desarrollados.

En un estudio reciente se reportó una prevalencia de depresión de alrededor del 5% de los adultos en México, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. Además es más frecuente conforme avanza la edad, alcanzando casi el 10% en las mujeres mayores de 60 años. Por otro lado, al aumentar el grado de escolaridad la frecuencia disminuye. Contrario a lo que con frecuencia se piensa, no existen diferencias entre la frecuencia de depresión en zonas rurales y urbanas.

Desde el punto de vista médico y en lenguaje sencillo la depresión se define como un estado de tristeza profunda y una pérdida de interés o placer que perduran durante al menos dos semanas y que están presentes la mayor parte del día.

¿Y cuáles son los síntomas de una depresión? En realidad no es tan difícil identificarlos, incluso para una persona con poco entrenamiento en medicina. Básicamente son

-Sentirse triste o vacío la mayor parte del día

-Haber perdido interés por casi todas las cosas, incluyendo las que normalmente se solían disfrutar

-Sentirse con falta de energía o cansado constantemente

-Alteraciones del apetito

-Dificultad cognitiva

-Alteraciones del sueño.

Para establecer el diagnóstico es necesario que estos síntomas se presenten durante la mayor parte del día, casi todos los días y que persistan por un periodo mínimo de dos semanas

En el estudio arriba mencionado, se encontró también que de las personas con síntomas de depresión, menos del 50% habían sido diagnosticadas y mucho menos aún habían recibido tratamiento.

Algo de extrema importancia; la depresión no se controla ni se cura con buenas intenciones, ni con regaños, ni con “mandas” ni mucho menos con recomendaciones bienintencionadas tales como “Échale ganas”, “No te dejes vencer” , ni con automedicación con tranquilizantes sean estos de herbolaria o los muy populares derivados del diazepan. La depresión obedece a un trastorno de la bioquímica cerebral y pretender curarla con consejos equivale algo así como querer que un diabético controle sus cifras de glucosa no con insulina o hipoglucemiantes orales sino con un catálogo de consejos tipo “Échale ganas al asunto” o encomiendate a la virgen fulana.

¿Y cuál es el tratamiento de la depresión?

Es indispensable que antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento se haga un diagnóstico preciso para descartar otros trastornos diferentes a la depresión. Las situaciones de duelo o pérdida podrían ocasionar también tristeza, cansancio, ganas de llorar, irritabilidad y dificultad para dormir pudiendo confundirse con depresión; sin embargo, en la mayoría de los casos estos síntomas se resolverán por sí solos.

No olvidar que en ocasiones los síntomas de depresión son secundarios a una alteración orgánica o al uso de algún medicamento que pueda producirlos (antihipertensivos, antiparkinsonianos, hormonas, antineoplásicos) en cuyo caso el control o la corrección de la causa podría ser suficiente para eliminar los síntomas depresivos.

El tratamiento con medicamentos antidepresivos es efectivo en un 60 a 80% de pacientes. Aquí es importante señalar que este debe ser llevado por un médico con entrenamiento en Psiquiatría para seleccionar cual es el medicamento más adecuado, a que dosis y por cuanto tiempo.

Puede llevarse conjuntamente un tratamiento psicoterapéutico dependiendo del entrenamiento de cada psiquiatra. Algunas de las psicoterapias empleadas son: Psicoterapia de apoyo, que intenta ayudar al paciente al lograr el mejor nivel de funcionamiento teniendo en cuenta los problemas concretos que le genera la enfermedad y la Psicoterapia cognitiva, que busca corregir los pensamientos negativos o pesimista que se cree están en el origen de la depresión.

La depresión puede matar, y en el menos grave de los casos arruina la vida de la persona. Es importante buscar atención profesional ante la sospecha de este padecimiento, para que se haga un diagnóstico oportuno y se reciba el tratamiento adecuado.

Por el bien del paciente y su familia.