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DEBATAMOS MICHOACÁN: Espacios inclusivos y seguros LGBTTTIQNB+

La escuela puede convertirse en un entorno de violencia o en un espacio seguro, de paz y convivencia. (Foto: especial)

La escuela puede convertirse en un entorno de violencia o en un espacio seguro, de paz y convivencia; todo depende de la estrategia de atención a la violencia o acoso que se construya y se implemente por el personal institucional del centro escolar o dentro de las universidades.

Desafortunadamente y pese a los esfuerzos institucionales, aún no se evita la violencia que se vive en las escuelas (de educación básica, media superior y superior), especialmente para los grupos en condición de vulnerabilidad o marginados, entre ellos, infancias trans y juventudes LGBTTIQNB+.

Infancias trans, o infancias y jóvenes LGBTTTIQNB+ son más proclives a experimentar violencia o acoso escolar que aquellos estudiantes que se perciben como heterosexuales.

Existe una diferencia porcentual entre los estudiantes que reciben violencia en Europa y en México. En Europa,1 de cada 2 jóvenes que viven en diversidad sexual ha sufrido acoso escolar al menos una vez por su orientación sexual, identidad de género, expresión de género o variaciones de las características sexuales.

En tanto que, en México, el 61 % de las y los estudiantes LGBTTTIQNB+ viven la existencia de bullying homofóbico en sus escuelas. De igual manera, los adolescentes han sido víctimas de insultos debido a su orientación sexual, su apariencia física, forma de vestimenta y por no ajustarse a estereotipos de género, así lo referencian los datos de la Encuesta sobre discriminación por motivo de orientación sexual e identidad de género del CONAPRED.

¿Frente al panorama, qué podemos hacer para evitar que en los centros escolares y en las universidades existan actos de discriminación y violencia que se constituyen como elementos de opresión?, recordemos los episodios de discriminación y violencia que han vivido adolescentes y jóvenes por su orientación o por vivir en precariedad aquí mismo en Morelia, y que hoy aún se tiene a una adolescente de educación básica internada por la violencia vivida.

Es de considerarse que los docentes y los directivos acompañados de los padres de familia, juegan un papel fundamental en la creación de un ambiente seguro e inclusivo para todas las personas estudiantes, con independencia de su orientación sexual, identidad de género, expresión de rol de género o variaciones en sus características sexuales (no binarios, género fluido, etc.).

Una primera acción, de carácter fundamental es crear confianza (uno de los elementos de la cohesión social: confianza, identidad, valores, convivencia) y conocimiento para apoyar a estudiantes LGBTTTIQNB+; ello, se puede realizar a través de proporcionar materiales informativos y formativos, así como la formación a los docentes, directivos y padres de familia sobre temas de diversidad e inclusión. Es decir, la SEP, o bien, la SEE, deberán preparar guías y materiales didácticos para ser utilizados por el docente y crear y desarrollar su conciencia de prevención, que les facilite crear los espacios inclusivos, seguros y de información sobre los derechos de la comunidad LGBTTTIQNB+, y otras expresiones de diversidad social y cultural.

Adicionalmente, y de ser el caso, los centros escolares se pueden vincular con organizaciones de la sociedad civil con reconocido prestigio por años que conocen el tema y han generado por años un trabajo formativo, como es el caso, de Grupo de Facto Diversidad Sexual en Michoacán y la Fundación El Sol y otras más que se encuentran en el directorio de OSC en Michoacán. La vinculación con organizaciones de la comunidad diversa sexual, facilita el coadyuvar a fortalecer la información de los docentes y brindar formación a los padres de familia sobre los derechos de la comunidad LGBTTTIQNB+ y desde luego algunas otras instituciones y organismos autónomos, incluso de la Fiscalía.

En este sentido, se podrán desarrollar actividades extramuros, de ser posible para compartir con las organizaciones, la planta docente y también con los padres de familia y desde luego con la participación de las personas estudiantes, y en el acompañamiento de las organizaciones de la sociedad civil.

De esta manera, nos parece importante que, en el manejo del interés superior de la niñez, el derecho al libre desarrollo, así como a los derechos sexuales y los derechos reproductivos, es fundamental la participación del alumnado en el diseño de las actividades escolares; se requiere que el estudiantado se refleje en las actividades de la programación académica del docente cuando se aborden dichas temáticas, para que las alumnas, alumnos, alumnes se sientan representados y valorados, es decir, que tengan: equifonia, equipotencia y equivalencia. O sea,  voz, valor y poder.

