ECOS LATINOAMERICANOS: Brasil y la Incorrección Política

El pasado domingo el expresidente y candidato del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, logró imponerse en las urnas por un cerrado margen apenas superior al 1% al actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. (Foto: especial)

El pasado domingo el expresidente y candidato del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, logró imponerse en las urnas por un cerrado margen apenas superior al 1% al actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Sin duda alguna fue una elección bastante reñida, mucho más de lo que señalaban las encuestas nacionales, quienes situaban a Lula con una ventaja de entre 3 a 5 puntos sobre el actual mandatario brasileño.

Pero a pesar del estrecho margen, la victoria de Lula fue incontestable, tanto mandatarios de otros países, entre los que destacan EUA, Colombia, México, Uruguay, entre otros, así como también diversos políticos al interior de Brasil, muchos de ellos rivales políticos de Lula y su partido, han manifestado sus felicitaciones al ahora tres veces presidente electo por su victoria. Sin embargo como era de esperarse, no todos están contentos con el triunfo de Lula; el sector conservador de Brasil, que es un porcentaje bastante elevado de la población nacional, ve con malos ojos la victoria del exlíder de trabajadores metalúrgicos, incluso lideres transportistas emprendieron una serie de bloqueos a manera de protestas por el regreso de Lula y el PT al poder.

Esto último es apenas una de muchas adversidades que le esperan a Lula al volver a Brasilia, prácticamente 1 de cada 2 brasileños refrendó el respaldo al régimen de Bolsonaro, y aunque ya no estará gobernando, sus bases de apoyo difícilmente consentirán las políticas progresistas que alguna vez el exmandatario del PT realizó a nivel nacional. Lula debe ser consciente que en el Brasil de hoy hay un enorme grupo de personas inconformes con la forma en que se ha venido realizando el ejercicio político de las ultimas décadas, y que utilizaron a Bolsonaro como válvula de escape para manifestar dicha inconformidad.

Si bien, el conservadurismo brasileño tiene un apoyo relativamente amplio, no alcanzaría a llegar al casi 50% de apoyo en una elección; los electores de Bolsonaro vieron más en el actual presidente que un mero conservador y tradicionalista. La incorrección política, aunque sea meramente simbólica, es un elemento que le permitió a Bolsonaro captar votos adicionales a los que le pudieron brindar los sectores tradicionales. Este es un aspecto también que Lula debe tener en consideración.

Hay una gran cantidad de personas, no solo en Brasil sino en muchos otros países, que ya no cree en su sistema político ni en sus actores tradicionales. Esta masa de inconformes no quieren seguir siendo gobernados por personas que representan la política tradicional y a los elementos “políticamente correctos”; son personas que no creen en las actuales instituciones políticas y que desean la llegada de líderes carismáticos que puedan transformar por completo el sistema político.

Aunque no hay una preferencia ideológica como tal, la incorrección política tiene  como uno de sus principales adversarios a elementos de la globalización, ya sean económicos o culturales. En el caso de Bolsonaro, su incorrección política es contra los valores progresistas que se han consensuado gradualmente por diversas organizaciones internacionales, justamente su discurso político apela a los valores y a la familia tradicionales en contraste con el discurso de tolerancia y respeto a las diversas formas de pensamiento social que hay en la visión progresista.

Eso es apenas un ejemplo de lo que puede involucrar la incorrección política, fenómeno que cada día va más en aumento y que difícilmente desaparecerá en los siguientes años. Sin embargo, el mensaje implícito que hay detrás de la incorrección política es la inconformidad, parcial o total, con el sistema político en turno; para evitarla o al menos reducirla las elites políticas encargadas de administrar las instituciones públicas, deben adaptar a estas últimas para que puedan canalizar exitosamente las problemáticas sociales, que finalmente son el combustible de este fenómeno tan complejo.