DEBATAMOS MICHOACÁN: Orgullo es, que nadie quede excluido

Primer Marcha del Orgullo P'urepecha en Paracho. (Foto: ACG)

En 1901, en la fiesta de los 41, de la Ciudad de México, ya explicaba Carlos Monsiváis, no existían documentos sobre las cuestiones sexuales en la academia mexicana, en tanto que, en Europa, ya se habían escrito más de mil textos sobre el tema de la sexualidad disidente; y es que el cuerpo y la sexualidad son sistemáticamente borrados de los discursos públicos y oficiales desde aquellos tiempos, y como resultado obtenemos que son remitidos al silencio, a las fobias, en general al tabú que se vivió durante mucho tiempo.

En Michoacán, también en los años setenta, ochenta, del siglo XX no existían estudios, tesis o documentos relacionados con el tema en las universidades públicas o privadas, salvo las narrativas de algunos diarios de circulación nacional que se referían al tema siempre estigmatizándolo y prejuiciando cualquier acción disidente sexual. Poco a poco en este siglo XXI se ha reflejado al interior de los ámbitos académicos temáticas relacionadas con la sexualidad, las relaciones de pareja, el matrimonio igualitario, las terapias de conversión, la homosexualidad, el VIH/Sida, entre otros.

De los setenta del siglo XX para estas fechas, es decir cinco décadas después han existido avances significativos, tanto en el diseño de la política pública, como en las normas, y desde luego en las estructuras operativas; hoy, las estructuras públicas, los partidos políticos y algunas empresas tienen sus espacios para la llamada diversidad sexual (concepto paraguas). Aunque el inicio de este siglo XXI, presenta el mayor avance para los temas legislativos y de la política pública en beneficio de las luchas por ganar derechos y espacios políticos, como las acciones afirmativas.

Estas cinco décadas, se ha logrado picar piedra por actores sociales sobre la heteronormatividad y el binarismo, así como avanzar en echar abajo las ideologías machistas, misóginas, clasistas, racistas y la fobialgbtttiqa+, acompañada del esencialismo o lo biológico, para legitimar la heterosexualidad y producir un enfoque diferencial y opresivo contra el cuerpo disidente sexual, no binario, no heterosexual, no hegemónico, pero que existe y lucha por sus derechos.

Estas cinco décadas dan cuenta del trabajo  político que han organizado las estructuras de los grupos sociales de disidentes sexuales para enfrentar una lucha social a partir de 1984, fecha de su visibilidad; y después, en el  2007, en la primera caminata contra la homofobia, los derechos humanos y libertades, así como alcanzar la dignidad humana; para en el 2015, la interacción de las mujeres trans en la defensa de sus derechos registrales y grupos al interior del Estado promoviendo acciones para incorporar la diversidad sexual al poder de los H. Ayuntamientos; y en el 2021, el primer Pride de Morelia,  Michoacán, organizado desde estructuras sociales y comandado por Fortino Díaz, quien durante años ha trabajado para la diversidad sexual en distintos espacios y la presentación de performans.

El marco de referencia o bien el contexto de estas cinco décadas fue el modelo neoliberal en que vivimos, es decir, la globalidad, el mercado y el patriarcado fueron las bases sobre las cuales había que construir la propuesta de modelo social para la inclusión y no discriminación de quienes vivían una orientación sexual diferente a la hegemónica. Este periodo llevó a la población en general y en ella, a la que vive en diversidad sexual: al hedonismo, narcisismo, la búsqueda del éxito, el lujo, el placer, al hiperconsumo, a los valores líquidos.

El primer momento para estas tierras purépechas, los miembros de la diversidad sexual,  de una forma individual de vida social y sexual, interactuaban en guetos privados y públicos y vivían en opresión (invisibles, estigmatizados, prejuiciados, en violencia, exclusión, discriminación y muerte), y que además, fue el periodo en que se da el primer caso de VIH/Sida, en 1985, en Michoacán; esta situación de salud pública organizó los grupos sociales frente a la inactividad del gobierno y las muertes que se sucedieron derivados de dicha pandemia (que aún a la fecha no tiene vacuna), para la formación de estructura sociales que atendieron el asunto de la salud y que generaron los compromisos para los avances que se tuvieron posteriormente ya con la normativa oficial mexicana, las estructura operativas de los departamento de salud sexual, y luego estructura como el Capasits, y desde luego el acceso universal a los antirretrovirales; recuerdo en mi paso como miembro del Consejo Estatal para Atender y Prevenir el VIH/Sida y las ITS en Michoacán, propuse y conformamos dos estructuras: el grupo de trabajo para la atención de la discriminación y el grupo de mujer y VIH/Sida, un trabajo apoyado por Cristina Portillo, en ese tiempo Secretaria de la Mujer. Los impactos fueron importantes e interesantes, pero la falta de vocación de servicio y de ética política de los servidores públicos, desviaron los esfuerzos y propósitos sociales e institucionales.

