Contaminados, más del 70% de recursos acuáticos en Michoacán | I

Presentan deterioro por materia orgánica, contaminación industrial y principalmente agroquímicos, lo que afecta a ríos y lagos

Lago de Cuitzeo, intensamente azolvado el que podría ser el cuerpo de agua más importante del centro del país. | Fotografía tomada de Internet

Morelia, Mich.- En pleno proceso de deterioro, se encuentran los recursos acuáticos estatales, principalmente por materia orgánica contaminante, industrial y agroquímica, con efectos en su fauna y flora y en la salud pública, señala especialista de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). El deterioro, establece en una entrevista para Cambio de Michoacán, enfrenta la indiferencia tanto de autoridades de gobierno, ciudadanos y empresarios.

“Más del 70 por ciento de los sistemas acuáticos michoacanos, presentan algún grado de contaminación, básicamente es materia orgánica, aunque también se presenta en otros lados la contaminación industrial y principalmente agroquímicos debido a la productividad primaria que tenemos en el estado”, señala el catedrático de la Casa de Hidalgo y promotor a través de una asociación civil del rescate de acuíferos, Arturo Chacón Torres.

Ubica a Michoacán “en un lugar privilegiado”, comparado con los sistemas acuáticos de Colima, Guanajuato, Querétaro, Guerrero, San Luis Potosí, Aguascalientes y el Estado de México. Este último, “tiene ríos y lagos, pero no alcanzan un inventario tan considerable para la reserva hidrológica; Querétaro tiene pocos y lo que tiene lo concentra colindando con la Sierra Gorda”, ubica.

Guanajuato, destaca, “es un estado ya crítico, que tiene sistemas acuáticos superficiales y el recurso ya está prácticamente agotado; Jalisco ya también agotó sus sistemas acuíferos y solamente tiene el Lago de Chapala, aunque tiene otros cuerpos de agua como Zapotlán, la laguna de Tlacomulco, etcétera; Colima, no tiene prácticamente nada”.

Michoacán tiene en su territorio 18 lagos naturales, 270 embalses, 44 ríos, 600 manantiales “algunos con gastos mayores a los 100 litros por segundo, ni siquiera lo de un pozo”; 6 mil pozos, “de los cuales el acuífero que colinda con el Lerma está agotado, con muy bajos niveles”, detalla. Michoacán “es un estado estratégico para la producción del agua; el problema es que ni la sociedad michoacana ha querido entender esto y entonces tenemos los ecosistemas muy deprimidos, en materia de volumen de agua y en estado de contaminación creciente”.

Lagos, con descargas de aguas negras y agroquímicos

En la revisión sobre el grado de deterioro respecto a los lagos, señala que en el caso de Cuitzeo, “que debiera ser el lago más importante por su capacidad de volumen y por su importancia para poder aportar agua al centro de México dentro de la misma cuenca del Lerma y que podría apoyar al estado de Guanajuato, lo dejamos secar, es una irresponsabilidad institucional no tener mecanismos de saneamiento, de recaudación”, donde no importó la situación económica de los pescadores y las enfermedades que se han generado con la desecación del embalse.

Pátzcuaro, el lago más emblemático de Michoacán, mantiene sólo el 40 por ciento del volumen que tenía hace 30 años. “Bastante deteriorado”, califica, con una contaminación en mayor medida por aguas negras, descarga de agroquímicos y un azolve que es cada vez mayor.

Zirahuén, agrega, “es el inicio del deterioro”, cuando hace años mantenía “una transparencia inusual de seis metros de profundidad de los 45 que tiene; Pátzcuaro tiene 40 centímetros de transparencia y el de Cuitzeo no llega ni siquiera a los 10 centímetros”, además de que su volumen también ha disminuido por una sobreexplotación “incluso ya hay bombeos en el lago, clandestinos, para huertas, para usos domésticos y también hay descargas clandestinas”. Conocido como “el espejo de los dioses”, actualmente reporta la aparición de “algunos florecimientos de algas que son potencialmente tóxicas, llamadas microsísticas, y la sustancia que segregan es la microsistina, con variedades que pueden ser muy leves en su infección o pueden ser fatales”.

Sobre los llamados “lago cráter”, señala que aún queda mucho por investigar. En el de Teremendo, lo ubica como un sistema deteriorado de baja profundidad; la “alberca de los Espinos”, muy profunda, muy limpia”; y la alberca de Tacámbaro, “que también en el fondo tiene manantiales e incluso sirve para la irrigación”.

En el caso de los espejos de agua que se ubicarían en la Costa, señala que se ignora su situación o destino, al advertir sobre los riesgos que se mantienen en la zona por la contaminación industrial y en la que la acerera instalada en el Puerto de Lázaro Cárdenas, ha realizado “excavaciones hasta de 400 metros, que durante las lluvias se llenan estas oquedades y hay unas lagunas muy importantes, nuevas, que se han ido colonizando con cocodrilo y peces, pero no hemos tenido acceso porque están bajo la tutela de Arcelor Mittal para su explotación” y que valdría la pena estudiar.

Cuando el río no suena…

De los ríos, la situación es mayor en cuanto a su deterioro, donde el Lerma encabeza la contaminación de estos afluentes y se refleja en enfermedades derivadas de metales pesados, como el arsenicismo, con deficiencias renales y otras enfermedades. Nace en el Nevado de Toluca y ya desde el Estado de México, “lo contamina la Bayer, la Chrysler, la Nestlé, el corredor industrial asentado ahí, y le sigue hacia Querétaro y a luego a Guanajuato, llega a la Laguna de Yuriria, que es un vaso regulador, cuando no hay lluvia, el río pasa y el agua disminuye, cuando hay lluvias en exceso se llena Yuriria y se almacena el agua; pasa por algunas presas, Tepuxtepec, por ejemplo, llega hasta Jalisco, con algunos tramos donde es extremadamente peligroso tocar el agua porque está muy contaminada, con fallecimientos, delante de Ocotlán ya se dan casos de arsenicismo, de deficiencia renal.”

Del río Duero, dice, “está sano hasta Camécuaro lo poquito que recorre, y posteriormente tenemos grados de contaminación crecientes hasta su desembocadura, muy contaminado por los sistemas agrícolas”.

Sobre el Balsas, lo califica con una “contaminación parcial que recibe básicamente desde sus inicios, en el sur de Puebla”. En su paso por Michoacán, su trayectoria es “más limpia porque no hay asentamientos humanos importantes, no hay industrias”. A su arribo hasta la Presa del Infiernillo, es utilizado para la generación de energía eléctrica y recorre 50 kilómetros hasta la desembocadura en el Puerto de Lázaro Cárdenas, donde “desembocan aproximadamente, por lo mínimo, 25 mil millones de metros cúbicos al año, es uno de los gastos más importantes que hay, cuando el Lago de Cuitzeo no lo podemos llenar con 400 millones de metros cúbicos, cuando el Lago de Pátzcuaro se encuentra ahorita con 400 millones de los 600 que tenía”, compara.

El Balsas, acota, desemboca en el mar en Lázaro Cárdenas, “cuando se le podría aprovechar, se aprovecha en la Presa de La Villita, pero creo que podría tener un uso mayor”.