El agua y la vida son uno solo…

Desde hace ya varios años, he venido escribiendo sobre la importancia del agua como un bien de seguridad nacional. (Foto: especial)

Cosas muy graves están sucediendo. Sin embargo, la mayoría parece no percatarse, o no quiere verlo.

Desde hace ya varios años, he venido escribiendo sobre la importancia del agua como un bien de seguridad nacional.

Sin agua no hay vida posible, y sin embargo no se le cuida. Se le ha contaminado sin miramiento, ni conciencia alguna. Se han rellenado lagos, ríos. Se ha permitido a las empresas mineras verter químicos de manera indiscriminada. Las obras del tren maya acabaran con uno de los acuíferos más importantes del planeta.   Se han efectuado pruebas atómicas en los océanos, se ha llevado muerte adonde se genera vida.

El ser humano ha estado construyendo el camino a su auto aniquilación, y está un tris de lograrlo.

No importa si hay litio, petróleo, uranio, oro o plata, si no hay agua no hay vida.

Según demuestran datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) al 15 de mayo pasado, 81.33% del territorio nacional padece de escasez de agua.

El Servicio Meteorológico Nacional, de la Conagua, informó que del 1 de octubre de 2021 hasta el 15 de mayo de 2022 ha llovido 21.4% menos que el promedio histórico de ese mismo lapso.

Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua y Sonora son las entidades del país que tienen el 100% de su territorio bajo alguna condición de sequía, según los últimos datos de la Conagua de estos estados, el llenado de la mayoría de sus presas se encuentra por debajo de 50 por ciento.

Sonora tiene en su territorio un total de nueve embalses, de los cuales ocho se encuentran por debajo de 30% de su capacidad, sólo el Dique 10 se encuentra a 82.26% de su llenado. La presa de Hermosillo tiene un registro de 0% en su nivel, Punta de Agua 0.01% y Mocuzari con 1.1 por ciento.

El pasado 4 de abril, la ONU publicó: “A menos que todos los gobiernos cambien sus políticas energéticas, el planeta será inhabitable, advierte el titular de la ONU, acusando a algunos líderes gubernamentales y empresariales de mentir en cuanto a sus compromisos de reducir su uso de combustibles fósiles y optar por energías limpias. Un nuevo informe revela que entre 2010 y 2019 se produjeron más emisiones de carbono que nunca, pero insiste en que aún se pueden reducir a la mitad para 2030”.

El mundo va por la vía más rápida hace el desastre, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Gutiérres, haciendo eco del llamado de los científicos a actuar ahora o nunca para frenar el alza de las temperaturas.

Hablar de la extinción de millones de especies de plantas y animales “no es ficción ni exageración Es lo que la ciencia nos dice que resultará de nuestras políticas energéticas actuales”, señaló.

“Estamos en camino hacia un calentamiento global de más del doble del límite de 1,5°C acordado en París en 2015. Algunos líderes gubernamentales y empresariales dicen una cosa, pero hacen otra. En pocas palabras, mienten. Y los resultados serán catastróficos. Esta es una emergencia climática”, enfatizó.

El Secretario General afirmó que, a menos que los gobiernos de todo el mundo reevalúen sus políticas energéticas, el mundo será inhabitable.

“Los científicos del clima advierten que ya estamos peligrosamente cerca de puntos de inflexión que podrían conducir a impactos climáticos en cascada e irreversibles. Pero los gobiernos y corporaciones que producen más emisiones no sólo se están haciendo la vista gorda; están echando leña al fuego”.

El calentamiento global, la contaminación del planeta, la escasez de agua, están unidos.

La escasez de agua se refiere a la falta de suficientes recursos hídricos para satisfacer las demandas de consumo de agua en una región. El problema de la escasez de agua afecta a alrededor de 2800 millones de personas en todos los continentes del mundo durante al menos un mes cada año. Más de 1300 millones de personas no tienen acceso a agua potable salubre.

El déficit hídrico puede ser causado por cambios climáticos tales como patrones climáticos alterados (incluyendo sequías o inundaciones), así como el aumento de la contaminación y el aumento de la demanda humana de agua, lo cual sucede por el aumento poblacional, pero también y sobre todo por las industrias.

La cantidad total de agua dulce disponible está disminuyendo debido al cambio climático, el cual es responsable del retroceso de los glaciares, y la reducción del caudal de los ríos, lagos y estanques. Muchos acuíferos fueron sobreexplotados y no se recargan suficientemente. Aunque no se agota el suministro total de agua dulce, una parte importante ha sido contaminada, salada, inadecuada o no disponible para el consumo humano, ni para la industria y la agricultura.

Y mientras todo esto pasa, aún hay quienes respondiendo a intereses económicos   incendian miles de hectáreas de bosques, los cuales son los receptores y productores de agua y oxígeno.

El ser humano, en la prehistoria constató que el agua garantizaba no solo su vida, sino la de todo lo que existe.

Desde tiempos ancestrales el agua es considerada como un preciado recurso, íntimamente relacionado con la vida y la abundancia de alimento. Nuestros ancestros sabían de la importancia del agua, la respetaban, sabían era un ser vivo.

