Pilotos y controladores lanzan SOS al gobierno de la 4T

“Lo volvieron más complicado, lejos de facilitarlo. Algo que no tenía por qué complicarse”, advierte el capitán. (Foto: especial)

Ciudad de México.- El rediseño del espacio aéreo del Valle de México, para incluir a la base aérea de Santa Lucía como aeropuerto civil e integrarlo al Sistema Aeroportuario Metropolitano, se percibía bien sobre el papel, pero una vez que comenzaron a operarlo, los pilotos y controladores aéreos se dieron cuenta de que es tan caótico y desordenado que resulta inseguro, por lo que urgen a su reconfiguración.

En entrevista, especialistas en aviación consideran que el aumento de los incidentes en el espacio aéreo del Valle de México se debe, en primer lugar, a un rediseño que tiene varias deficiencias, sumado a una falta de capacitación de los controladores aéreos.

Según proceso.com.mx, sobre los incidentes en tierra, como el que involucró a dos aeronaves de Volaris, una que iba a despegar con destino a Guatemala y otra que iba a aterrizar procedente de Mazatlán, se deben a la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

El capitán José de Jesús Suárez Valdez, vocero de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), explica que el espacio aéreo se llenó de aerovías, es decir, rutas de llegada y salida que funcionan bien en condiciones climáticas idóneas, pero una vez que el rediseño se puso en marcha, con el aumento del tráfico aéreo después de la pandemia, resultó que hace falta revisarlo, tomando en consideración todos los factores del Valle de México, como la meteorología y orografía. Una solución, dice, sería poner rutas de escape, que los pilotos tengan un plan B.

“Cuando sale en marzo de 2021 nosotros dijimos en ASPA que esto funciona bien. Dijimos, el reto de este diseño va a ser cuando aumente el tráfico, porque el rediseño se hizo cuando estaba la pandemia, el tráfico estaba disminuido. Consideramos que este rediseño funciona bien si la hoja estuviera en blanco, si los caminos fueran perfectos, pero ¿qué va a pasar cuando haya condiciones meteorológicas adversas o cuando cambian los vientos, cuando todo en la ecuación cambie de lo ideal?, que es como está planteado, y es justamente lo que está pasando”, explica Suárez.

Todo esto pese a que desde 2018 MITRE, un centro de investigación y desarrollo con orígenes en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, había manifestado su preocupación de que la alternativa a la saturación del AICM con la nueva terminal aérea de Santa Lucía requeriría la creación de un espacio aéreo sumamente complejo ante la abrupta orografía de la Ciudad de México.

Con Suárez coincide el capitán Fernando Rodríguez Estévez en una entrevista aparte. Rodríguez muestra dos cartas de navegación aeronáutica de la empresa Jeppesen: una con el diseño anterior del espacio aéreo y otra con el actual. A simple vista se aprecia que las cosas se dificultaron drásticamente.

“Complicaron el espacio aéreo. Esto (el mapa) lo tiene que ver el piloto y el controlador. Ajustaron las alturas, pero tiene errores. Esto no lo pueden interpretar ni los controladores ni nadie”, advierte.

De acuerdo con Rodríguez Estévez, tuvieron que adecuar el espacio aéreo alrededor de Santa Lucía porque antes los aviones se metían en patrón de espera ahí, a 12 mil pies, pero ahora ya no se puede hacer esto porque estaría interfiriendo en el espacio aéreo del Nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. De hecho, explica que, de acuerdo con el rediseño del espacio aéreo, se olvidaron de poner patrones de espera para los vuelos que van a Santa Lucía.

“Lo volvieron más complicado, lejos de facilitarlo. Algo que no tenía por qué complicarse”, advierte el capitán.