El segundo momento fue recibir el impacto y la tendencia que se generaba en Europa a finales del siglo XX y principio del siglo XXI, totalmente ya en el modelo neoliberal, principalmente en Holanda y España, con avances normativos como el matrimonio igualitario, la adopción, el concubinato principalmente, lo que generó que en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, se impulsaran nuevas figuras jurídicas para dar atención a las relaciones homoparentales y lesbomaternales; siguiendo el camino por los colectivos de la CDMX se realizaron esfuerzos de las personas en lo individual y su intersubjetivación en Michoacán y después se organizaron algunos grupos que surgieron principalmente en Ámsterdam Café, Ámsterdam Crepería y Casa Ámsterdam, y desde luego Con la Rojas, y en el hotel Florida de Morelia. En concepto Ámsterdam se llevaron a cabo los primeros espacios para la creación y desarrollo de conciencia social, y el esfuerzo para la creación de los marcos ideológicos que permitieran armar una lucha para alcanzar los propósitos, así se organizaron las semanas a San Sebastián, con programas culturales de:  poesía, canto, se presentaron exposiciones de pintura, la noche Fetich, desarrollo de talleres de empoderamiento y de trabajo colectivo y comunitario y que dio paso a la creación y organización de Grupo de Facto Diversidad Sexual en Michoacán y a las relaciones con las organizaciones de mujeres trans y de trabajo sexual como Tarascas en busca de la libertad, Mujeres Trans Valladolid, Fuertes y Poderosas, Luchamos por la Vida, Ángeles Nocturnos, entre otras.

El tercer momento, fue la caminata contra la homofobia organizada por Grupo de Facto Diversidad Sexual en Michoacán y en acompañamiento de FrenpaVIH, Convihve, Musac, así como la comunidad trans y el sector salud, y las diputadas de aquella legislatura, Citlalli Fernández y, Minerva Bautista, principalmente, que dio inicio en el 2007 y que se prolongó en dos momentos; el primero, de 2007 hasta el 2014 y después de dicha fecha hasta el 2020 lidereado por organizaciones que se sumaron para alcanzar algunos logros como el izar las banderas de las diversidad en plaza Generalísimo Morelos, en Morelia; para el 2021 nuevamente se izó la bandera de la diversidad en el edificio del H. Ayuntamiento de Morelia con la presencia de autoridades; y esa misma fecha se organizó un memorial en la Plaza Valladolid de Morelia Michoacán. Se conformó durante este periodo una agenda pública, pero además se desarrollaron acciones fundamentales para la atención de marcos normativos, políticas públicas, y desde luego la creación de estructuras operativas, que hoy son significativas; se promovieron los días estatales contra la homofobia, la discriminación, contra la discriminación del VIH/Sida. Igualmente se lograron avances como el matrimonio igualitario por la vía judicial, y luego a través de los marcos normativos, las modificaciones registrales para la identidad de género desde el 2013 como un acto judicial y en 2015 como un acto administrativo ya defendido por la comunidad trans, haciendo cabeza Pamela, Bella, y otras integrantes de sus estructuras sociales.

En el 2015, también se incluyeron a propuesta de la sociedad civil y de quien esto escribe cinco delitos, entre ellos el delito de discriminación, lesiones y homicidio agravado por identidad de género y expresión de rol de género, mismos que ahora forman parte de los delitos del Código Penal de Michoacán, así como diversas legislaciones que se promovieron con el exdiputado Sarbelio Molina Vélez, y la exdiputada Selene Vázquez Alatorre.

En un cuarto momento, es iniciado con la participación activa y en defensa de sus derechos las comunidades trans, primero en el derecho registral de obtener la corrección de acta de nacimiento y dar paso con ello, al derecho al libre desarrollo de la personalidad. Después, se resignifica el trabajo en el interior del estado de marchas, estructuras operativas públicas; con ello, se inician sus actividades en Uruapan, en Pátzcuaro, Apatzingán, Lázaro Cárdenas, y un conjunto de espacios públicos donde se abrieron a la lucha por sus derechos las comunidades sexuales disidentes.

