Morelia, Mich.- Integrantes de la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL), impidieron que un contingente de apoyo a familiares de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa se sumaran a la marcha realizada este viernes para condenar los hechos del 10 de junio de 1971.
De acuerdo con los integrantes de la CUL, los hechos de Ayotzinapa no tenían nada que ver con los acontecimientos de hace 51 años en la capital del país, cuando contingentes de estudiantes fueron atacados por porros llamados “halcones” durante el gobierno de Luis Echeverría Álvarez.
Sin embargo, para los integrantes del comité que demanda la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos los días 26 y 27 de septiembre del 2014, la protesta era válida junto con el contingente estudiantil dado que más allá de los hechos de 1971, se protesta por la represión del Estado mexicano en contra de los movimientos populares, como sigue ocurriendo.
La negativa de los integrantes de la CUL -una organización con cada vez menor presencia en los movimientos populares y en los mismos movimientos estudiantiles de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo-, generó una discusión con los del comité pro Ayotzinapa, quienes aducen que en un momento dado temieron ser agredidos físicamente, ya que los estudiantes universitarios los rodearon y fueron objeto de algunos empujones para ser sacados del contingente.
Los simpatizantes de los normalistas de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, quienes han formado parte de movimientos estudiantiles y sindicales en la Universidad Michoacana, señalaron que la actitud de la CUL les parecía intolerante, en tanto que los movimientos estudiantiles en la Casa de Hidalgo se caracterizaban por su independencia y con lo acontecido ayer les pareció que seguían las directrices de la Rectoría que encabeza Raúl Cárdenas Navarro para desterrar cualquier crítica o disidencia de la máxima casa de estudios.
La CUL mantiene el control en los albergues o casa del estudiante, pero al parecer sin tener memoria histórica, adujeron los simpatizantes de los familiares de los normalistas, ya que muchos de éstos participaron en la toma de edificios para convertirlos en albergues para estudiantes de escasos recursos, sobre todo indígenas y campesinos.