Durante la época prehispánica, existía culto al agua, representada por diferentes deidades, por ejemplo; Chaac, deidad maya asociada al agua y la lluvia. Era invocado para obtener abundancia en las cosechas. Moraba en cuevas y cenotes, los cuales eran portales a Xibalbá.

Mientras para los mexicas, Chalchiuhtlicue, ‘La que tiene su falda de jade’, fue la diosa de los lagos y corrientes de agua. Chalchiuhtlicue fue considerada también como la más importante protectora de la navegación costera en el México antiguo.

El más conocido hasta nuestros días es Tláloc, “Néctar de la tierra”. Para los antiguos mexicas él era el encargado de las lluvias y se hacían diversas ceremonias para honrarlo. Se le concebía como Señor de la lluvia los rayos y de los terremotos.

 Los fundadores y habitantes de la gran Tenochtitlan tenían gran respeto y agradecimiento para con el agua.

Nezahualcóyotl (1402-1472), fue de los más grandes gobernantes prehispánicos.  Garantizó que hubieses para Tenochtitlán y Texcoco agua potable limpia, creo sistemas hidráulicos que hoy serian ejemplo; separando agua limpia de agua no potable, pero si para usarse en otras materias. Diseñó y construyó presas, diques, acueductos, canales de riego, aseguro siempre hubiese alimentación para los pobladores, creo jardines botánicos, y fue incansable sembrador de bosques que garantizaran el vital líquido. –    

 Preservó los bosques de Tetzcutzingo y Chapultepec donde cuidó manantiales y árboles, llevó el agua por los montes e instaló un sistema de riego; entre las rocas creó estanques y albercas.

En su diario Bernal Díaz del Castillo, narra la enorme admiración que les causó ver la gran obra del acueducto que ni en España existía tal maravilla.

Existen registros de que entre el año 4.000 y 2.000 a.C. existían métodos de potabilización como; hervir el agua, ponerla al sol, introducir trozos de cobre o plata 7 veces y filtración a través de carbón leña o arena. Para aclarar el agua existen indicios de que los egipcios en el año 1500 a.C. utilizaban la sustancia química Alum. Esta sustancia, también conocida como piedra de alumbre, está compuesta por sulfato de potasio o aluminio que hoy en día se sigue usando para procesos de coagulación en las potabilizadoras modernas.

Alrededor del año 2770 a. C., los antiguos egipcios construyeron la primera presa de la que se tiene constancia histórica. Fue llamada Sad El-Kafara. Ubicada a 30 kilómetros al sur del Cairo, medía 14 metros de altura y tenía una longitud de entre 80 y 100 metros. Se utilizaron más de 10.000 toneladas de piedra y gravilla para su núcleo y las paredes se revistieron de mampostería.

La primera bomba de agua se le atribuye a Arquímedes que la describió en el siglo III a.C. y se la conoce como “tornillo de Arquímedes”, pero este sistema ya había sido utilizado anteriormente por Senaquerib, rey de Asiria, en el siglo VII a.C.

Se denomina agua potable a aquella que puede ser consumida sin restricción para beber o preparar alimentos, la cual es cada día más difícil de encontrar. La contaminación de los suelos, ríos, mares, lagos está acabando con la vida.

El agua es cuestión de seguridad nacional, pues es garante de nuestra vida y desarrollo. Sin embargo, se sigue permitiendo el desagüe de aguas negras a los ríos, mares y lagos. La obra del tren maya acabara con uno de los más ricos yacimientos acuíferos en el mundo. 

Hace apenas unos días descubrieron una cueva, con ríos cristalinos de enorme belleza, hay ahí un altar prehispánico, seguramente en honor a Chaac, es seguramente una entrada a su morada, el inframundo.

 He escrito ya varias veces sobre la enorme riqueza acuífera e histórica que está en riesgo por la construcción de un tren, que no traerá desarrollo, sino destrucción y muerte, tanto ambiental como cultural.

En Sac Actun se han encontrado “más de 200 cenotes” con restos de “huesos de fauna extinta del Pleistoceno (que empezó hace más de 2.5 millones de años), como gonfoterios (elefantes antiguos), perezosos gigantes y osos”, develaron arqueólogos del INAH.

Se preguntarán respetados lectores, que, porque escribo esto, si estamos hablando del agua y de sequía. Justo por eso; todo está unido.  El agua, generadora de vida, nuestras raíces están siendo aniquiladas.

Termino transcribiendo una parte de un canto del gran Nezahualcóyotl:

  “Percibo lo secreto, lo oculto;

¡Oh vosotros señores!

Así somos. Somos mortales.

Todos habremos de morir, como una pintura nos iremos borrando.

Como una flor nos iremos secando.

Nos iremos acabando. Meditadlo, señores.

Aunque fuerais de jade, aunque fuerais de oro.

Nadie habrá de quedar.

 Que tu corazón se enderece, estamos aquí por breve tiempo, tenemos en préstamos las flores, el cielo y los mares, los bellos cantos”.  

(Antigua y Nueva Palabra. Antología, Miguel León Portilla 2004)