Me parece que cada centro escolar deberá atender mediante una agenda de mejora respecto de las necesidades de la población trans y de personas con discapacidad, para hacer un mejor entorno, para la inclusión y la seguridad; como ejemplo los sanitarios, donde se aprecia que es un espacio donde se puede cometer violencia de diferentes tipos.

Derivado de un proceso de capacitación que obsequié a docentes universitarios en Morelia, sobre cuestiones de diversidad sexual, un docente me comentaba cómo hacer para introducir en sus reflexiones los contenidos de diversidad e inclusión, no solo de la diversidad sexual, sino de la diversidad social y cultural, como la diversidad de religiones, discapacidad, grupos en condición de vulnerabilidad, mujeres violentadas, creencias, entre otros.

A su pregunta, le expresé que, en los recursos de apoyo (videos, ejemplos, rotafolios, imágenes, dípticos, trípticos, entre otros) en las aulas, nuestros comentarios, los ejemplos que comentamos, pueden fomentar la inclusión si presentamos las situaciones que viven dichas personas y podemos reflexionar, analizar y determinar las cuestiones sociales, culturales, económicas, políticas por las que atraviesan las personas que no son binarias o no se someten a las dinámicas universales, o viven con alguna discapacidad, son personas originarias, o lo relacionado con el sexo, género, clase, raza. Y le comenté, esto lo puedes hacer siendo un docente de educación física, enseñando física o química, español, matemáticas, o taller.

Lo más importante al lograr una educación que incluya a toda la diversidad social, cultural y sexual, son los docentes, autoridades y padres de familia, y por cierto no hay que esperar a que sea una capacitación obligatoria, porque todos, todas, todes podemos avanzar con implementar acciones aun cuando sea de bajo impacto, pequeñas y de manera individual, pero que pueden ser la diferencia en transitar a una educación inclusiva y diversa.

Me da sentido compartir, parte de otro texto que recientemente presente en medios, sobre el Sabor de Saber, en el comentaba que: parece ser que la pregunta que nos ofrece en su texto Milagros María Rocha, nos detona a reflexionar, analizar y a sentipensar sobre nuestras dinámicas académicas ¿Qué hacer para que se produzca un encuentro educativo donde circule el saber convocado desde el sabor de enseñar, así como el sabor de aprender?; me dirigido a ti que eres docente, y te pregunto si aún conservas el sabor de enseñar, y tus estudiantes sienten, vibran con el sabor de aprender?; darnos cuenta de si sentimos el sabor o no, depende si no se convirtió en algo normalizado, rutinario, sin sabor, por lo que no es sencillo dar una respuesta, porque no es solo decir sí o bien no, sino justificarlo, legitimarlo, comprobarlo en el comportamiento académico de los alumnos en su vida permanente cuando el sabor enseñar, y el sabor aprender, genera condiciones para la participación de éstos (sobre todo cuando no se les excluye porque no son heterosexuales).  

Cada uno de los que integran el proceso de enseñanza aprendizaje, docente y alumnado, y hoy en un ejercicio de aprendizaje dialógico, requerimos que el docente y en esta metodología los padres de los alumnos detonen las propuestas de interés en los alumnos que se motivaran al encontrar pertinencia en los contenidos educativos a considerar y que pueden ser relacionados con experiencias ya vividas y de las que se pueden aprender con sabor para todos, todes y todas.

Por ello, para facilitar la relación saber y sabor: docentes como alumnos atravesados por el sabor del saber y la ética del reconocimiento (Hegel y Butler) del otro como sujeto y sujeto de derecho. Los estudiantes esperan que «a la hora de tomar la palabra digamos algo que sepamos o bien, que no es lo mismo, algo que valga la pena ser dicho. Y ese algo que valga la pena decir es introducir una brecha, una paradoja, un orificio, una contradicción, una propuesta, una motivación; en síntesis, la tarea del maestro sigue siendo, siempre lo ha sido, la de ser y provocar alteridad», es decir el reconocimiento del otro, así lo precisa Carlos Skliar en su texto Pedagogías de las diferencias.

Sin duda alguna hay mucho por hacer, y en este sentido instituciones como la Universidad de la Ciénega de Michoacán en Sahuayo, realiza desde hace varios años, actividades para el fortalecimiento de la creación y desarrollo de conciencia para la seguridad y la inclusión; acciones en las que me ha tocado participar en varios años en este mes del orgullo gay. Desde luego entre otras muchas instituciones educativas quienes ya trabajan a favor de la inclusión y la seguridad de todas, todos, todes.  

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