El quinto momento, lo defino a partir de la intervención de la nueva generación de juventudes,  quienes con otras acciones e ideas buscan incidir ya no en el ambiente de la defensa en general de sus derechos, porque en el caso de Michoacán están ganados, aunque quieran aderezarlos incluyendo a más población, conceptualmente estaban ya ganados; lo que se busca ahora es encontrar las posiciones políticas a través de las acciones afirmativas que le dieron en Michoacán la posibilidad a una mujer originaria ser postulada como candidata y ocupar una curul en la Cámara de Diputados Federal en la LIV y LV legislatura del congreso. Así, observamos que, diversos espacios públicos fueron atendidos por miembros de la diversidad sexual desde los espacios federal, estatal y municipal; reconozco que aún falta mucho aun por hacer, sobre todo por evitar la simulación en la selección de los candidatos por orientación sexual o identidad de género en la vertiente de las acciones afirmativas.  

Por ello, la pregunta es contundente, ¿por qué debemos sentir orgullo? de qué estamos orgullosos, por qué los gay, lesbianas, bisexuales, trans, intersexuales, queer, no binarios deben sentir orgullo, porqué, para qué; desde esta perspectiva los invito a pensar en esta breve reflexión: lo que se conformó o construyó en estas cuatro o cinco décadas en Michoacán, aún no tiene el nivel  consolidado de movimiento social LGBTTTIQA+ porque es aún un movimiento muy joven, que se encuentra en integración, y hoy con muchos liderazgos tanto en la capital, como en los municipios, con diversas posiciones, con agendas diferentes, pero al fin complementarias y ya identificados con diversos colores; si bien, va creciendo dichas acciones sociales,  como el surgimiento de los grupos disidentes sexuales de la comunidad originaria de Paracho, aun tendríamos que ver, como deja la opresión y se visibilizan otras etnias también presentes en Michoacán pero que no son hegemónicas; o bien, como estructuras culturales en Zitácuaro trabajan para fortalecer la dignidad humana de las personas, sobre todo las personas trans.

En este sentido y en el surgimiento de la comunidad trans que ya no quiere ir detrás de los gay, sino generando un bloque de lucha por sus derechos; la existencia de nuevas identidad como las no binarias o las asexuales, las fluidas; pese a ello, este movimiento joven tiene bases que se han ido construyendo, y lo expreso porque ello ha permitido cuestionar frente a las autoridades y los actores políticos y sociales los patrones binarios de la sexualidad y los esencialismos de género, visibilizando procesos de violencia no solo directa, sino estructural, cultural y simbólica,  abriendo los espacios para la participación política en los partidos políticos o como candidatos independientes, pero también en la construcción de protocolos de actuación institucional, y otras acciones.

Hoy por hoy, nos sentimos orgullosos por un trabajo de décadas que ha dado resultado, que ha generado acciones para el beneficio de una colectividad, por ello, me pregunto, cuando hablamos de una nueva transmodernidad, es decir, una nueva sociedad, de la transculturalidad, una nueva cultura, si el modelo del transfeminismo es el único que deberíamos utilizar, o serviría el modelo que hemos trabajado las comunidades disidentes sexuales y que nos ha llevado al avance en la lucha de nuestros derechos, no sería también que se podría abrevar de un proyecto de transdisidenciasexual, no lo sé, pero lo pienso, porque hay muchas cosas en que podemos participar como en la lucha bajo un enfoque de la transdisidenciasexual.

Debemos de sentir orgullo por los avances que tenemos en las normas, en las estructuras operativas, en gran parte del diseño de políticas públicas, pero hoy ese orgullo debe permitir seguir avanzando en la construcción del índice de inclusión, a partir de lograr una mayor participación política y cívica, mejor educación, seguridad personal y libre de violencia, además de un bienestar económico, la salud y asegurarnos “que nadie quede excluido”.

En este nuevo momento de lucha social, ha hecho punta de lanza Diversidad Incluyente, una organización de base comunitaria a la que han acompañado otras fuerzas sociales, que permiten entender la solidaridad con que se está fortaleciendo el movimiento de la diversidad sexual. Una propuesta que genera horizontalidad, acciones complementarias y en ecología de saberes, donde es bienvenido todo aquel grupo, o bien persona de la diversidad sexual que tenga interés por transitar en modelos incluyentes y de respeto a la otredad.  En este sentido, y en el acercamiento con las autoridades, para la gobernanza, permiten seguir construyendo las estructuras para en la progresividad acceder a los derechos que todos, todas, todes debemos de tener.