El agua es de todos

El agua es un recurso natural renovable (inagotable), indispensable para la vida de todos los seres vivos que habitamos la faz de la tierra. (Foto: especial)

El agua es un recurso natural renovable (inagotable), indispensable para la vida de todos los seres vivos que habitamos la faz de la tierra. Lo malo del asunto, es que este bien, cada día es más escaso y raro por el mal uso que estamos haciendo del mismo. La mayoría de las aguas superficiales, que forman ríos, lagos, lagunas, arroyos, ojos de agua, mares y océanos, están contaminadas, por lo que muchas veces, es necesario realizar un tratamiento de purificación para su utilización.

La creciente contaminación de las aguas superficiales obliga a ir en busca de las corrientes subterráneas, las cuales en algunas regiones geográficas ya están siendo sobreexplotadas, lo que ocasiona que cada día se alejen más de la superficie terrestre, haciendo más difícil y costosa su extracción. A pesar de que el agua, es propiedad de todos los que habitamos el Planeta Tierra y en específico, el Territorio Mexicano, su distribución y aprovechamiento son muy desiguales, abriéndose una permanente pugna por el vital líquido entre industriales, campesinos y la población en general. Desde luego, la balanza siempre se ha inclinado a favor de los dueños del dinero, quienes a partir de las concesiones otorgadas por la CONAGUA, de acuerdo a la Ley de Aguas Nacionales de 1992, empezaron apropiarse de este bien, el que han venido utilizando con fines lucrativos, incrementando de manera  considerable su riqueza material, sustentada en el deterioro de la calidad de vida de los marginados, pobres y miserables, quienes, siendo dueños también  de dicho recurso, muchas de las veces no tiene acceso ni siquiera a los 50 litros diarios por persona, como lo señala la Organización de las Naciones Unidas.

Desde el siglo pasado, después del periodo posrevolucionario el Gobierno Federal ha establecido un sistemapara la administración, regulación, control y protección de los recursos hidráulicos, mismo que se ha venido conociendo con diferentes denominaciones: Comisión Nacional de Irrigación; Secretaria de Recursos Hidráulicos; Secretaria de Agricultura y Recursos Hidráulicos, hasta llegar a la actualidad con La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), órgano desconcentrado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), a la que se le han asignado 33, 916.34 MDP, para el ejercicio fiscal 2022, de los cuales 21, 717.97 MDP, se destinarán a gastos de inversión y 12, 198.37 MDP, a gasto corriente. Constituida por una estructura administrativa impresionante tanto a nivel central, como por entidad federativa. Siendo más grande que la de muchas secretarías de estado, desarrollando sus actividades en algunos inmuebles, dignos de la más acreditada universidad privada. Pero, su actuación, deja mucho que desear, posiblemente por falta de una regulación vigente y vigilancia, por negligencia o por obedecer a los interese de los grupos de poder político y económico, que son quienes nombran a los titulares las instituciones sociales y deciden como se distribuye la riqueza que genera la clase trabajadora.

Así tenemos, que, mientras que un importante porcentaje de la población, es afectada a diario de su derecho al agua y saneamiento, los dueños del dinero y de las grandes corporaciones como por ejemplo: Kimberly Clark, Arcelor Mittal,el megaproyecto turístico inmobiliario El Coyote Baja Resort, cadenas hoteleras Quiroocan, cooperativa Cruz Azul, Banco Azteca, , Banco BBVA, FEMSA, Bachoco, Herdez, Lala y Grupo México, que junto con otros más de 3000 usuarios privados, acaparan las concesiones otorgadas por CONAGUA. “desgraciadamente, legalmente no existe un límite en cuanto al volumen de agua a concesionar para un particular dentro del margen de disponibilidad, no hay una regulación ni vigilancia del agua y descargas de manera democrática y limitada que garantice el derecho humano al agua a la población”. De ahí que algunas empresas hayan acaparado grandes cantidades de agua en acuíferos sobreexplotados, dejando a los campesinos y colonos marginados, pobres y miserables, sin ninguna posibilidad de que algún día, puedan satisfacer   a plenitud sus necesidades de agua, no tanto porque ese bien les pertenece, sino por el simple hecho que lo necesitan para vivir. Desgraciadamente, quienes administran las aguas nacionales, no han entendido la política humanista del Presidente de la República, por lo que sin recato ético y moral, proceden a clausurar pozos que abastecen a pequeños agricultores y asentamientos humanos, argumentando la falta de renovación de la concesión. cosa que no se atreverían hacer en contra de los que ostentan el poder político y económico, a quien sirven y obedecen incondicionalmente.

Con actitudes de esa naturaleza, los enunciados de los grandes ejes generales plasmados en el PND 2019-2024, de “Garantizar progresivamente los derechos humanos al agua y al saneamiento, especialmente en la población más vulnerable” y lo que se manifiesta en el párrafo sexto del artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se dice que toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible.  Derecho reconocido en la Observación General número 15 de 2002 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que destaca la importancia de la realización progresiva del acceso al agua potable segura y asequible y al saneamiento básico para todos y todas. Es también reconocida por la Resolución 64/292 de 2010 de la Asamblea General de Organización de las Naciones Unidas (ONU), que reconoce el derecho humano al agua, además, en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la ONU se busca garantizar agua limpia y saneamiento para todos. Sólo quedarán en buenas intenciones escritas para adornar un documento y jugar con las esperanzas de la pobreza. Cuando en la práctica vemos que poco se ha cambiado, que seguimos viviendo en una sociedad sumida en la corrupción, impunidad y la delincuencia.

El agua es de todos, pero, desgraciadamente quienes más la disfrutan, son los descendientes de los revolucionarios. Los marginados, pobres y miserables, seguiremos con los labios secos.